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J. A. MARRAHÍ
VALENCIA.
Viernes, 17 de agosto 2018
El tono aflamencado del teléfono móvil de Teofilo Rodríguez (Puerto Llano, 1984) resuena en su habitación del Hospital de Manises. «La que hemos liado», cuenta Teo a un amigo por la repercusión de su caso tras recibir el alta y ser trasladado a Turís en un camión de mudanzas. El hospital al que su familia ha denunciado se vuelca en su cuidado. Juli, su prima, comprueba preocupada la función de báscula de la inmensa cama que sostiene 385 kilos. El joven desgrana a LAS PROVINCIAS su lucha desde que un problema de tiroides se cruzó en su camino con siete años y comenzó a hinchar su cuerpo hasta abocarlo a la situación límite de obesidad en la que hoy se encuentra. Define su traslado como «bochornoso» y reclama más medios para las personas en su misma situación. Mientras, confiesa su sueño. Su meta. Vaciarse «al menos de 185 kilos» y aferrarse a la vida. Volver a trabajar y dejar de depender del pequeño ejército de sanitarios o familiares que le cambia la cama, intenta moverlo o lo auxilia en sus necesidades básicas.
-Bastante bien. Estable. Mejor. Intentando ser feliz... A ver si ahora por fin sale todo perfecto.
-El tema del transporte fue bochornoso. Me sentí igual que si fuese un mueble. Ni a un animal se le transporta así. Los animales por lo menos tienen rendijas y vallas por las que se ve la carretera. Yo ni me veía. Como si fuese un mueble.
-Yo he estado toda la vida enfermo de tiroides, desde que era un niño. Ha habido muchos errores. También por parte mía... Es cierto que no he respetado mucho las dietas. Sin embargo, creo que el sistema sanitario no ha hecho las cosas bien. Se ha ralentizado mucho la atención.
-Con 15 años, para hacerme un tratamiento de batidos. Salió un poquito mal.
-(Duda en la respuesta). A los 16, a los 24... Hace dos años, para ponerme un balón gástrico, pero me reventó a los nueve meses. No lo inflaron lo suficiente y empezó a fallar. Diez días antes de ingresar de nuevo en el hospital, reventó.
-Verte una cama postrado sin poder ir al baño como cualquier persona. Es muy duro. Muy duro.
-De mi familia y de toda la gente que me está apoyando. Estoy agradecido. También a los medios de comunicación. No esperaba este revuelo.
-Muchas veces. Y suicidarme. Me veía en el fondo. Gracias a mi familia he conseguido esto.
-Gracias al móvil, a las redes sociales y a la Playstation (consola de videojuego).
-Luchar por mí. Por mi familia. Y por todas las personas que hay como yo. Hay muchos casos y no salen a la calle por vergüenza.
-Quiero llegar a 100 kilos. Esa es mi meta. Y creo que lo voy a conseguir con mucho esfuerzo.
Hasta trabajando y todo. En la obra, montar, electricista... Lo que salga.
-Desde hace 14 años.
-Hay que animarse. Ser fuerte. Confiar en la familia. Salir adelante. Se puede salir, pero con la ayuda de profesionales.
-Muchos medios, en especial ambulancias adaptadas para personas como nosotros. También camas. Está todo muy limitado y Sanidad debería meter mano al asunto en un futuro.
-Vamos... ¡A reventar! El traslado que se me hizo fue vejarorio y yo no soy ningún mueble. Vamos a seguir al máximo. Es lo que toca. Que no me hubiesen llevado así. Que no hubiesen tirado a mi familia o haberme sacado a escondidas por un sótano. Eso fue vergonzoso.
-Sí. Actualmente sí, la verdad.
-Muchísimo, pero sobretodo a los medios de comunicación.
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