Vista del embalse de Benagéber que se encuentra al 40% de su capacidad. EFE

Uno de cada tres municipios de la Comunitat no tienen el obligatorio plan de sequía

Las localidades de más de 20.000 habitantes tienen que presentar el documento que recoge medidas para afrontar épocas de escasez

Juan Sanchis

Valencia

Miércoles, 14 de agosto 2024, 00:33

La sequía se agrava y parece que seguirá por esta senda durante las próximas semanas. Las lluvias previstas son muy escasas y desde luego no son suficientes para paliar la falta de precipitaciones de los últimos meses (el déficit del año hidrológico ronda ... el 52%). Además, las previsiones para el comienzo del otoño no son halagüeñas y no se espera la llegada de ningún frente húmedo.

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Ante esta situación ya han aparecido los primeros problemas de abastecimiento. Teulada y Benitatxell se han quedado sin agua potable y algunos municipios de Castellón han tomado las primeras para limitar el consumo. Parte de la demarcación del Júcar se encuentra en situación de emergencia y sólo el sistema Júcar está en normalidad.

La situación empieza a ser preocupante. Pese a ello algunos municipios no disponen todavía del plan de emergencia ante situaciones de sequía, un documento que están obligados a elaborar las localidades con más de 20.000 habitantes. En concreto uno de cada tres.

Según la información de la que dispone la Confederación Hidrográfica del Júcar, de los 62 municipios valencianos que tienen que elaborarlo, hay 23 que todavía no lo han hecho o al menos no lo han comunicado al órgano de cuenca. Son localidades como Altea, Aspe, El Campello, Dénia, Mutxamel, Novelda, La Nucia, San Juan de Alicante y Villena en la provincia de Alicante. Algunas de estas poblaciones se encuentran en zonas en las que la falta de agua se ha convertido en un problema como Dénia en la Marina Alta. La situación en esta localidad se complica en verano por la numerosa población que se traslada a residir en esta zona.

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En la provincia de Castellón todas las poblaciones con obligación de redactarlo lo han hecho. No ocurre lo mismo en la de Valencia donde municipios como Alaquàs, Bétera, Quart de Poblet, Xàtiva, Mislata, Moncada, Oliva, Paterna, Picassent, La Pobla de Vallbona, Puçol, Requena, Riba-roja del Túria y Sueca no lo han hecho todavía. También algunas de estas localidades se encuentran en lugares donde la sequía golpea con más fuerza como es el caso de Requena.

La obligatoriedad de la redacción de estos planes incumbe también a las mancomunidades. De las 13 que tiene que confeccionarlo, nueve lo han hecho. Hay cuatro que todavía no lo han hecho. Son la Comunidad de Usuarios de la Ribera del Júcar, la Mancomunitat de la Ribera Alta, la Mancomunitat de Calpe, Murla y la Vall de Laguart-Pozo Lucifer y la Comunidad de Usuarios de Agua Potable AL-MA'AN que agrupa a las localidades de Almussafes, Benifaió, Picassent y Sollana.

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Estos planes de sequía permiten , en primer lugar, la mejora del conocimiento del sistema de abastecimiento del municipio y el análisis de sus debilidades. Estos documentos deben contener varios puntos de forma obligatoria. Por un lado, tendrán en cuenta la identificación y descripción del conjunto de elementos e infraestructuras que abastecen al núcleo urbano y es recomendable incluir un análisis de vulnerabilidad del sistema de abastecimiento de agua potable.

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También se debe hacer referencia a los recursos disponibles. Se incluirá, por otro lado, la descripción de las demandas y sus características. Por otra parte, el plan deberá identificar las zonas más vulnerables de la localidad en las que es posible que falte el agua prestando especial atención a los problemas de abastecimiento y salud de la población, y a las actividades estratégicas desde un punto de vista económico y social.

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El documento tendrá que incluir la definición de los escenarios de escasez así como la enumeración de las actuaciones previstas y la atribución de responsabilidades en las mismas. En la medida de lo posible, deberá detallar la reducción de los recursos en función de lo que la falta de agua determine.

El documento incluirá también las posibles medidas a tomar tanto de carácter estructural como coyuntural. Por ejemplo, la revisión del estado de las infraestructuras y reparación, en su caso, de fugas en las redes de abastecimiento; la redacción de ordenanzas tendentes al ahorro de agua (normativa para nuevas urbanizaciones, recomendaciones para zonas ajardinadas, …), ejecución de los pozos de sequía.

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En la misma línea, el plan incluye medidas como la limitación del agua para usos urbanos (baldeos, riego de jardines...) cuando entren en alerta. Además, en el caso de que se entre en situación de emergencia se establecerán las reducciones al consumo para el abastecimiento de la población.

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