Vacunas, mascarilla, distancia social y ventilación han sido las principales armas con las que la Comunitat ha hecho frente a esta sexta ola de la pandemia que ya dice adiós a la región. Una última acometida del virus que está muy cerca de poner el punto y final y que ha seguido un patrón muy similar a la atroz tercera ola del pasado invierno. Sin embargo, los resultados y la incidencia de una y otra distan mucho de parecerse, básicamente porque en aquella oleada apenas empezaban a inocularse viales en las residencias de mayores y en la actual más del 80% de la población cuenta con la pauta completa de la vacuna. De hecho, los antivirales han sido clave para evitar unas 9.000 muertes por Covid en la Comunitat en los dos últimos meses.
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En concreto, entre mediados de diciembre de 2020 y mediados de febrero de 2021, fechas en las que se enmarca la tercera oleada, la región sumó cerca de 250.000 contagios y algo más de 3.500 fallecimientos, según los datos que casi a diario difunde la Conselleria de Sanidad. La cifra de enfermos que requirió atención hospitalaria y hasta asistencia en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) se disparó hasta prácticamente colapsar las instalaciones de la red pública, hospitales que tuvieron que ampliar la oferta de camas en espacios como cafeterías o capillas en los casos más extremos. Nada de eso ha ocurrido en esta sexta ola pese a registrar prácticamente el triple de contagios.
Así, en los dos últimos meses, la autonomía ha sumado algo más de 700.000 nuevos positivos, aunque esta explosión de casos no se ha traducido en unos índices de mortalidad o de enfermedad grave tan elevados. En este tiempo, según el departamento autonómico, se han registrado unos 920 decesos a causa del coronavirus, prácticamente un 75% menos que en el mismo periodo del año pasado. De hecho, con el nivel de contagios de la tercera ola las cifras de fallecimientos habrían superado las 10.000 muertes, de ahí que la vacuna -apenas presente el pasado invierno y muy extendida en el actual periodo- haya sido clave para evitar 9.000 de estos decesos, puesto que el resto de medidas como la el uso de la mascarilla, la distancia social o la ventilación ya estaban totalmente extendidas el pasado invierno.
Puig aboga por «normalizar la situación con toda prudencia»
«Hay personas que hoy se contagiarán y algunos de ellos tendrán que entrar en los hospitales, afortunadamente mucho menos, pero hemos de ser conscientes de que hemos de normalizar la situación con toda prudencia». Así de claro se ha mostrado este sábado el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, a la hora de analizar la situación actual de la pandemia en la Comunitat y la necesidad de dar pasos hacia la recuperación de la normalidad una vez superada la sexta ola.
Puig considera que los datos de coronavirus de la última semana «demuestran claramente» que la Comunitat está «en un buen punto», aunque ha remarcado que la pandemia «no se puede banalizar ni frivolizar» sobre ella. El presidente ha aseverado que todos los indicadores de la situación sanitaria «han bajado un 60%», pero ha subrayado que la pandemia «sigue entre nosotros».
Así, este lunes se reunirá la Comisión Interdepartamental para determinar unas nuevas medidas «atendiendo a una nueva realidad, dentro de que aún estamos en pandemia». En todo caso, el jefe del Consell ha apostado por «mirar al futuro con esperanza para superar lo más rápidamente posible la parte más terrible de la pandemia que son las muertes».
Este pasado viernes, la Comunitat notificó 18 fallecidos mientras que la curva de contagios continuó en caída con 4.563 casos, prácticamente la mitad que la semana anterior, un 49% menos, y la mejor cifra de un viernes de los últimos dos meses tras el 17 de diciembre, cuando se notificaron 3.751 positivos.
La situación de los hospitales también refleja el importante papel que están teniendo los antivirales a la hora de paliar el impacto del coronavirus en la salud de la población. Frente al colapso de hace un año, con picos de pacientes ingresados que rozaron los 4.800 enfermos en planta y los 680 en las UCI, este año la saturación sanitaria se ha cebado con los centros de salud ante el aluvión de pruebas PCR que han tenido que realizar por la explosión de contagios causada por la variante ómicron. Los hospitales apenas han contado en los momentos más tensos con 2.000 pacientes Covid en sus habitaciones y poco más de 200 en las salas de críticos. Y en este punto otro dato demuestra la eficacia de los antivirales. De los pacientes Covid que han requerido cuidados intensivos en esta sexta ola, prácticamente el 90% había declinado inmunizarse, en la mayor parte de los casos por decisión propia.
Sin su dosis
Por tanto, los resultados de esta sexta ola no son todavía más positivos porque algo más del 15% de la población no ha recibido ninguna dosis de la vacuna, bien porque los antivirales no se han autorizado para su grupo etario, como ocurre con los menores de cinco años; porque aún no se había extendido del todo -en los escolares de 5 a 11 años arrancó poco antes de las vacaciones de Navidad y aún quedan pendientes buena parte de las segundas dosis- y porque los interesados han evitado inocularse por decisión propia en la mayor parte de los casos, como ha ocurrido con unos 320.000 valencianos mayores de 12 años, especialmente veinteañeros y treintañeros, como se desprende de los datos de vacunación que difunde diariamente el Ministerio de Sanidad.
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Asimismo, los parámetros sobre el nivel de riesgo de la pandemia han tenido que ser modificados. De hecho, y ante esta última acometida del virus, la cartera que dirige Carolina Darias tuvo que ampliar los límites marcados para delimitar los citados niveles de riesgo, puesto que los expertos constataron que las tasas de incidencia anteriores no servían como referencia para la situación actual.
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