«No me vale ya la pena venir al centro de Valencia en coche desde Benetússer»

Pero también hay quien está acostumbrado a caminar entre los vagones y esperar a su convoy para llegar a su destino. Álvaro, Marcos, Xavi y Antonio son un grupo de amigos de Benetússer. Están acostumbrados a coger el tren día sí y día también. «No me vale ya la pena venir al centro de Valencia en coche desde el pueblo», cuenta Antonio, el único de los cuatro que tiene carnet de conducir.

Desde su localidad hasta la capital hay apenas siete minutos. Una distancia demasiado corta como para pasar a repostar de manera rutinaria y más teniendo en cuenta los desorbitados precios de la gasolina. Estos jóvenes, de entre 18 y 19 años, ya han renovado sus abonos gratuitos de Cercanías, Rodalies y Media Distancia que ha habilitado Renfe para el tercer cuatrimestre de 2023. A pesar de que, como informan desde la compañía de transportes, la mayor parte de los usuarios haya solicitado su abono por la aplicación, este grupo se ha dirigido a las taquillas de la Estación del Norte para hacerse con el suyo.

«La verdad es que no sabíamos que se podía hacer por internet», desvelan entre risas los jóvenes. Álvaro y Marcos ya se habían renovado su tarjeta desde hacía tiempo, pero Antonio confiesa de que se ha dado cuenta de que le hacía falta poco tiempo antes de subirme al tren: «He ido corriendo a las taquillas 15 minutos antes», revela Antonio.

Gracias a la agilidad de la renovación de los bonos por internet, en la Estación del Norte no se han formado grandes colas. La afluencia de gente está dentro de lo normal para tratarse de un fin de semana. Y eso que desde la compañía de transportes han informado que hasta este momento se han expedido 240.000 nuevos abonos gratuitos, teniendo en cuenta que 140.000 han sido de Cercanías y 100.000 de Media Distancia para los próximos cuatro meses.

Valeria ya ha renovado su bono por la aplicación de Renfe. La chica espera junto a una amiga suya a que llegue su tren. Estudia la carrera de Derecho en Valencia, pero su familia la espera en Gandia. «Me gusta ir a verlos todos los fines de semana», cuenta la joven con una sonrisa en el rostro. Porque nada es comparable con el sentimiento de volver a casa.