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EFE
Martes, 23 de junio 2020, 12:07
Toda la población valenciana respiró en 2019 un aire perjudicial para la salud según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la totalidad de la Comunitat estuvo expuesta a niveles de ozono que dañan la vegetación, según un informe de Ecologistas en Acción sobre la calidad del aire en 2019.
El informe difundido este martes desvela también que la organización ambiental ha decidido recurrir ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana la «negativa» del Consell a «cumplir con sus obligaciones legales en materia de calidad del aire», como aprobar planes de mejora de calidad del aire donde se superan los valores de ozono para la protección de la salud o la vegetación.
Según este estudio, 90.000 valencianos, el 2 % de la población, viven en las dos zonas donde la media de las estaciones de medición superó el objetivo legal para la protección de la salud establecido para el ozono.
El cuadro general de la Comunitat Valenciana es de unos elevados niveles de contaminación por ozono troposférico que afectan a todo el territorio, y cuyo origen procede en gran medida de los óxidos de nitrógeno emitidos por el tráfico rodado que circula por las cuatro aglomeraciones; Valencia, Alicante, Castellón y Elche, y por las carreteras interurbanas.
También contribuyen de forma más puntual a los niveles de ozono o partículas diversas áreas industriales, como la zona cerámica de Castellón, las cementeras de Alicante y Sagunto, la refinería de Castellón y la fábrica de automóviles de Almussafes , según señala el estudio.
El ozono troposférico ha afectado a todo el territorio valenciano, con altibajos respecto a años anteriores según zonas: los niveles de ozono han sido en general más altos en la provincia de Castellón y más bajos en Valencia y Alicante.
Todas las estaciones de medición registraron superaciones elevadas del valor recomendado por la OMS, a excepción de unas pocas ubicadas en el área metropolitana de Valencia, próxima a l'Horta.
De hecho, más de la mitad de las estaciones que midieron este contaminante han presentado más de 75 días de superación, por lo que si se les aplicara el criterio establecido en la normativa para evaluar el ozono, sólo en 2019 la mayoría de las estaciones valencianas habrían sobrepasado todas las superaciones admisibles durante tres años.
En las estaciones de Coratxar (Castellón), Morella (Castellón) y Zarra (Valencia) se ha superado la recomendación de la OMS en la mitad de los días del año, la segunda peor situación en España, tras Andalucía, expone Ecologistas en Acción.
El informe indica que la situación del aeropuerto de Alicante-Elche merece «mención aparte», ya que en su única estación superó en numerosas ocasiones el valor objetivo legal y la recomendación de la OMS, de forma que las elevadas emisiones de óxidos de nitrógeno asociadas a esta actividad «parecen estar induciendo concentraciones insalubres de ozono en su entorno».
Las partículas en suspensión afectaron principalmente a las aglomeraciones de Valencia, Castellón, Alicante y Elche, y a las áreas costeras de Mijares-Penyagolosa (Zona Cerámica de Castelló), Turia, Júcar-Cabriel y Segura-Vinalopó. En ellas hubo estaciones que registraron superaciones de las medias anual o diaria recomendadas por la OMS, aunque sin rebasar los valores límite diario y anual establecidos por la legislación.
El informe destaca «los significativos elevados niveles» de partículas en suspensión en los puertos de Alicante y Castellón, que evidencian que el movimiento de graneles sólidos conlleva «una cierta repercusión» sobre la calidad del aire de las áreas residenciales cercanas.
En la ciudad de Valencia, tras varios años de superación del valor límite anual el dióxido de nitrógeno (NO2) se mantiene desde 2017 por debajo. Durante 2019, el incumplimiento del límite anual de NO2 se centraría en el casco antiguo, en las grandes vías de circunvalación como la V-30 y en la zona sur.
En la estación Pista de Silla de València se ha alcanzado durante 2019 la guía de la OMS para el cancerígeno benceno, aunque sin llegar a superar el valor límite legal, y puntualmente en 2019 se reiteró el problema de contaminación industrial por dióxido de azufre (SO2) en Almassora, relacionadas con la refinería de BP Oil España.
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