Pese a los constantes requerimientos de los pediatras de que los padres vacunen a sus hijos, lo cierto es que las inmunizaciones han caído en la ciudad de Valencia en un año. Según datos del Anuario Estadístico, entre 2017 y 2018 se dejaron de vacunar casi 6.000 personas, en concreto 5.787. Este dato es llamativo toda vez que algunas vacunas optativas sí han crecido: 1.922 personas se inmunizaron contra la gripe entre esos dos años, los últimos de los que se dispone de datos oficiales.
Publicidad
Por lo tanto, si la vacuna de la gripe, la más importante en términos relativos del total de vacunas que se ponen en la ciudad, está asentada entre la población de riesgo y sí se pone en Valencia, ¿qué ha pasado para que haya caído el número de inmunizaciones? La clave está en un tipo de vacunas concreto: la triple vírica. La SPR ha pasado de 16.101 inmunizaciones en 2017 a 11.607 un año después: 4.494 vacunaciones menos. El 77% de las inyecciones que han dejado de ponerse en la ciudad corresponde a este tipo de tratamiento contra el sarampión, la rubeola y la varicela, tres enfermedades graves, sobre todo en adultos. Este descenso de las vacunas está íntimamente relacionado con el aumento de los diagnósticos de sarampión, una dolencia particularmente grave en adultos.
Así lo asegura Carlos Paredes, presidente de la Sociedad Valenciana de Pediatría, que apunta a un incremento del sarampión vinculado a la reducción de la triple vírica, sobre la que, dice, han circulado muchos bulos que indicaban que vacunarse contra el sarampión provocaba autismo. «Esta vacuna se pone en dos dosis: al año y entre los 3 y los 4 años. Si no completas las dos vacunas hay riesgo de poder pasar una de estas enfermedades. También las pueden pasar adultos», advierte Paredes, que lamenta que los grupos antivacunas son «muy fuertes», lo que ha provocado que el ministerio de Sanidad haya tenido que advertir a quienes nacieron entre 1970 y 1980 de que tienen que completar la inmunización dado que entre aquellos años únicamente se ponía una dosis.
«Tenemos que hacer frente a los grupos antivacunas con más formación, educación e instrucción», señala Paredes, que recuerda que aunque las vacunas no son obligatorias, sí hay medidas que pueden 'forzar' de alguna manera a los padres a inmunizar a sus hijos. «No somos partidarios de imponer, somos muy amigos de educar a la población y de informarles, pero cada vez más de una forma secundaria se están obligando a vacunar porque una guardería puede decidir no admitir a un niño si no tiene un certificado de vacunas», cuenta Paredes. El médico apunta que los derechos de unos padres «terminan donde empiezan los derechos de otros» y recuerda que en Granada un juez obligó a vacunar todos los niños de una guardería tras llegar un alumno sin inmunizar.
4.494 vacunas menos del sarampión, la rubeola y las paperas puestas en Valencia entre 2018 y 2017.
77% porcentaje del total de inmunizaciones que dejaron de ponerse en la ciudad y que correspondieron a la triple vírica.
35 ambulancias asistidas en servicio en la ciudad en 2018 pese a que el año anterior había 44.
No es el único dato importante relacionado con la sanidad que se lee en el Anuario Estadístico de la Ciudad de Valencia, publicado a finales del pasado año. Otra cifra curiosa habla de una acuciada reducción del número de ambulancias operativas en la ciudad. En 2017, siempre según la publicación municipal, había en Valencia 69 ambulancias asistidas, 25 públicas y 44 privadas. En apenas un año, esta cifra cayó hasta casi la mitad: 35, 12 públicas y 22 privadas. Cabe destacar que el anuario contabiliza únicamente las ambulancias asistidas, no las que no necesitan presencia médica, por lo que aunque esto no quiere decir que Valencia no tenga ambulancias, sí evidencia un descenso importante que hará más difícil la labor de los facultativos y los equipos de emergencia.
Publicidad
Los datos del Anuario Estadístico de la Ciudad de Valencia evidencian que el descenso de la natalidad de los últimos años, provocado, entre otras causas, por las dificultades para tener hijos a las que se enfrentan las mujeres de cualquier edad, ha causado también una destacada caída de los menores escolarizados en los centros de Valencia. Por ejemplo, los alumnos de preescolar e infantil han pasado de 27.290 en el curso 2016/2017 a 26.503 en el 2017/2018, el último del que se disponen datos, mientras que los estudiantes de primaria han pasado de 42.499 a 41.607 en el mismo periodo, siempre según datos del Consistorio. Todo ello ha causado también la pérdida de centros: dos menos de preescolar e infantil y uno mes de primaria, así como uno menos de secundaria, aunque ni en este caso ni en el de los alumnos de Bachillerato se ha detectado un descenso de los estudiantes.
Lo cierto es que los problemas para tener hijos sacuden a una ciudad de Valencia cada vez más envejecidas. Según estos mismos datos, un 20,8% de la población tiene más de 63 años, un total de 165.184 personas de las cuales más de un 26% viven solos. Según el anuario, en 2023, cuando se espera que Valencia tenga 808.711 vecinos, 173.385 tendrán más de 63 años y serán un 21,4% del total, de acuerdo a las proyecciones municipales.
Publicidad
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.