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Una niña sentada junto a su madre fumando cerca de la entrada de la estación de trenes de Leópolis, en el oeste de Ucrania. EFE
Las ONG valencianas, desbordadas ante el aluvión de solidaridad con los refugiados de Ucrania

Las ONG valencianas, desbordadas ante el aluvión de solidaridad con los refugiados de Ucrania

Las coordinadora recibe en una semana una veintena de consultas de familias interesadas en acoger ucranianos y urgen ingresos de dinero en cuentas en lugar de alimentos o ropa

J. A. Marrahí

Viernes, 11 de marzo 2022, 02:04

El teléfono no para de sonar en la Coordinadora Valenciana de ONGD (CVONGD), que agrupa a más de un centenar de organizaciones benéficas y humanitarias. Mientras, una persona se presenta con pañales a las puertas de la entidad. El pueblo valenciano jamás ha sido impasible ante el sufrimiento ajeno y se vive un estallido de solidaridad pocas veces visto, pero con los problemas que conlleva cuando no se canaliza de manera adecuada.

Y en este punto insistió ayer la portavoz de la organización, Carmen Rodríguez: «Sólo en la última semana hemos recibido más consultas de ciudadanos que en todo el mes de enero. De las alrededor de 70 consultas, una veintena estaban interesadas en acoger a refugiados ucranianos y el resto estaban relacionadas con donaciones», describe. «Y eso sólo a la coordinadora, a cada entidad en particular es ya imposible de cuantificar».

Ante la voluntad de acoger a niños o familias ucranianas es la Generalitat la que toma la batuta para evitar problemas, y en aras de una mayor coordinación. Cualquiera puede ofrecerse a través de los formularios que aparecen en gvaoberta.gva.es/va/ucrania. Tanto para brindar un piso vacío o cualquier otro espacio residencial como para convertirse en familia acogedora de menores, que previamente ha de ser evaluada por el Consell.

En este último punto, una familia puede solicitar acogimientos de urgencia, temporales o permanentes. También guarda por periodos de fin de semana o vacaciones, algo muy habitual en acogimiento de menores ucranianos.

Los requisitos que marca la Generalitat son ser mayor de edad, residir en la Comunitat y no tener antecedentes relacionados con delincuencia sexual o de violencia de género. También certificar documentalmente unos niveles de ingresos que aseguren que los menores van a estar en condiciones dignas, entre otros escritos.

Y es que, como advierte Rodríguez, «no vale cualquier familia y hay que filtrar muy bien los ofrecimientos». La razón es obvia: «Evitar que los desplazados caigan en manos de las redes de tráficos de seres humanos o pederastas».

Según Rodríguez, «sin duda va a hacer falta más espacios y familias para la cantidad de gente que ha de llegar, por eso es clave que la Administración actúe lo más rápido posible en la burocracia, con más personal y recursos para agilizar los trámites todo lo posible«.

Empresas, particulares, farmacias, asociaciones… La explosión de solidaridad llega de todas partes. «Es algo nunca visto«, agrega la portavoz de las organizaciones valencianas. »El hecho de ver la crisis de refugiados ucranianos en tantas imágenes está generando angustia y empatía entre la gente«, desgrana la portavoz. »Pero el aluvión de solidaridad descontrolada deriva en problemas«, advierte.

Segun detalla, «hay gente de España y otros puntos de Europa que se está desplazando con sus coches para presentarse con alimentos y ropa para donar en la frontera de Polonia con Ucrania. Esto genera un colapso. Los voluntarios y trabajadores no pueden estar gestionando todas las mercancías y pueden verse desbordados».

Necesidades cambiantes

Estamos ante una avalancha de casi dos millones de refugiados. Pero como insisten las ONG valencianas, «hay organizaciones profesionales que tienen su logística y muchos años de experiencia». En esta tesitura, el consejo de Rodríguez es que las familias apuesten, preferiblemente, «por los ingresos en cuentas de las organizaciones o informarse bien de las necesidades concretas de cada una a través de www.cvongd.org antes que presentar productos de manera espontánea».

Estas son las razones de su ruego: «En estas crisis, las necesidades cambian constantemente. Y esto va a ser algo de largo recorrido. Hemos visto muchas veces que al principio todos se vuelcan y luego, en seis meses, ya no hay fondos, como ha sucedido con Afganistán». Por eso el dinero siempre es mejor que los bienes físicos.

La Fundación Juntos por la Vida, que está trayendo a Valencia a refugiados ucranianos, está trabajando en la frontera con Polonia. Ha pedido «que se racionalice el envío de ayuda humanitaria a esta zona».

Según su presidenta, Clara Arnal, «está llegando muchísima ropa por parte de donaciones particulares que no se está utilizando porque hay exceso». Las prendas, describe, «se acumulan en el suelo, en la calle, donde se mojan por la lluvia y la nieve, y finalmente no sirven para nada». Es lo que está sucediendo en el centro de atención a refugiados de Przemysl, donde se ubica la instalación logística para atender a las personas que huyen de Ucrania.

«Es de agradecer la voluntad solidaria pero debemos racionalizar este tipo de envíos, de ropa y medicinas a través de organizaciones especializadas en ayuda humanitaria», insiste Arnal. De esta manera «se pueden optimizar los envíos para que realmente sirvan para ayudar a la población».

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