E. RODRÍGUEZ/ J. BATISTA
Lunes, 24 de febrero 2020, 13:12
Las cinco muertes por coronavirus en Italia y los más de 200 contagios han puesto en alerta a los familiares de valencianos que estudian y trabajan en el país pese a las llamadas a la tranquilidad de los desplazados, que han visto cómo en las últimas horas se aplican severas medidas de prevención.
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Marcos Martínez está cursando su Erasmus en Milán. Ha visto su rutina afectada por la cancelación de las clases durante una semana, aunque se muestra tranquilo. «Tengo un viaje programado a Jordania junto a unos amigos y la idea es hacerlo», cuenta el joven valenciano. No obstante, admite que tratará de pisar «lo menos posible» la calle. La de ayer fue su primera jornada sin salir de la residencia universitaria.
Rocío es otra valenciana que está viviendo el nerviosismo generado en Milán. «Vemos a gente por la calle con las mascarillas y los familiares están preocupados, pero nosotros creemos que se ha generado demasiada alarma», señala. «Si tenemos alguna molestia o dolencia no podemos acudir a urgencias. Tenemos que llamar al 112 y viene un médico a domicilio», cuenta la joven.
Rodrigo también reside en Milán. Insiste en que «la vida sigue» y tanto él como sus amigos tratarán de continuar con su día a día. «Esta tarde (por ayer por la tarde) saldremos a comprar», señala. El joven ha observado cómo se han encarecido los billetes de avión desde Italia desde que se anunciaron los contagios: «Vuelos que antes podían costar 40 euros ahora están a 300».
«El ambiente es algo distendido entre los estudiantes, pero el hecho de que se hayan suspendido las clases la próxima semana ha subido el nivel de alarma», explica la alumna de la Universidad de Bolonia. «Hay gente entre los erasmus que está valorando volverse a casa un tiempo, hasta que la situación se calme», añade, antes de lanzar un mensaje de tranquilidad a los familiares: «Estaremos bien, nos cuidaremos los unos a los otros». Como muestra de prudencia, ha anulado un viaje a Padua que tenía previsto.
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Ana Ramírez cursa su año de Erasmus en Milán. Explica que el centro de la ciudad, ayer, registró una gran afluencia pese a las noticias. No obstante, es patente la preocupación por tomar precauciones. «En la farmacia de la estación central hay un cartel donde pone que las mascarillas están agotadas», indica.
«Han cancelado todas las clases esta semana en la universidad y se han cerrado lugares por el peligro de contagio», relata este alumno erasmus de Milán, que añade que su familia no está en exceso preocupada porque no se encuentra entre los grupos de riesgo, si bien ha evitado coger el metro o el autobús «en la medida de lo posible». «Los supermercados tienen problemas para abastecer, creo que hay mucho alarmismo y la gente ha comprado como para un Apocalipsis».
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20,4% Es el porcentaje de alumnos españoles que eligen Italia como destino para su estancia Erasmus, según se desprende de los últimos datos estadísticos publicados por el Ministerio de Educación y FP. El 11,5% optaron por Reino Unido, el 9,7% por Alemania y el 9,5% por Francia.
Programa consolidado La Comunitat es una de las regiones españolas con mayor experiencia Erasmus. De hecho, es la cuarta autonomía en movilidades, con más de 4.000 estudiantes enviados a diferentes países tras Andalucía, Madrid y Cataluña.
47.138 estudiantes fueron acogidos en universidades españolas en 2016, último año del que se disponen cifras cerradas. España es el destino más solicitado por los europeos y la Universitat de València se sitúa entre las más demandadas.
«Resido en Palermo, donde están en alerta por dos casos. Yo estoy ahora mismo en España pero fui de sábado a martes a Palermo. Lo curioso es que nos hicieron los controles el sábado en el aeropuerto de Palermo al aterrizar pero no a la vuelta en Valencia», añade. «Tengo amigos en Padúa y Milán que dicen que hay militares controlando», señala.
La universidad de Turín, ciudad donde también ha llegado el virus, ha cancelado las clases la próxima semana. Alessandra relata que muchas farmacias han colgado carteles anunciando que no tienen ni mascarillas ni geles desinfectantes. «En mi caso me los van a mandar desde España», relata. Un compañero suyo, que fue ayer a un supermercado, no pudo encontrar estos productos. «Había colas a primera hora para entrar y pasillos vacíos; ha volado la comida en lata, como si hubiera gente que prevé no salir de casa en varios días», explica.
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«Por Florencia la gente está alarmada pero no se han tomado medidas porque no hay casos. Ayer (por anteayer) viajé hacia Génova para hacer una excursión y sí que había gente italiana que viajaba con mascarillas en el tren. Y en un momento en que hubo una aglomeración grande en la estación la gente sí que se tapaba la boca con la bufanda o con una camiseta», dijo. «Hay padres de amigos míos que les han dicho que vuelvan», añadió.
Instalada en Verona, trabaja en los museos de la ciudad. La región del Veneto sumó la primera víctima mortal. «Hay un poco de alarma, es una ciudad turística y llama la atención que ves a turistas con mascarillas por la calle, y en los grupos de amigos se habla del tema», señala. Volvió hace unos días, tras una estancia en Valencia. «En el aeropuerto, cuando salíamos del avión, había personal ataviado con trajes sanitarios y mascarillas tomándonos la temperatura», dice.
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