Decenas de discapacitados durante la protesta celebrada este martes en Alicante. LP

Los valencianos sufren esperas de hasta dos años para obtener el certificado de discapacidad

«Nos perjudica en el empleo, la educación, la accesibilidad, la salud, y también nos impide acceder a prestaciones que compensan la desigualdad de oportunidades», denuncian desde Cocemfe Valencia

D. GUINDO

Martes, 3 de mayo 2022, 13:06

«Desesperante». Así es como califican desde el colectivo de la discapacidad la espera que miles de personas llevan viviendo desde hace años para contar con una valoración a tiempo y una baremación actualizada de su situación; demoras que en el caso de la Comunitat ... llegan a los dos años en algunos casos cuando la normativa establece un plazo máximo de tres meses. Y mientras los afectados no cuenten con el certificado que acredita su grado de discapacidad no pueden optar a las ayudas y servicios que les corresponden por ley.

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Esta situación, que se reproduce prácticamente en toda España, ha originado que se ponga en marcha la campaña #EsperaYDesespera, impulsada por Cocemfe nacional y su Movimiento Asociativo, que este martes se iba a escenificar con la organización de colas de los afectados a las puertas de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas. Sin embargo, las inclemencias meteorológicas han evitado la protesta en la vía pública en Valencia y Castellón, aunque en Alicante sí ha podido celebrarse.

La campaña, organizada con motivo del Día Nacional de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas, ha contado con la participación de representantes de Cocemfe Valencia, Cocemfe CV y sus entidades, y de la participación de personas que actualmente permanecen a la espera de su valoración o de que se renueve el baremo actual, que conjuntamente exigen terminar con esta situación.

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El vicepresidente de Cocemfe Valencia, Ezequiel Ruiz, ha explicado las consecuencias de esta situación: «No recibir una valoración o una revisión del grado de discapacidad a tiempo nos perjudica en el empleo, la educación, la accesibilidad, la salud… y también nos impide acceder a prestaciones que compensan la desigualdad de oportunidades. Es un sistema de derechos al que se nos está impidiendo acceder, con las graves consecuencias que esto tiene para nuestra plena inclusión y participación activa en la sociedad», ha denunciado.

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En concreto, las entidades han explicado que el tiempo de espera es variable dependiendo de la comunidad autónoma, pero incluso dentro de un mismo territorio o una misma provincia encontramos diferencias notables al respecto. En la provincia de Valencia se puede encontrar un tiempo de espera medio de 18 meses y personas que tardan hasta 28 meses en conseguir tener la valoración, cuando la normativa actual establece este tiempo en tres meses por resultar un procedimiento de emergencia. En Alicante, lo habitual es esperar entre un año y medio y dos; mientras que en Castelló esta tiempo se sitúa entre los seis y los 12 meses.

«En los casos más graves, hay personas que han fallecido antes de tener la resolución y han tenido que estar durante todo ese tiempo de espera sin recibir apoyos en el momento en que más los necesitaban», han denunciado.

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Ruiz ha destacado que se trata de un trámite de vital importancia para las personas con discapacidad: «Esa incertidumbre provoca que muchas personas con discapacidad no puedan elaborar su propio plan de vida. En lugar de recibir apoyos en los momentos más complicados, lo que tenemos es una espera que se nos hace infinita. Necesitamos concreción y rapidez en estos trámites y saber si vamos a tener acceso o no a ciertas prestaciones o medidas de apoyo», ha indicado.

Vídeo. El día a día de las personas con sordoceguera

El Movimiento Asociativo de Cocemfe hace hincapié en la importancia de concreción y rapidez en estos trámites para saber si las personas con discapacidad van a tener acceso o no a ciertas prestaciones o medidas de apoyo.

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Nuevo baremo de discapacidad

A todo esto, se suma el nuevo baremo de discapacidad, cuya espera supera los 20 años. En este sentido, han destacado la urgencia de poner en marcha el nuevo baremo del grado de discapacidad, el cual ha sido consensuado entre organizaciones, como Cocemfe nacional, con el Gobierno y las comunidades autónomas.

«Aunque el nuevo baremo no es ideal, porque no aporta certezas sobre su despliegue y no indica qué elementos va a incorporar frente a los grandes retrasos en la valoración y revisión del grado de discapacidad y frente a la infradotación de recursos en los servicios, que dificulta y condiciona la implantación, es necesario que se ponga en marcha porque incorpora mejoras para el reconocimiento de situaciones vinculadas a la discapacidad orgánica, como la fatiga o el dolor, enfermedades reumatológicas o enfermedades que cursan con brote», han detallado.

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Esta denuncia forma parte de la campaña #EsperaYDesespera de Cocemfe nacional y qestá financiada a través de las subvenciones para la realización de actividades de interés general consideradas de interés social de la convocatoria del 0,7 del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.

El colectivo exige que la inclusión de las personas con discapacidad comience desde la infancia

El Comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad de la Comunidad Valenciana (CERMI CV) ha reclamado que la inclusión, el bienestar y los derechos de las personas con discapacidad deben comenzar desde la infancia, puesto que en esta primera etapa las niñas y los niños con discapacidad y su entorno familiar están más expuestas a la quiebra de sus derechos y a sufrir la carencia de apoyos y recursos que comprometan su proceso de inclusión, lo que condiciona gravemente su futuro.

Una reivindicación que el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) y la Fundación CERMI Mujeres (FCM) hacen en su manifiesto para el Día Nacional de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, y a la que también CERMI CV se suma.

Esta efeméride se celebra cada 3 de mayo desde que fuera establecido oficialmente por el Consejo de ministros en 2019, a propuesta del propio CERMI. En este 2022 el Comité ha querido poner el foco en uno de los colectivos más vulnerables de entre las personas con discapacidad, así que su manifiesto, bajo el título ‘niñas y niños con discapacidad, inclusión desde el principio’, se ha dedicado a la defensa de los derechos de la infancia con discapacidad, poniendo énfasis en el artículo 7 de la Convención de 2006.

En él se especifica que “las niñas y los niños con discapacidad son parte inseparable de la infancia, que es plural y diversa, con la que han de relacionarse e interactuar como unos iguales más, en entornos compartidos, inclusivos y respetuosos, sin que sean admisibles separaciones divisivas que aparten de la vida en comunidad”.

En este sentido, ambas entidades han destacado la necesidad de identificar y detectar las situaciones de discapacidades en la infancia lo más tempranamente posible, y han asegurado que se debe regular la atención temprana y el desarrollo infantilcomo “derechos subjetivos exigibles, vinculantes, universales y gratuitos para toda la infancia con discapacidad, así como con deficiencias o alteraciones de salud y en el desarrollo susceptibles de generar una situación de discapacidad”.

Asimismo, ha exigido para la infancia con discapacidad una atención y prestaciones sanitarias de calidad, y entornos seguros con relaciones igualmente seguras, “en los que quede preservada siempre su integridad y bienestar, protegidos contra cualquier forma de violencia, maltrato y abuso, especialmente del acoso asociado a motivos de discapacidad y preservados contra la privación lingüística”.

Por otro lado, CERMI y la FCM han afirmado en su manifiesto que “la discapacidad no es neutra en términos económicos y de renta”, ya que “la discapacidad lleva consigo casi siempre menor renta disponible y también mayor gasto”. Contra esta situación que califican de “agravio económico por motivos de discapacidad”, piden que se otorgue a la discapacidad “el mejor tratamiento en todas las políticas y sistemas de protección social y de salud (Seguridad Social, Sistema Nacional de Salud, servicios sociales, autonomía personal y atención a la dependencia, rentas básicas, fiscalidad, etc.)”.

Este manifiesto, además, reivindica el derecho de la infancia con discapacidad a una imagen social positiva y respetuosa, el derecho al ocio inclusivo, y ha defendido un abordaje de las situaciones de discriminación contra la infancia con discapacidad desde una perspectiva interseccional, además de recalcar que “es preciso combatir por todos los medios la soledad forzosa en los niños y las niñas con discapacidad”.

Finalmente, las entidades han exigido que “las niñas y los niños con discapacidad, y sus familias, figuren como dimensión específica en todas las políticas públicas de desarrollo rural inclusivo y de lucha contra la despoblación”, y han pedido que “la próxima implantación en España de la Garantía Infantil, como mecanismo específico dirigido al bienestar de la infancia, asuma la dimensión inclusiva de atención intensificada a las niñas y los niños con discapacidad”.

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