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Valencianos en la guerra contra el fango

Militares del batallón de la UME en Bétera describen los estragos de la devastadora avenida en Mallorca

J. A. M.

VALENCIA.

Lunes, 22 de octubre 2018, 00:24

El paso de la gota fría en la Comunitat llegaba precedido por la trágica y cercana experiencia de Mallorca. Pese a los severos daños en Valencia y Castellón, el daño de las trombas no es comparable a lo que vivió Sant Llorenç des Cadassars en la noche del 9 de octubre. El desbordamiento de un torrente dejó 13 muertos, entre ellos un niño, llenó casas con tres metros de agua, arrastró coches y dobló vallas «como si fueran cordones de zapatos».

Así lo recuerda el cabo primero Vicente Palmero, buceador del III Batallón de la Unidad Militar de Emergencia (UME), con sede en Bétera. Él es uno de los 300 miembros del Ejército que se activaron esa misma noche para auxiliar al pueblo balear. A finales de la semana pasada, todavía 40 efectivos seguían en la 'zona cero' mallorquina. «Nuestra tarea consistió en buscar y rescatar a personas y encontrar vehículos en las pozas del torrente».

Palmero y otros buzos se movían en una profundidad de unos cuatro metros. «He vivido otras inundaciones, pero la virulencia de este torrente era inusual: ningún puente tenía barandillas, las farolas estaban volcadas y las barandillas, dobladas como si fueran cordones de zapatos. Coches arrastrados... En fin, una tremenda devastación que se extendía a lo largo de 150 metros».

Su visibilidad era nula por la densidad y suciedad del agua enfangada. «Nos teníamos que guiar con cuerdas y palpábamos a ciegas en busca de personas u objetos».

El teniente Javier Díez estuvo al mando de 40 militares. Buscó desaparecidos y coordinó las innumerables tareas de achique en casas inundadas. «El agua llegaba a tres metros de altura y los destrozos eran brutales», describe.

El cabo Daniel García trabajó duro con los equipos de perros adiestrados. Tampoco para ellos fue una tarea sencilla. «Seguimos el cauce del barranco donde se desarrolló la inundación en busca de afectados. Lo más complejo fue la temperatura, las largas distancias que recorrer y, en especial, las condiciones del terreno. Avanzaba con el perro en brazos para que no se hundiera», recuerda.

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