Valencianos en Londres: «Era muy querida y no conozco a nadie que no la aprecie»

Es el caso de Antonio Escrig, un enfermero que trabaja en un hospital londinense, que lleva varios años viviendo en la capital británica y considera que a la reina «la gente le tenía aprecio y respeto. Es muy querida y no conozco a nadie que no la aprecie». Considera que no ocurre lo mismo que con la monarquía española ya que la gente suele pasar más. «No me imagino en España este sentimiento», aclara. «No me extrañaría que el día del entierro lo cierren todo», apunta.

«El Rey tiene aquí su papel. Es el que da unidad», matiza y añade que «yo no soy muy monárquico y me gustaba más nuestro rey anterior, aunque no al final».

El grado de conmoción es tal que Escrig ha visto a médicos y compañeros suyos en el hospital emocionados por el deceso real. El valenciano resalta que el respeto de la reina fallecida en el mundo sanitario era aún más alto por la defensa que en ocasiones hizo del sistema de sanidad pública. «Es como si hubiera muerto alguien cercano a la familia. Es curioso el sentimiento que ha levantado esta mujer», añade y señala que «me gustaría tener en España una reina Elizabeth». Para Antonio Escrig «se echa de menos una mano de mujer que sea querida para unir más a la gente, alguien que inspire respeto».

Saray Beltrán es de Vila-real pero también vive en Londres desde hace años y coincide con Antonio Escrig en resaltar el cariño que despertaba la reina entre la población. También piensa que el día que sea el funeral de la reina «todo se va a paralizar». «Hoy estamos viendo cómo miles de empresas se están uniendo a las condolencias. Aquí el sentimiento monárquico es muy diferente del que se puede encontrar en España», apunta. Saray lo compara con las celebraciones del jubileo en junio. «En todos los colegios les regalaron a todos los alumnos un libro ilustrado sobre la figura de la reina. Ahora hemos recibido una carta del centro donde se nos informa de lo que quieren hacer estos días», relata y añade que «creo que el día del funeral tendremos un día de fiesta».

«A mi hija la noticia de la muerte le pilló en una tienda y en algunas lo anunciaron con megáfonos», explica.

«Llama la atención cómo los supermercados se han llenado de flores para que la gente las compre y le rinda homenaje a la reina», cuenta Saray que también señala que habrá merchandaising con la figura de la reina. «Habrá cajas de galletas con su imagen. Estoy segura», dice.

«Hoy había, como es habitual, un montón de tráfico pero casi no se oía que nadie tocara el claxon. Todas las emisoras de radio ponen música tranquila y relajada y en toda se cuentan cosas bonitas de la reina», aclara.

Por otro lado, detalla que todas las iglesias están abiertas «para que la gente pueda ir a rezar por la reina». Además, señala que «todos los niños están sorprendidos y se conocen la vida de la reina porque en los colegios se les enseña».

Jordi Llácer es profesor y ha puesto en marcha la asociación Valencians en U. K. También reside en Londres «Al morir todos los anuncios digitales retiraron la publicidad para poner el nombre de la Reina y la fecha de su nacimiento y deceso», apunta. Reconoce que el respeto generalizado hacia la figura de Isabel II, «pero no es lo mismo con su sucesor». De hecho asegura que hay un run run «de que podría abdicar en su hijo Guillermo en unas semanas ya que la gente no está muy de acuerdo con que su mujer sea reina consorte».

El valenciano también resalta los problemas que han tenido sus hijos y señala que la muerte puede reabrir el debate «monarquía/república. Puede hacer que la gente se pregunte «¿es esta la monarquía que necesitamos?» Llácer también considera que el fallecimiento puede ser «un elemento de reflexión sobre el futuro y la gente se pregunta si la institución puede durar con Carlos al frente».

Reconoce que la reina era una persona «muy querida y hay cierta penumbra por el hecho de su muerte pero el resto de la familia no tiene el mismo respeto».

Escarlata García es de Valencia y señala que cuando ha entrado en el aeropuerto -esta mañana iba a coger un avión- «no habían llegado los periódicos cuando habitualmente están». «Los colegios de mis hijos nos han enviado un mail señalando que iban a hacer una asamblea para explicar la situación a los niños», apunta.

«Creo que el día del entierro será de fiesta nacional porque la gente tiene mucho cariño a la familia real. No es como en España», aclara aunque matiza que no es lo mismo la reina que el resto de la familia. «La gente está triste», subraya.

Elsa López es de Sagunto y también reside en Londres desde hace años. «La monarquía es un pilar del país, un elemento de unión», asegura y añade que Isabel II «era como la abuela de mucha gente. Mis hijos también se han visto afectados por la noticia. Se la ve como una reina del pueblo que va a recibir unos honores muy merecidos».

También ha destacado que en España los sentimientos son bien distintos. «Sólo hay que ver lo que sucede con la bandera. Aquí en Gran Bretaña está separada de cualquier ideología política y quizá en España algunos sectores se habrían alegrado por el fallecimiento», afirma. Además, señala que la reina «en Gran Bretaña representa el servicio público y lo ha demostrado hasta el último momento y es por ello un símbolo que nadie pone en duda».

Lara Payá, matrona, es una valenciana residente en Londres desde hace años y explica que en la capital británica «hay una sensación extraña en el ambiente. En general, es de pena. Da la impresión de que hemos llegado al fin de una era, algo que se suma al momento político que está viviendo Reino Unido, lo que se suma a esa sensación que se tenía desde hace tiempo de que las cosas no van bien».