Afectados de Utiel: «Estábamos sacando agua con una bomba de un sótano y tuvimos que irnos corriendo»

Luchar contra lo imposible. Diego aún sigue incrédulo. Asegura que vio algo que no había visto en 50 años. Los que tiene de vida. El día después en Utiel, además de llorar por los fallecidos, va a servir para empezar a limpiar. Será un proceso largo y costoso, pero al que hay que hacer frente.

Angustia y desesperación. Eso es lo que asegura sintió Diego el martes 29 de octubre, día que pasará a los libros de historia.

A las ocho de la mañana comenzó a llover «pero no le dimos más importancia». Pasaban las horas y la intensidad de la lluvia aumentaba. «A las doce ya veíamos que esto no era normal», siguió explicando y fue alrededor de la una de la tarde cuando todo se precipitó. Las cifras caídas, 278 litros por metro cuadrado en algunos puntos, son de auténtica locura y superan con creces los máximos registrados en el municipio, tanto en 1971 como en 1982, donde, por ejemplo, el día de la pantanada que arrasó la Ribera, el 20 de octubre, apenas se midieron 141, prácticamente la mitad.

El propietario de una empresa de construcción explica que le llamó un vecino «diciéndome que le había entrado agua en un sótano. Fui con una bomba que tengo y comenzamos a sacar agua. En ese momento nos miramos y nos dijimos: '¿Qué hacemos aquí con una bomba?' y nos tuvimos que ir corriendo porque era imposible». El volumen del agua era tal que usar una bomba de extracción era cómo intentar vaciar el mar con una cuchara. Un imposible.

El agua llegó «hasta los tres metros y pico en algunas viviendas», explicó otro de los afectados.

En la jornada de este miércoles, y aún con el cansancio y el dolor en el cuerpo, Diego asegura que va a dedicar el día a ayudar en lo que pueda. La solidaridad se siente y las ganas de apoyar a quienes lo han perdido todo, en algunos casos la vida, también.

Cuando se le pregunta si se podía haber actuado de otra manera o había forma humana de enfrentarse a lo que llegó, es rotundo: «Nunca, nunca jamás he visto algo así. Es imposible. Nos cogió a todos desprevenidos. No estábamos preparados para lo que pasó. Probablemente ahora sí lo estemos», apunta apesadumbrado, consciente del mucho trabajo que el pueblo de Utiel tiene por delante.

Diego es sólo uno de los muchos vecinos que, según apuntaba el alcalde, ha demostrado la solidaridad: «La gente, con sus tractores, ha rescatado a personas atrapadas en sus coches», relataba emocionado el primer edil.

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