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JUAN SANCHIS
VALENCIA.
Domingo, 30 de junio 2019
La aparición de ejemplares de carabela portuguesa, cuya picadura en determinadas condiciones puede llegar a ser mortal, en las costas valencianas durante la primavera de 2018 desató la alarma. Este verano parece presentarse más tranquilo, aunque se han detectado algunos ejemplares en Benidorm, pero conviene no bajar la guardia. Quizá esta especie no sea muy frecuente en el litoral mediterráneo, pero las playas de la Comunitat no se librarán de la presencia de medusas, algunas de ellas con picaduras bastante molestas.
Es una de las consecuencias del cambio climático y de la acción antrópica en las costas. El incremento de las temperaturas está propiciando unos cambios en el hábitat que favorecen la proliferación de estos invertebrados. Así lo señala Miguel Candelas, del Mediterranean Medusa de l'Oceanogràfic de Valencia.
El científico también se encargó de matizar que no se puede hacer una predicción sobre si este año habrán más o menos medusas en las playas valencianas. Todo dependerá de las condiciones ambientales.
Pero para Candelas el hecho de que los veranos sean cada vez más largos favorece la presencia de las medusas cerca de la costa. También las actuaciones como diques o ampliaciones de puertos han propiciado la creación de hábitats adecuados para estas especies. «Hay estudios que muestran que prefieren para posarse sustratos de hormigón», recalcó el experto. Además, hay más nutrientes gracias al incremento de vertidos de abonos. «La tendencia marcada por los últimos años es que aumenten cada vez más», certificó Candelas.
El responsable del departamento de Medusas de l'Oceanogràfic de Valencia señaló que el incremento en la temperatura del mar es otro factor que favorece la proliferación de estos organismos. De hecho, los estudios señalan que entre 1982 y febrero de 2019 el Mediterráneo se ha calentado en 1,2º.
Los investigadores destacan el comportamiento cíclico de las medusas. Lo recuerda Juan Guillén, del Instituto de Ecología Litoral, que subraya que a unos años con muchas apariciones le siguen otros con una menor presencia.
Las que todavía no han aparecido en las costas valencianas son las salpas cuya presencia en los últimos días ha asombrado a los bañistas en las playas mediterráneas de Andalucía. Aunque no es una medusa, la salpa tiene una configuración similar, explica Candelas. Transparente y gelatinosa puede confundirse con ellas, pero es una especie de cordados que llama la atención por la forma de barril.
El biólogo explica que es un organismo que se encuentra en aguas profundas y sólo aparece en las costas si se dan las condiciones adecuadas: vientos, corrientes y la presencia de alimentos (fitoplancton y zooplancton). No sería extraño por ello que aparecieran por las costas valencianas en las próximas semanas. Aunque no hay que temerlas. No son peligrosas ni urticantes, ya que no producen ninguna picadura. Como máximo pueden ser molestas por su abundancia.
Sí que hay que tener mayor precaución con las medusas más habituales en el Mediterráneo. Es el caso de la Pelagia Noctiluca. Es una de las más numerosas en las costas valencianas y su picadura puede ser peligrosa. También hay que tener en cuenta la medusa compás por su peligrosidad, típica del Mediterráneo y con un ciclo vital que coincide con el verano. En cambio, la 'huevo frito', también muy común en nuestras aguas, es totalmente inofensiva para el hombre.
Medusa luminiscente Pelagia noctiluca: Esta especie es la más abundante en el litoral valenciano. Se encuentra principalmente en primavera y verano. Su picadura es peligrosa.
Medusa Compás Chrysaora hysoscella: Su picadura es severa. Alcanza un tamaño de hasta 50 centímetros y se propaga entre julio y septiembre.
Aguamala Rhizostoma pulmo: Es una especie de gran tamaño y su picadura también es severa. Se encuentra entre julio y septiembre.
Medusa huevo frito Cotylorhiza tuberculata: Su picadura es leve y es muy abundante con altas temperaturas.
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