Borrar
Urgente El precio de la luz vuelve a caer este lunes con la nueva tarifa y deja varias horas en negativo: las horas más baratas y más caras de la jornada
En su entorno. Vicenta Rodríguez en una clase del colegio que dirige, el Santa María de Valencia. Da clases en 4º de la ESO. Irene MArsilla
Vicenta Rodríguez: «Facilitar el paso de curso con suspensos hace un flaco favor a los alumnos»

Vicenta Rodríguez: «Facilitar el paso de curso con suspensos hace un flaco favor a los alumnos»

La secretaria autonómica de Escuelas Católicas considera que potenciar la FP también pasa por aumentar los conciertos y pide más dotación de profesores para alumnos con más necesidades

J. BATISTA

valencia.

Domingo, 15 de mayo 2022, 00:19

Vicenta Rodríguez representa a 277 centros integrados en Escuelas Católicas, la patronal concertada más grande de la Comunitat. Cuestiona la Lomloe, reflexiona sobre la relación mantenida con la administración durante los últimos años y repasa las reivindicaciones del sector. Raquel Tamarit, la futura consellera, puede tomar buena nota.

-¿Qué balance hace del mandato de Vicent Marzà?

-Ha habido dos momentos. El primero, tras su llegada, fue de total enfrentamiento, con una política de plantear supresiones de aulas en Infantil y Primaria, con sus declaraciones sobre la barra libre... Fue un choque brutal. Cuando vimos que negociar no daba frutos desde centros y asociaciones se acudió a los tribunales. Ahí están las sentencias. Pero en la segunda legislatura hay un punto de inflexión. Empezamos a colaborar más. Y especialmente cuando llega la pandemia, por ejemplo a través del Foro Educativo. Sabíamos que si sumábamos multiplicaríamos resultados. Escuchamos y se nos escuchó. De allí salieron los refuerzos extraordinarios, se abrieron los colegios, se mantuvieron abiertos después y el resultado ha sido muy positivo. Desde entonces tenemos una relación muy cordial.

-¿Qué espera de su sucesora?

-Que escuche a todos los sectores de la comunidad educativa, con esa conciencia de que la conselleria es de todos. Y que administre bien la herencia recibida. Creo que la administración ha comprendido que existen dos redes complementarias que trabajan juntas. Que no somos subsidiarias. Un ejemplo es la gratuidad en dos años, que también nos ha llegado, aunque haya sido más tarde. Además le pediría algo básico para nosotros: facilitar que las familias puedan elegir colegio en base a sus preferencias. Sin constricciones.

-¿A los colegios católicos también les preocupa la caída de la natalidad?

-Naturalmente. Es que nos va la vida en ello. Menos natalidad es población más envejecida, y menos productividad en materia laboral. Y no es lo mismo que un niño socialice en un centro con muchos alumnos que en otro con pocos.

-También les va la vida en que tener menos niños puede implicar perder aulas sostenidas con fondos públicos.

-También, por eso creo que reducir ratios es una buena medida, porque puede salvar colegios. Y aprovecho para introducir una cuestión, sobre nuestro recurso contra la reducción extraordinaria que se impuso en Infantil -que no llegó a buen puerto tras dar la razón el Supremo a la conselleria-. No me opongo a la reducción de ratios, pero hay otras formas de hacerlo sin obligar por decreto. Hay que tener en cuenta nuestro planteamiento. Si empezamos con menos alumnos en 1º de Infantil, ¿qué pasará cuando lleguen a 4º de la ESO? Por el camino unos se van, otros repiten y otros hacen FP. Además de que supone un límite en cuanto a libertad de elección, puede llegar el momento en que esta diferencia de partida pueda suponer la pérdida de un aula. Una alternativa es trabajar con desdobles de clases, por ejemplo.

-Para explicar su posición en relación a la enseñanza postobligatoria, Marzà dijo en estas páginas que si había oferta suficiente de Bachillerato no era preciso invertir en crear más plazas. Supongo que discrepa.

-Creo que si hay una oferta suficiente en determinada zona, tanto pública como concertada para que las familias elijan, es verdad que no tiene sentido autorizar más. Ahí coincidiría. ¿Pero qué está pasando en la FP, que también es postobligatoria? Hay centros concertados que ofertan ciclos extraordinarios. Se les autoriza a ello, pero no se les concierta pese a ser una necesidad social, tener demanda y no haber oferta suficiente en la zona. Una de las peticiones a la nueva consellera será esta. Se fomentaría la igualdad de oportunidades en el acceso. Y se contribuiría a potenciar aún más la Formación Profesional.

-Las escuelas católicas suelen tener una elevada demanda. ¿Cree, sinceramente, que influye en ello su ideario?

-Una escuela católica es aquella que hace una propuesta educativa basada en el humanismo cristiano. Diría que en un porcentaje alto nuestras familias no han leído ni mirado el ideario o el proyecto educativo. Saben que es un centro concertado católico porque han venido los padres u otros familiares, o vienen por proximidad o porque de alguna manera tenemos prestigio. Pero también saben que les vamos a enseñar cosas positivas, que sus hijos serán personas comprometidas con la sociedad y que tenemos valores y principios arraigados. Se puede ser agnóstico o ateo, pero sinceramente, el humanismo cristiano a todo el mundo le viene bien. Es compromiso con la sociedad, con los desfavorecidos, con ayudar a la persona. Cualquier miembro de la sociedad, cuando necesita ayuda, tiene las puertas de la iglesia abiertas. Sin mirar condición sexual, sin tener en cuenta su procedencia o sus problemáticas. La iglesia acoge y escucha. Y estos valores se aplican a nuestra educación.

-¿Preocupa que aún no se conozcan los currículos de la Lomloe ni la organización de las materias del nuevo curso?

-Sí. Una ley que se metió con calzador y sin diálogo ahora está encima de la mesa y sin saber oficialmente cómo la aplicamos. Pero al mismo tiempo los colegios sabemos que funcionaremos, que el día que corresponda de septiembre abriremos las puertas. Sabemos educar y trabajar. Son muchos años de experiencia. Iremos apretados y sin tiempo de reflexión suficiente para elegir materiales o plantear programaciones, pero que las familias estén tranquilas. Sus hijos no perderán el tiempo.

-Su patronal es contraria a la Lomloe. ¿Por qué?

-Por ejemplo, habla de autonomía pero limita competencias a los directores, o introduce a un representante de la administración en los consejos escolares de los centros concertados, como si se desconfiara. Y luego está el empeño en introducir cuestiones ideológicas y la eliminación de la demanda social en la planificación escolar, que choca con la libertad de elección.

-¿Qué opina sobre la mayor flexibilidad para pasar de curso o titular en la ESO, sin que se fije un límite de suspensos?

-Flaco favor hace a los alumnos el hecho de que demos estas facilidades. Pasar con materias pendientes no significa que estemos educando mejor o se aprenda más. Les estamos desmotivando. Si saben que tienen que aprobar las materias se pondrán unas metas más altas. Además, ya sé que la palabra esfuerzo no está muy de moda, pero ¿qué hay en la vida que no requiera esfuerzo? Hasta subir una escalera. Es una medida cortoplacista, que puede impedir una mirada de largo alcance. Y en Bachillerato la posibilidad de pasar con una suspendida implica un déficit de aprendizaje que se arrastra en la universidad. Les lanzamos un mensaje equivocado. La vida también tiene dificultades. ¿Cómo te enfrentarás a ellas si no estás entrenado? Hay voces que insisten en que la nota no lo es todo. Lo sabemos. Cualquier buen profesor que ve que su alumno se esfuerza, que aunque le cuesta más hace los trabajos, que abre los ojos como platos en clase y atiende, le va a aprobar. No hace falta que un ministro o un conseller nos diga que hay que dejarle pasar. Si lo merece, pasará.

-¿Qué medidas debe abordar cuanto antes la administración respecto a la concertada?

-La dotación de orientadores para Infantil y Primaria no se puede dilatar más en el tiempo. Sabemos que es algo que está ultimándose. Los públicos ya los tienen, pero faltamos nosotros. Nuestros alumnos tienen las mismas necesidades de atención específica, y nuestros profesores y familias también. En este sentido también necesitamos más recursos de especialistas de Audición y Lenguaje y Pedagogía Terapéutica. Además, es necesaria la negociación de las plantillas de FP, donde faltan horas de tutoría o tiempo para poder coordinarse con las empresas. También tiene que mejorarse la gestión del pago delegado del concierto. Se ha visto este cursos con los problemas de impago a los docentes. Y reducir la burocracia, que es tremenda. Y sin olvidar la partida de otros gastos. En los últimos años se han incrementado mucho, con nuevas obligaciones, como los protocolos de protección de datos.

-¿Cómo le gustaría que fuera la educación del futuro?

-Tendrá mucho de competencia digital e innovación, que está muy bien, pero yo quiero que mantenga un perfil humanista, que acompañe al alumno, ponga en valor su talento. Que no sea esclava de los currículos, que parecen una carrera de objetivos marcados, y que surja de profesores vocacionales.

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Vicenta Rodríguez: «Facilitar el paso de curso con suspensos hace un flaco favor a los alumnos»