![Las 47 vidas salvadas por la Guardia Civil en un bazar chino](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/11/19/1732013055197.jpg)
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A. Talavera
L'Alcúdia
Martes, 19 de noviembre 2024
Los clientes del bazar H2 Tiendas de l'Alcúdia se sorprendían este lunes al entrar al establecimiento al ver la puerta llena de guardias civiles. Nada malo pasaba en su interior, todo lo contrario. Los agentes acudían a este negocio para recordar y agradecer a ... su propietario lo vivido el pasado 29 de octubre. Y es que este bazar se convirtió durante horas en el cobijo de 47 personas y diez guardias civiles de la Patrulla de Reserva de la Compañía (PRC) de Sueca durante el peor momento de la DANA.
Estos agentes consiguieron llegar hasta esta entrada de l'Alcúdia con mucha dificultad la tarde del gran temporal. La CV-50 estaba cortada por una gran montaña de muebles que habían salido disparados de una nave cercana y la rotonda de acceso a l'Alcúdia era impracticable a causa del nivel y la fuerza del agua del río Magro que ya invadía todo el pueblo.
Así que muchas personas se quedaron aisladas en esta zona comercial. Los guardias civiles de la Patrulla de Reserva de la Compañía de Sueca comenzaron a auxiliar a todo aquel que allí se encontraba en sus vehículos y buscaron opciones para salir de allí.
«Montamos una línea de vida con una cuerda y lanzamos a un compañero para comprobar si se podía cruzar la calle pero era imposible, el agua se lo llevaba. Así que decidimos llevarlos al bazar», explica Laura Mora, una de las agentes de Carlet. Esta tienda estaba más alta y no había entrado el agua.
Para ello fue necesario usar la cuerda para ir pasando uno a uno a todas las personas hasta el lugar seguro, entre ellos a una niña que tuvo que ser llevada en brazos por uno de los rescatadores.
«Esto era como una pequeña isla hasta que bajara la corriente, no nos podíamos arriesgar a salir con las personas mayores. Había momentos que el agua llegaba por la cintura», relata el cabo primero de la Guardia Civil, Francisco Javier Castillo.
Hasta 47 personas más los rescatadores se congregaron en este establecimiento, algunas ya estaban dentro comprando y el agua les impidió salir y otras fueron llegando con los agentes. «Bajamos la puerta y pusimos sacos de piedras para que no entrara agua. Estábamos todos asustados, había gente mayor, niños… Les dimos agua y comida para que estuvieran mejor», explica Santi, el propietario del bazar que se volcó en la ayuda a todas las personas que llegaron a su negocio.
Una tienda que parecía estar a salvo pero que también tenía un severo riesgo ya que por la parte trasera el río Magro ya desbordado corría con mucha fuerza y amenaza con romper una de las puertas. Entre el propietario y los guardias civiles se consiguió apuntalar para que resistiera. Una situación crítica que la gente que estaba dentro del bazar desconocía.
«Se barajaron otras opciones para escapar pero había mucha corriente en todas direcciones, era difícil salir de aquí. También pensamos en subirnos arriba», recuerda Guillermo Durá, otro de los agentes.
Momentos de miedo y tensión que nadie de los allí presentes olvidará jamás. «Era una carrera contrarreloj, no paraban de llegar avisos. Es la situación más difícil de nuestras carreras», afirman todos los guardias civiles presentes en l'Alcúdia. Para la mayoría de ellos no era la primera inundación a la que se enfrentaban pero sí la más complicada por la rapidez del agua y su fuerza, que resultaba imparable.
Uno de los que sufrió esta fuerza del agua es Raúl Climent, el primer agente que se tiró con la cuerda para intentar cruzar la carretera. «Era muy complicado pero teníamos que buscar algo para escapar. El caudal del agua subía mucho y arrastraba palets, caja fuerte, ruedas. Al estar volviendo al punto de inicio, la riada me llevó pero los compañeros consiguieron rescatarme con la cuerda», narra el agente. Una situación crítica ya que hubo momentos en los que el agua le cubría completamente y sus compañeros tenían que resistir para que no se lo llevara la corriente.
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La actuación de los agentes duró toda la tarde, noche y hasta la mañana siguiente. Una vez bajó el nivel del agua comenzaron a llevar a las personas rescatadas a sus casas y a andar por las calles de l'Alcúdia para ayudar a otros vecinos que necesitaban subir a las partes altas de las casas. Momentos al límite para los que nadie está preparado.
«Impera el sentido común para intentar velar por nuestra seguridad y la de todas las personas y también es muy importante el compañerismo. Perdimos la cuenta de la gente que rescatamos, unos 50 aquí y muchos más por la calle», explica el sargento de la Guardia Civil, Miguel Giménez.
Una de las personas que paso la tarde-noche en el bazar de Santi fue Amparo, una vecina de l'Alcúdia que quedó atrapada en la carretera cuando volvía de Carlet. «Santi cerró y nos dijo que no se movía nadie de allí, se portó muy bien, al igual que la Guardia Civil que estaba todo el tiempo pendiente de si estábamos muy bien», señala esta mujer que está muy agradecido a todos los que estuvieron a su lado durante esta catástrofe.
Este lunes se han vuelto a reunir y las palabras de cariño y los abrazos han estado muy presentes tras vivir los peores momentos juntos. Los agentes han regalado un parche de la Guardia Civil a Santi, propietario del bazar, que también estuvo al pie del cañón para ayudar a sus vecinos.
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