Un hombre intenta acceder a su casa afectada por el temporal 'Gloria'. efe

La virulencia climática se dispara sin las obras antirriada en la Comunitat

Los temporales se recrudecen desde 2015 mientras continúan pendientes infraestructuras por valor de 500 millones

Juan Sanchis

Valencia

Sábado, 11 de septiembre 2021, 20:04

2015 fue un año bisagra. Uno de esos que marca un antes y un después. Esa es la opinión de José Ángel Núñez, jefe de Climatología de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en la Comunitat Valenciana. Desde ahí, la virulencia de ... los fenómenos atmosféricos se ha disparado en nuestro territorio en consonancia con los modelos de cambio climático fijados para el Mediterráneo.

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Como resaltan desde Aemet, desde esa fecha las inclemencias meteorológicas no han hecho más que multiplicarse. El inicio de la serie, según destaca Núñez, pudo marcarlo el temporal registrado en la Comunitat entre el 18 y el 24 de marzo de 2015 al que siguió una insólita ola de calor en mayo.

El trimestre octubre-diciembre de 2016 fue excepcionalmente lluvioso. Le siguió una intensa nevada en diciembre y a las pocas semanas se registró un temporal de nieve en enero de 2017 que afectó a numerosas comarcas valencianas. Este fenómeno estuvo acompañado de viento y lluvias lo que provocó fuertes daños materiales. Miles de árboles fueron arrastrados por el vendaval y en algunos puntos todavía siguen sin recogerse. Los daños en el litoral sumaron más de 2,5 millones.

En octubre de 2018 en Vinaròs se registró el récord en España de precipitación en apenas una hora. Cayeron 159 litros por metro cuadrado. Un mes después se produjeron fuertes lluvias en la Safor.

El siguiente fenómeno adverso se registró durante la Semana Santa de 2019, en abril, y afectó a la Marina Alta. Posteriormente la Vega Baja sufrió los efectos de una DANA especialmente dañina. La reparación de los desperfectos causados por este temporal supera los 1.500 millones.

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El calvario no termina aquí. Apenas tres meses después llegó 'Gloria' que azotó la Comunitat entre el 19 y el 21 de enero de 2020. Afectó a 91 municipios en la Comunitat y los daños sumaron más de 220 millones de euros. Las más afectadas fueron las localidades costeras.

Febrero de ese año se caracterizó por una inusual ola de calor que se prolongó hasta la primera semana de marzo, según resaltó Núñez. A este periodo le siguió una quincena inusitadamente fría.

En enero de 2021 llegó 'Filomena' un temporal de frío, viento, nieve y lluvias que afectó a numerosos municipios de la Comunitat Valencia. Y la serie la cierra el inusual verano que hemos vivido con episodios extremos. Mucho calor y tormentas especialmente fuertes. «El Mediterráneo se ha calentado más lo que ha hecho que haya más energía acumulada», explicó Núñez.

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Como señaló Jorge Olcina, catedrático de Análisis Regional en la Universidad de Alicante, el clima tiende a extremarse. Y señaló la década pasada como origen de estos fenómenos. «Los temporales virulentos son cada vez más frecuentes», afirmó y añadió que ahora ya no se producen episodios como los de los años 80 del siglo pasado con 800 litros de precipitación. «Ahora llueve menos pero de forma muy intensa y en un corto espacio de tiempo», destacó.

Otra de las características, como detalla Olcina, es que las lluvias se están concentrando en el litoral y las precipitaciones son menores en las cabeceras de los ríos.

Olcina también resaltó la importancia que está teniendo el calentamiento del Mediterráneo que alimenta los fenómenos atmosféricos extremos.

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Obras sin hacer

Los temporales golpean una y otra vez una comunidad que evidencia que todavía no está preparada para soportarlos. Los daños se repiten y afectan a los mismos puntos mientras las infraestructuras previstas para paliar los efectos de estos fenómenos virulentos siguen pendientes.

Un informe de la Cámara de Contratistas advertía ya en 2018 del retraso en las inversiones para las infraestructuras hídricas. Poco se ha avanzado en estos años. Muchas de estas obras están previstas desde hace casi dos décadas y prácticamente han caído en el olvido. Las inversiones superan los 500 millones.

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Tres de cuatro obras incluidas en el Patricova, el plan contra inundaciones aprobado por la Generalitat en 2003, siguen sin realizarse. Las actuaciones son de distinto tipo como adecuación de barrancos, construcción de presas, arreglo de puentes, nuevos badenes, adaptación del firme de carreteras o la demolición de infraestructuras innecesarias que impiden el paso del agua.

El informe de la Cámara de Contratistas destaca que las obras pendientes corresponden tanto a la administración central como a la autonómica y en algunos casos, las de menor entidad, a las corporaciones locales. Algunas de estas actuaciones estaban previstas en la década de los noventa del siglo pasado. Es el caso del plan global frente a inundaciones en la Ribera del Júcar aprobado en 2000. Recoge la construcción de presas de laminación o mejoras de drenaje. Estas actuaciones fueron valoradas en 2015 en 750 millones. La mayor parte sigue pendiente.

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Por su lado, el Estado sigue sin construir las presas de Montesa (presupuestada en 30 millones), Sellent (otros 30) y Vilamarxant (30). Continúa sin ejecutar la alternativa al embalse del Marquesado para regular el cauce bajo del río Magro en manos de la Generalitat con un presupuesto de 16 millones de euros.

Otras actuaciones incluidas en el informe de la Cámara de Contratistas están dirigidas a frenar el riesgo de inundaciones en el cauce bajo del Turia y el área metropolitana. El coste estimado asciende a 80 millones.

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A esta cantidad habría que sumar otros 129 millones incluidos en las áreas de riesgo de inundación en la zona del bajo Turia y la Ribera del Júcar que están a la espera de ser ejecutados.

El informe apunta que la mayor parte de las obras contra inundaciones en la provincia de Castellón, con un coste de 61,5 millones, continúan a la espera.

Tampoco se han llevado a cabo las obras incluidas en el plan director de defensa contra las avenidas en las comarcas alicantinas de la Marina Alta y Baixa con un coste de 81 millones.

Este año la Generalitat tiene previsto destinar 7,3 millones de euros a obras de encauzamiento de barrancos. Entre otros está previsto que se acometan el tramo final del barranco de El Puig, en el de Benlloc, entre otros. También se actuará para canalizar aguas pluviales en el municipio de Alzira.

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