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Varias personas trabajan juntas para eliminar el fango de las calles. ADOLFO BENETÓ
Miles de voluntarios regresan a Valencia con el fin de semana

Miles de voluntarios regresan a Valencia con el fin de semana

Jóvenes llegados desde diferentes puntos de la geografía española echan una mano para quitar el barro, mientras Paiporta se ve obligado a restringir su acceso para primar la limpieza con maquinaria pesada y evitar brotes infecciosos

Domingo, 10 de noviembre 2024, 01:21

Había que estar aquí, queremos ayudar», decía Lucía, una joven de sólo 17 años que llegó ayer por la mañana desde Madrid con otros amigos, y todos hablan de esa necesidad de limpiar aunque sea unos metros cuadrados de una casa, de un negocio, de un aparcamiento, y eliminar ese color marrón que se empeña en no irse, y que ya se ha convertido en el símbolo de una DANA destructiva.

Tras ver las imágenes por redes sociales de otros jóvenes antes que ellos, los voluntarios se han multiplicado, y las quedadas por redes sociales desde diferentes puntos de España, no solo Valencia, han vuelto a llenar el puente rebautizado que conecta la capital con los municipios afectados por la DANA. Grupos de amigos, de socios de una peña, de los juniors, compañeros de trabajo... Llama la atención el hecho de que la mayoría ni siquiera pertenecen a oenegés, y algunos es la primera vez que toman la iniciativa para ayudar a personas que ni siquiera conocen.

En esta ocasión, los voluntarios van bien pertrechados, no sólo con los utensilios que les van a hacer falta para poder limpiar barro, sino también con todos los elementos de seguridad necesarios para evitar cualquier infección. Han vivido la pandemia y saben de mascarillas, han aprendido que la salud es un bien frágil.

Sin embargo, la masiva llegada de voluntarios ha obligado al Ayuntamiento de Paiporta a restringir las zonas donde podían actuar. La situación todavía es muy grave en esta localidad, convertida en zona cero de la crecida, y también de la recuperación, con zonas todavía anegadas por una gran ciénaga de lodo y aguas residuales que ha obligado a acelerar las labores de limpieza.

El objetivo de las restricciones era impedir el paso a las calles del casco antiguo de la población, donde la maquinaria pesada ha entrado ya, y esta vez de una manera más decidida. «Por seguridad, a causa de trabajos de maquinaria pesada, hasta otro aviso habrá restricciones de movimiento para vehículos y personas», aseguraban en un bando a través de whatsapp el Ayuntamiento de Paiporta, que explicaba que se habían habilitado zonas específicas de trabajo para los voluntarios y sólo tres puntos de acceso a la localidad, controlados por los cuerpos y fuerzas de seguridad.

Además, la maquinaria ha comenzado a trabajar también por las noches, con el objetivo de eliminar todos los trastos y enseres que han quedado inservibles por la fuerza de la crecida del barranco, mezclados con la basura, el fango y agravados por el tapón en el alcantarillado a causa del fango vertido estos días. Así, la noche del viernes limpiaron la calle Convent y anoche lo hicieron en Colón. «Es lo que tenían que haber hecho desde el principio», decía Vicente Cortina, un vecino de la plaza del Mercat.

La limpieza es en realidad un trabajo a contrarreloj para evitar que se produzcan brotes de infecciones debido a las aguas estancadas y el fango, donde se acumulan bacterias y son el caldo de cultivo perfecto para la aparición de ratas e insectos, que transmiten enfermedades. El viernes se detectaron dos posibles casos de leptospirosis, una infección que se transmite a través del contacto con agua contaminada con orina de animales infectados, principalmente ratas. Los síntomas son fiebre, acompañada de al menos dos de síntomas como escalofríos, cefalea, mialgia o erupción.

Ya lo ha admitido la Conselleria de Sanidad, que esta DANA «puede tener una influencia negativa en la salud a medio plazo», sobre todo porque las infraestructuras básicas todavía no están garantizadas. Los cortes de luz son continuos, y el gas natural no ha llegado a las casas, sobre todo porque, aunque Naturgy ha ido reparando los daños producidos por los efectos de la DANA, las acometidas a cada vivienda están dañadas y, además, muchos calentadores y calderas inutilizados por la inundación. Así, miles de afectados comen de la ayuda humanitaria que les prestan diferentes organizaciones y voluntarios, y se visten con la ropa donada por toda España.

Además, todavía sigue la búsqueda de las personas desaparecidas de todas las maneras posibles, con 22 perros que están especializados en estas labores, 30 drones o 18 embarcaciones de las Fuerzas Armadas, que han estado peinando kilómetros de la Albufera, barrancos, pasos inferiores y aparcamientos subterráneos.

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