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Un grupo de policías en la puerta del edificio donde residía el presunto islamista detenido en Alaquàs. manuel molines
La mitad de los yihadistas detenidos en la Comunitat adoctrinaban en las redes sociales

La mitad de los yihadistas detenidos en la Comunitat adoctrinaban en las redes sociales

Los islamistas arrestados en los últimos años en Valencia utilizan redes encriptadas para blindarse de las investigaciones policiales

Javier Martínez

Valencia

Lunes, 29 de octubre 2018, 20:43

Quince presuntos islamistas fueron detenidos en los últimos tres años en la Comunitat Valenciana por integración en organización terrorista, colaboración, adoctrinamiento y enaltecimiento del yihadismo. La mayoría de ellos utilizaban las redes sociales como una herramienta de difusión de mensajes radicales y postulados del Daesh y Al Qaeda, como hacían Hamdy A., de 55 años de edad, y Abdul-Hakim Ch., de 58 años, los islamistas detenidos el pasado martes en Alaquàs y Cocentaina en sendas operaciones de la Policía Nacional.

Los yihadistas que cuelgan en internet vídeos con decapitaciones y crueles torturas suelen utilizar programas de encriptamiento para impedir que la policía pueda conocer su dirección IP (Internet Protocol), la matrícula de su ordenador. Saben que tienen un escaparate mundial para sembrar el terror de forma continuada y anónima, pero para ello tienen que blindarse contra las investigaciones policiales.

El islamista que quería hacer «de su lápiz una espada»

Noureddine M., el musulmán que quería hacer «de su lápiz una espada», se enfrenta a una pena de 10 años de prisión por hacer proselitismo yihadista tras ser juzgado en septiembre. Cuando fue detenido en 2017 era secretario de la Asociación Cultural Islámica Al-Andalus de Benetússer. Colgó en Facebook que era un soldado y que usaría su lápiz como una espada para emprender «una guerra de tinta en la que no temería a a la muerte».

El proceso que utilizan para ocultar su identidad y captar a islamistas en chats es tan simple como complicado de detectar. Tras ponerse en contacto con un usuario que comparte su radicalismo, el siguiente paso es invitarle a descargarse un software que permite navegar sin que puedan conocer su IP. Luego la comunicación sigue en una web a la que no se puede acceder con buscadores convencionales, y pronto aparece un número de teléfono en otro chat para seguir la conversación a través de Telegram o WhatsApp.

De esta forma, los adoctrinadores consiguen que sus seguidores puedan jalear la barbarie con un supuesto anonimato que no es tal. Casi todo lo que escriben en una red encriptada es susceptible de ser conocido. La Policía Nacional, la Guardia Civil y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) cuentan con agentes expertos en ciberdelincuencia que detectan todos los días mensajes o vídeos enviados por islamistas. «Hay que destruir a los occidentales y a quienes les ayudan», escribió uno de los hombres arrestados en la última operación policial.

Según informaron fuentes de la lucha antiterrorista, la mitad de los yihadistas detenidos en la Comunitat en los últimos tres años «adoctrinaban en las redes sociales». La joven marroquí Raja E., que fue condenada a 15 años de prisión, es otra de las personas arrestadas por enaltecer el yihadismo. Tenía 18 años cuando la detuvieron el 5 de septiembre de 2015 en Gandia. Su abogado alegó en el juicio la inexistencia de pruebas para acreditar que sus manifestaciones habían contribuido a captar islamistas, pero el Tribunal Supremo confirmó la condena por un delito de colaboración con organización terrorista.

Raja intentó viajar a Siria para contraer matrimonio con un muyahidín e hizo un llamamientos en las redes sociales «para llevar cabo la yihad», según la sentencia. La joven tenía cuatro cuentas en Facebook, dos en Youtube (con 81 vídeos de contenido yihadista), una en Google Plus y otra en Twitter.

También fue condenado a seis años de prisión Abdalá Lachiri, un comerciante marroquí que difundía vídeos, textos e imágenes de terrorismo islamista a los 22.597 seguidores que tenía en Facebook y Twitter. Lachiri regentaba un supermercado en la calle Corretgeria de Valencia cuando fue detenido por la policía el 7 de junio de 2016. Este islamista incitó a la comisión de atentados al afirmar que él «no impedirá a sus hijos que revienten Francia».

El 1 de febrero de este año, la Guardia Civil detuvo en Elche a otro islamista por enaltercer el terrorismo y considerar unos héroes a los mártires de la yihad. El individuo era muy activo en las redes sociales, como otro marroquí arrestado el 6 de noviembre de 2017 en Sagunto, Mohamed A., quien fue acusado de captar a compatriotas para cometer matanzas, entre ellos un joven que perpetró un atentado suicida con 33 muertos en Irak. El juez decretó la libertad del sospechoso días después.

Tres de los autores de los atentados del 11-M, Allekema Lamari, Mohamed Afalah y Serhane 'El Tunecino', se reunieron antes de la masacre en un asador de pollos de la avenida del Puerto en Valencia. La policía detuvo a Lamari en Valencia en 1997 como presunto miembro del Grupo Islámico Armado. La Audiencia Nacional condenó a este argelino a 14 años de prisión, pero salió de la cárcel en 2002 por un error judicial.

Valencia también ha sido lugar de paso e incluso de formación de otros terroristas. Saad Houssaini, uno de los cerebros de los atentados de Casablanca (16-M) que se saldó con 45 muertos, culminó su doctorado en Química en nuestra ciudad después de que el Gobierno de Marruecos le concediera una beca para que continuara sus estudios en España. Houssaini también vendía alfombras en el mercadillo de Benicalap.

Cerebros de sangrientos atentados

Allekema Lamari (11-M) | Tres de los autores de los atentados del 11-M, Allekema Lamari, Mohamed Afalah y Serhane 'El Tunecino', se reunieron antes de la masacre en un asador de pollos de la avenida del Puerto en Valencia. La policía detuvo a Lamari en Valencia en 1997 como presunto miembro del Grupo Islámico Armado. La Audiencia Nacional condenó a este argelino a 14 años de prisión, pero salió de la cárcel en 2002 por un error judicial.

Saad Houssaini (16-M) | Valencia también ha sido lugar de paso e incluso de formación de otros terroristas. Saad Houssaini, uno de los cerebros de los atentados de Casablanca (16-M) que se saldó con 45 muertos, culminó su doctorado en Química en nuestra ciudad después de que el Gobierno de Marruecos le concediera una beca para que continuara sus estudios en España. Houssaini también vendía alfombras en el mercadillo de Benicalap.

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