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El zapatero que fingía ser podólogo en Valencia

Un juez de Valencia impone siete meses de prisión por intrusismo al dueño de una zapatería de la capital que ofrecía tratamientos de los pies y plantillas personalizadas

Arturo Checa

Valencia

Miércoles, 23 de marzo 2022, 13:29

Zapatero a tus zapatos. Eso mantiene el refrán. Pero un zapatero de la ciudad de Valencia distaba mucho de respetarlo. Tanto que ha acabado cometiendo un delito. Entre mocasines, sandalias, tacones, manoletinas y broches de diseño, el zapatero colaba diagnósticos de patologías de los pies y confección de plantillas personalizas, sin tener el preceptivo título para ello. O lo que es lo mismo, un zapatero que fingía ser podólogo.

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Así lo afirma un juez de Valencia, el titular del juzgado de lo Penal número 7, que impone siete meses de prisión al propietario de un centro de reparación de calzado de la capital «por anunciar que realizaba diagnóstico de los pies y plantillas personalizadas sin disponer del título universitario de Podología», como ha denunciado el Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana.

El procesado realizó una pedigrafía (toma de la huella plantar apoyando el pie sobre un pedígrafo) y le hizo unas plantilllas al 'infiltrado', que este hasta pagó para no levantar sospecha alguna.

Que el zapatero debía dedicarse a sus zapatos es algo que el propio procesado acabó entendiendo. En la vista sobre los hechos, el acusado acabó reconociendo los hechos, lo que supuso un acuerdo de conformidad sobre la pena de siete meses de prisión y elevó a firme la resolución judicial. Fue el propio colegio el que denunció los hechos. Una sencilla investigación lo permitió. Un profesional acudió al local regentado por el sospechoso aduciendo tener un problema en los pies. El procesado realizó una pedigrafía (toma de la huella plantar apoyando el pie sobre un pedígrafo) y le hizo unas plantilllas al 'infiltrado', que este hasta pagó para no levantar sospecha alguna.

El caso acabó en los tribunales y ahora ha llegado esta sentencia que condena al intruso. El colegio subraya que desde hace años «trabaja continuamente para erradicar este problema que afecta a la profesión y pone en peligro la salud de la población. Los podódologos van más allá y presionan a la Conselleria para que regularice estos temas. »Hay que insistir en que sea la propia Sanidad la que colabore y persiga estas prácticas fraudulentas que pueden suponer graves consecuencias para los pacientes y, por supuesto, supone un agravio para todos los profesionales de la Podología«.

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