Entrevista a Lourdes Iniesta, facialista, naturópata, quiromasajista y reflexóloga
Lourdes Iniesta, facialista, naturópata, quiromasajista y reflexóloga. Creadora del método Face Therapy Fundadora de lou cosmética natural y sostenible, realizada en su totalidad en la Comunidad Valenciana. “Apoyo a las mujeres en su viaje hacia una vida bella, hacia la belleza interior y exterior, les ayudo a construir una mayor confianza y estilos de vida saludables y satisfactorios” “El concepto de belleza para mi, está íntimamente ligado al bienestar holístico y por eso propongo en todos mis tratamientos, productos y técnicas, de manera personalizada, adentrándome siempre en el universo de la belleza saludable” A lo largo de mi formación he estado en contacto con las técnicas y terapias más avanzadas para ayudar a encontrar el equilibrio de vida que funcione mejor en cada caso. En estos años, varias décadas de experiencia en cuidar la piel por dentro a través de la nutrición y externamente utilizando diferentes productos y marcas de cosmética, decidí poner mi conocimiento en crear la línea de cosmética lou. Formulada con ingredientes veganos, naturales y ecológicos. Creada con respeto, amor y conciencia en la Comunidad Valenciana cuidando todos los detalles, con la participación de diseñadores y artesanos locales. lou es una invitación a redescubrir la belleza que ya habita en ti, solo tienes que acceder a ella y preservarla.
. - ¿Que significa ser una mujer empoderada? -Para mi ser una mujer empoderada significa tener confianza en sí misma, autonomía y la capacidad de tomar decisiones sobre su vida sin miedo ni restricciones impuestas por otros. Es una mujer que reconoce su valor, lucha por sus derechos y trabaja para alcanzar sus metas con determinación. -¿Que queda por hacer para lograr igualdad entre hombre y mujeres? -Confío en que se diseñen estrategias que impulsen cambios en la distribución desigual y así estrechar la brecha existente para conseguir una sociedad justa, elemento fundamental en una verdadera democracia. -Ante la actual coyuntura, ¿qué beneficios aporta la mirada femenina? -Cualquier ser humano cuando nace necesita de los mismos cuidados para crecer y desarrollarse, independientemente de su sexo. Sin embargo, el peso de la educación y la tradición social crearon unas diferencias estructurales difíciles de erradicar. El rol de mujer–madre por antonomasia durante siglos, relegada a cubrir las necesidades familiares y a la satisfacción de un marido en muchos casos “exigente”, tal y como mandaban los cánones, condicionaron el acceso de la mujer a la cultura y al mundo laboral y social, quedando relegada a un segundo plano, sin voz ni voto, y sin participar en la vida pública. Mucho ha cambiado la sociedad en las últimas décadas en las que hemos alzado la voz y nos hemos hecho oír. Somos seres humanos con las mismas preguntas sobre la existencia humana, sobre la vida y la muerte, y otras cuestiones más sencillas pero no menos importantes como el deseo de ser aceptadas, respetadas, valoradas, tratadas por igual profesionalmente, y por supuesto amadas. Lo mismo que los hombres. Sin diferencia alguna. La capacidad intelectual, el aprendizaje, la voluntad para alcanzar objetivos y la inquietud por la adquisición de cultura y formación, no depende del sexo con el que se nace. Depende de las oportunidades. Y eso es lo que pedimos desde nuestra mirada femenina. Jugar en la misma liga y compartir los mismos triunfos y las mismas derrotas. No se trata de una guerra de sexos, se trata de reclamar lo que en justicia nos pertenece como personas y aportar beneficios a esta sociedad que es de todos sin distinción. Se trata de sumar con nuestra mirada femenina, no más inteligente, pero sí más cálida y creativa. Aportamos también voluntad, tesón y perseverancia, tres cualidades muy desarrolladas en la mujer por estar acostumbradas a jugar con desventaja. No claudicamos ante las dificultades, al contrario, trabajamos más duro y no nos da miedo el emprendimiento. https://www.youtube.com/watch?v=Vumy2MtHYgU Es nuestro objetivo, la consecución de una sociedad más igualitaria, más equitativa y justa donde la mujer desarrolle sin zancadillas todo su potencial. Hemos avanzado mucho en esta causa que nunca debió existir, gracias a mujeres valientes que no desistieron en su empeño. Es injusto que estas mujeres del pasado tuvieran que firmar con el nombre de su marido sus escritos, sus avances científicos o sus inventos. Vivieron en el ostracismo intelectual de una sociedad cerril gobernada por hombres que temían compartir sus privilegios y que llevaron a las últimas consecuencias, o permitieron con su pasividad la impunidad de estos hechos tan condenables. Queda mucho camino por recorrer para conseguir una igualdad real que no solo es justa, es también necesaria y enriquecedora. La esperanza de conseguirlo es cada día mayor y nos vamos alejando de una utopía que hemos convertido en una realidad. He tenido la suerte de tener una madre emprendedora, igual que su madre, mujeres adelantadas a su tiempo que no lo tuvieron fácil, entre otras cosas porque compaginaron sus proyectos con el cuidado de la casa y de los hijos ellas solas. No tenían elección posible. Y lo hicieron calladamente, y como tantas otras, ellas abrieron camino para que la igualdad sea posible. Y en este empeño ganamos todos. Mi lucha de estos años por conseguir nuevos retos ha estado plagada de obstáculos, pero también de satisfacciones. He conocido mujeres que han sabido identificar oportunidades que otros no veían. Su mirada creativa, entusiasta y hasta retadora ante la dificultad me han ayudado a afirmar que todo es posible.