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El MICOF, junto con la Fundación ‘la Caixa’, continúa desarrollando su proyecto para ayudar a identificar a personas que sufren este problema social
El Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia (MICOF) sigue trabajando junto con la Fundación ‘la Caixa’ en el ‘Proyecto de Detección de Soledad no deseada’ desde su puesta en marcha a finales de 2023, con el objetivo de ayudar a combatir este problema social a través de la red de farmacias de la provincia de Valencia, en colaboración con el resto de los agentes sanitarios y sociales de las diferentes poblaciones.
En este sentido, destaca la reciente incorporación del Ayuntamiento de Sagunto, con la intención de ofrecer sus recursos comunitarios al servicio del proyecto, entre ellos acompañamiento presencial-telefónico con el programa de voluntariado, talleres intergeneracionales, servicio de ayuda a domicilio y de teleasistencia o actividades socioculturales como talleres de memoria, club de lectura y senderismo.
«El proyecto permite aprovechar la accesibilidad y cercanía de los farmacéuticos comunitarios», explica la directora de Proyectos del MICOF, Isabel Romero. «Ambos aspectos nos convierten en un eslabón clave a la hora de identificar personas en riesgo de exclusión social asociado a la soledad no deseada», señala. Tras la sospecha, el farmacéutico establece el nivel de riesgo a través de un cuestionario validado –Escala Este II de Soledad Social–. El objetivo es garantizar la inclusión social y mejorar la salud emocional de aquellos pacientes de riesgo medio-alto de soledad social, estableciendo lazos afectivos que rompan con la soledad no deseada a través de los recursos comunitarios del municipio. Aquí es donde entra en juego «la importante» labor de ayuntamientos como el de Sagunto. «Agradecemos muchísimo su implicación en el proyecto y continuamos trabajando para seguir reforzando la entidad del proyecto en colaboración con los diferentes municipios de la provincia», indica Romero.
Un proyecto donde también es clave el papel del trabajador o trabajadora social, ya que, tras la realización del cuestionario por parte del farmacéutico, será quien valore el resultado del cuestionario o nivel de riesgo de soledad social de la persona y establecerá un Plan de Intervención Personalizado en función de su situación personal, familiar y social, así como de los recursos comunitarios que estén a su alcance.
En un principio el ’Proyecto de Detección de Soledad no Deseada’ iba a centrarse en el ámbito rural, sin embargo, desde la institución colegial se decidió finalmente ampliarlo también al ámbito urbano, puesto que este tipo de soledad «también está estrechamente relacionada con los estilos de vida de las grandes ciudades». «La soledad no deseada es una situación no elegida relacionada con la cantidad y calidad de la interrelación con otras personas y que genera un impacto negativo en la salud de los ciudadanos, tanto a nivel físico como mental. Una realidad que va más allá de donde resida la persona», afirma Isabel Romero.
Además, debido a las circunstancias que afectan a estas personas, muchas veces su autocuidado es limitado. «Por esta razón y como parte del mismo programa, el farmacéutico, como profesional sanitario y si lo estima oportuno, puede ofrecer Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales (SPFA), tales como REVISEM–examen crítico y estructurado de su tratamiento farmacoterapéutico– o AL DIA –revisión de los medicamentos y productos para el cuidado de la salud que constituyen el botiquín de la persona–», concluye Romero.