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Entrevista a Eva Velasco, CEO de Desarrolla
Eva Velasco es emprendedora desde hace más de 25 años y CEO de Desarrolla, Gestión Emocional y Coaching. Estudió ADE en la Universidad de Valencia y cuando descubrió que su vocación eran las personas, se especializó dentro del campo empresarial en el desarrollo organizacional.
-¿Cómo ha sido su trayectoria hasta ahora?
-A los 20 años inicié mi carrera profesional en una multinacional de seguros francesa. Después de 9 años, la abandoné para cofundar una empresa con más socias y empezar mi camino de emprendimiento. Tenía la inquietud de ser empresaria, por eso renuncié a la seguridad y el salario de aquel primer trabajo. Desde muy joven siempre me ha gustado sentirme libre y orientarme a lo que me gustaba.
En 2007 me formé en Coaching en Barcelona y empecé yo sola a ayudar a empresas y a profesionales a crecer tanto en el ámbito de negocios y empresarial, como en el desarrollo personal.
En 2010 fundé la empresa Desarrolla, Gestión Emocional y Coaching. Es una consultora de desarrollo organizacional y coaching emocional para el crecimiento de las personas y las organizaciones.
En Desarrolla tenemos el firme propósito de ser felices trabajando y de aportar a las organizaciones todo nuestro expertise y experiencia para que ellos consigan lo mismo: Crear una cultura humanista y con valores, en la que las personas desempeñen su rol de manera excelente y ofrezcan su mejor versión. Pero para ello la empresa tiene que aprender también a dar lo máximo a las personas, proporcionándoles confianza, herramientas y sostenibilidad.
En estos años hemos formado a más de 1500 profesionales y trabajado con más de 400 empresas en ámbitos empresariales, sanitarios, tecnológicos y educativos.
En lo que se refiere al mundo de la empresa, trabajamos en todos los sectores, tanto en pymes como en multinacionales, aunque en la actualidad el 80% de nuestro negocio está orientado a las Pymes. Les ayudamos a profesionalizarse, a creer en un nuevo propósito vital y empresarial que les dote de la fuerza y las herramientas para competir en un mundo que en los últimos cuatro años ha evolucionado muchísimo y todavía lo va a hacer más y más rápido. En este contexto desarrollar la cultura más adecuada para cada organización donde prevalezca el alma de la empresa y estimular el buen talento (buenas personas y bien capacitadas) va a ser clave.
-¿Qué significa para usted ser una mujer empoderada?
-Significa tener la confianza, la autonomía y la capacidad de tomar decisiones sobre tu propia vida sin depender de la aprobación de los demás. Y añadiría que la mujer empoderada es una mujer que reconoce su valor, establece límites saludables y lucha por sus derechos para impulsar cambios positivos en las situaciones que vive. Bajo mi punto de vista la mujer tiene que comprender que la transformación y los cambios se impulsan desde posiciones de poder. La palabra poder está muy mal vista en el argot femenino y se asocia a algo negativo, al igual que la palabra ambición. Sin embargo, hay que entenderlas desde una connotación positiva: Tener el poder para influir e impulsar cambios en la sociedad significa estar aportando valor social y productivo.
-A su juicio, ¿qué queda por hacer para lograr la igualdad real entre hombres y mujeres?
-Aunque se ha mejorado bastante en los últimos diez años, queda mucho por hacer.
Según los últimos estudios, las mujeres tienden a trabajar en el mercado laboral un 20% menos de horas que un hombre, y eso es algo que se ve reflejado en la brecha salarial. En España el hombre trabaja a tiempo total fuera de la casa y a tiempo parcial dentro del hogar. En el caso de la mujer es al revés: a tiempo parcial en el mercado laboral y a tiempo total en el cuidado de la casa e hijos. Por tanto creo que hay una cuestión sociocultural importante y es necesario trabajar desde la escuela, la familia y la empresa para revertirla.
Aun habiendo más mujeres formadas y con carreras universitarias, otra variable que retrasa su presencia en puestos de responsabilidad en las organizaciones es que con la llegada de los hijos suelen dar un paso atrás y prefieren conciliar y trabajar menos horas para ocuparse de la familia. Este patrón hay que revertirlo con mucha divulgación, sensibilización y ayuda a los hombres y mujeres, dándoles herramientas para que disfruten de un espacio compartido y de corresponsabilidad.
-¿Qué aporta el liderazgo femenino a la empresa? ¿Cuáles son los beneficios que proporciona la mirada femenina?
-Pienso que ser un buen líder no es una cuestión de género, pero sí que hay una realidad que yo me encuentro cada día cuando voy a las empresas a trabajar con los equipos: Los estilos de dirigir y liderar equipos son distintos entre hombres y mujeres en general. Como he comentado al principio de la entrevista hay un patrón cultural y educacional, que hace que las mujeres hayan desarrollado algunas habilidades en mayor medida que los hombres, como son la empatía, una escucha más activa, mayor profundidad en las relaciones, una comunicación más directa, un análisis de los detalles y una actitud de superación constante. Todo ello es muy beneficioso para las empresas ya que en la coyuntura actual es fundamental saber cohesionar a equipos diversos, de generaciones distintas y que provienen culturalmente de distintos ámbitos y países, sobre todo ahora que la digitalización está transformando a las empresas hacia un modelo de organización y de gestión muy diferente al de hace unos años. Yo abogo porque las mujeres den ese paso adelante y escalen a puestos directivos, porque sólo desde esos puestos podemos influir y transformar las cosas, actualmente se nos da la oportunidad tenemos que aprovecharla y creer más en nosotras mismas. Como dice mi estimado Alex Rovira, creer es crear, y crear es lograr.