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Entrevista a Raquel Ibáñez Peral, doctora en Biología Molecular y Biotecnología. CEO de Escuela de Ciencia.
Entrevistamos a Raquel Ibáñez Peral, doctora en Biología Molecular y Biotecnología y CEO de Escuela de Ciencia. Hablamos con ella sobre la Escuela de Ciencia y sobre el estado de las Stem en la ciudad de Valencia.
-La Escuela de Ciencia lleva más de diez años en funcionamiento, ¿qué balance hacéis?
-Los últimos diez años han sido toda una aventura, llenos de altibajos y obstáculos importantes, como la pandemia, que nos obligó a replantear nuestra estructura interna y actividades. Aun así, salimos reforzados de las dificultades y con una visión aún más clara de nuestra misión y objetivos, por lo que el balance global es más que positivo.
El inicio de Escuela de Ciencia fue muy humilde: comenzamos como un grupo de voluntarios organizando actividades para familias los fines de semana. Desde entonces, hemos crecido, nos hemos profesionalizado y hemos ampliado horizontes. Hoy seguimos completamente involucrados en la educación STEM y en el futuro de las nuevas generaciones, al tiempo que desarrollamos proyectos de innovación educativa en colaboración con entidades públicas y privadas.
-¿Por qué decidisteis ponerla en marcha? Según los últimos estudios, solo el 18,7% de los graduados universitarios en España eligieron carreras STEM en 2022, muy por debajo del promedio europeo del 26%. Además, en la última década, mientras que Europa ha incrementado el porcentaje de graduados en STEM, España ha retrocedido más de seis puntos, ¿cómo se pueden contrarrestar esas cifras?
-Escuela de Ciencia nace de la necesidad que sentimos cuando éramos niños. El equipo fundador compartía la misma experiencia: nos apasionaba investigar, jugar con electrónica y robots, hacer experimentos… pero no encontrábamos un espacio donde hacerlo. Con el tiempo, nos dimos cuenta de que nuestros hijos y muchos otros niños también necesitaban un lugar así, y decidimos crearlo.
En cuanto a la situación de España con las STEM, sabemos que el país está a la cola en graduados en estas áreas, retrocediendo seis puntos en la última década. Pero, ¿es porque no les gustan las matemáticas y las ciencias? ¿Porque no se sienten preparados? ¿Quizá porque creen que las carreras STEM son más difíciles? Los resultados de PISA dan pistas: los estudiantes españoles sacan peores notas en matemáticas y ciencias que hace unos años. ¿Casualidad? Lo dudo. Si te sientes inseguro en una materia, lo último que harás será dedicarle tu carrera profesional. Si a eso le sumamos que en muchas aulas las matemáticas se enseñan como un castigo en vez de un reto apasionante… pues blanco y en botella.
Debemos revisar no solo cómo estamos enseñando las STEM, sino también en qué momento se expone a los alumnos a estas materias. El interés y la confianza en estas disciplinas no surgen de la nada; necesitan cultivarse desde edades tempranas, con metodologías que despierten la curiosidad y permitan experimentar sin miedo al error. Si queremos cambiar la tendencia, hay que empezar por ahí.
-Reducir la brecha de género en STEM es uno de los grande retos del sector educativo, ¿qué acciones realizáis para avivar el interés de las niñas por la ciencia y la tecnología?
-Tenemos que tener en cuenta que todas las niñas y niños, independientemente del país, la cultura o el estatus social, son pequeños científicos. Tienen una curiosidad insaciable por entender el mundo que les rodea: observan, prueban, experimentan y aprenden de sus errores y aciertos… y eso es, en esencia, lo que hace un científico en su día a día.
Así que la pregunta no es tanto cómo avivar el interés de las niñas en la ciencia y la tecnología, sino cómo mantener esa curiosidad innata e intrínseca a lo largo de la infancia y, sobre todo, en la adolescencia.
En Escuela de Ciencia hemos observado una tendencia clara a lo largo de los años: a los 6 años, el número de niñas y niños matriculados en nuestras clases STEM es prácticamente igual. Sin embargo, cuando llegan a los 11 años, muchas de esas niñas que llevaban 4 o 5 años realizando proyectos STEM de repente se desmatriculan, mientras que los niños continúan. ¿Por qué? La respuesta no es tan simple como atribuirlo solo a la edad o a la llegada de la adolescencia, aunque es un factor a considerar. La socialización, los cambios hormonales, el desarrollo emocional, las perspectivas de futuro, el miedo al qué dirán, la necesidad de pertenencia al grupo, la presión social, las expectativas familiares, el entorno, la falta de referentes, la percepción de que las STEM son difíciles o poco útiles… Todo influye.
Desde Escuela de Ciencia realizamos extraescolares de STEM desde los 6 años en adelante. Además, desarrollamos actividades específicas como el Space Camp, que busca acercar el mundo aeroespacial y, con ello, las STEM a las niñas en una etapa crucial: la adolescencia. Creemos que es fundamental que vean que este mundo también es para ellas y que cuenten con referentes reales.
Por otro lado, gestionamos grandes proyectos educativos en colaboración con la Universitat Politècnica de València y distintas instituciones públicas, con el objetivo de seguir impulsando el acceso y la participación de las niñas en ciencia y tecnología.
-¿Por qué las que las mujeres no eligen carreras de ciencias?
-Decir que las mujeres no eligen carreras de ciencias no es del todo preciso. En realidad, el problema es más amplio: los jóvenes, en general, no eligen carreras de ciencias en la medida en que sería necesario. En España, hay una preocupante falta de vocaciones científico-tecnológicas, y en el caso de las chicas, la situación es aún más dramática. Sin embargo, hay que mirar los datos con detalle para no caer en estereotipos.
Por ejemplo, según datos del Sistema Integrado de Información Universitaria (SIIU), en España las mujeres representan aproximadamente el 82% del estudiantado en enfermería, que es una carrera STEM. En biología, otra disciplina STEM, las mujeres suponen el 56% del alumnado universitario. Además, según el informe«Científicas en Cifras 2023»del Ministerio de Ciencia e Innovación de España, las mujeres representan el 42% del personal investigador en el país.
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Estos datos dejan claro que las mujeres sí eligen carreras científicas y que, a nivel de investigación, representan casi la mitad del personal investigador en España.
Ahora, la situación cambia cuando hablamos de ingenierías, donde las mujeres constituyen aproximadamente el 20% de los profesionales en el país. La peor parte se la llevan telecomunicaciones e informática, donde la brecha es aún mayor.
Entonces, la cuestión no es por qué las mujeres no escogen carreras de ciencias, sino por qué no entran en las ingenierías. Y ahí volvemos a la pregunta anterior…, se trata de una problemática multifactorial.
-¿Qué valor tiene conocer a referentes femeninos en STEM? Space Camp Valencia es una de vuestras iniciativas más destacadas y se ha convertido en un referente para jóvenes que se apasionan por la ciencia y la exploración espacial, ¿en qué consiste?
-El otro día vi en un programa de televisión cómo un reportero iba preguntando a personas al azar por la calle si conocían a alguna científica famosa… La gran mayoría decía que no sabía, y algunas personas llegaban a balbucear el nombre de Marie Curie. Cuando les preguntaba por un referente español, nadie supo decir ninguno.
Está claro que no tenemos referentes… ¿pero no tenemos referentes de científicas o, directamente, no tenemos referentes en general? ¿Es un problema de visibilidad de las mujeres en STEM o es que, en general, falta cultura científica? Me hubiera gustado ver cómo ese mismo reportero preguntaba a esas mismas personas si eran capaces de decir el nombre de un científico hombre, ya sea nacional o internacional. Y voy más allá: que dijeran un referente de otras áreas. Por ejemplo: ¿Puedes decirme un arquitecto o arquitecta famoso? ¿Y una pintora? ¿Y una médica? ¿Un abogado?
Tener referentes es clave para inspirarse y animarse a llegar más lejos, tanto en las STEM como fuera de ellas. Cuando una niña ve a una ingeniera aeroespacial, a una astrofísica o a una matemática trabajando en proyectos increíbles, se da cuenta de que ella también puede hacerlo.
Space Camp Valencia es una experiencia única diseñada para jóvenes de 10 a 17 años apasionados por la ciencia y la exploración espacial. Es un programa en el que pueden vivir de primera mano lo que supone prepararse como astronauta o trabajar en el sector aeroespacial. Durante el campamento, los participantes realizan actividades como construir y lanzar cohetes, programar robots, experimentar la microgravedad, realizar simulaciones de misiones espaciales e incluso volar como copilotos en aviones ultraligeros.
Además, ponemos mucho énfasis en inspirar a las nuevas generaciones, y eso incluye acercarles a referentes reales del sector. Por eso, colaboramos con astronautas, ingenieros y científicos que comparten su experiencia con los jóvenes y les muestran que un futuro en el espacio es posible.
Otro pilar fundamental de Space Camp es nuestro programa de becas, que busca democratizar el acceso a la educación STEM. Gracias a la colaboración con entidades públicas y privadas, ofrecemos becas para que jóvenes de familias vulnerables
puedan participar en el campamento sin que la situación económica sea una barrera. Queremos que cualquier niño o niña con curiosidad y ganas de aprender tenga la oportunidad de vivir esta experiencia, independientemente de sus recursos.
-¿Qué aporta Space Camp Valencia a los jóvenes que participan?
-Space Camp Valencia es mucho más que un campamento, es una experiencia que cambia la forma en que los jóvenes ven la ciencia, la tecnología y su propio futuro.
Aquí no solo aprenden sobre cohetes, robótica o exploración espacial, sino que lo viven en primera persona, con actividades que les ponen en la piel de un astronauta o de un ingeniero aeroespacial. Pero lo más importante es que descubren que estas disciplinas están al alcance de cualquiera con curiosidad y ganas de aprender.
Además, fomentamos el trabajo en equipo, la resolución de problemas y la capacidad de enfrentarse a nuevos retos con confianza.
Muchos llegan con dudas sobre si la ciencia o la tecnología es para ellos y, después de vivir la experiencia, se marchan con la seguridad de que sí, de que pueden ser los ingenieros, investigadores o astronautas del futuro.
Y algo fundamental: queremos que esta oportunidad sea accesible para todos. Por eso, contamos con un programa de becas, para que ningún joven con talento y pasión se quede fuera por motivos económicos. Creemos que el futuro del espacio y la tecnología debe estar abierto a todos, sin barreras.