Entrevista a Mónica Bragado, presidenta del Consejo Social de la UPV
Impulsar las STEAM (Science, Technology, Engineering, Art &Architecture, and Maths) es una de las iniciativas más bonitas e ilusionantes que hemos puesto en marcha desde el Consejo Social de la UPV. No solo porque acerca la ciencia y la tecnología a los más jóvenes, sino porque rompe barreras y abre caminos. Y nada de esto sería posible sin el apoyo de quienes han creído en este proyecto desde el principio. Desde estas líneas quiero agradecer a los patronos de nuestra Cátedra STEAM, actualmente 38 empresas e instituciones, por su apoyo y su apuesta decidida en el fomento de estas disciplinas entre los jóvenes. Todos compartimos una visión: el talento no puede perderse por falta de oportunidades o referentes, porque cuando un niño o una niña descubre su pasión por la ciencia y la tecnología, no solo elige un camino, sino la posibilidad de cambiar el mundo. Y eso hace que todo el esfuerzo merezca la pena. -El Consejo Social de la UPV ha impulsado distintas iniciativas pioneras encaminadas a activar las vocaciones STEAM entre los jóvenes y en especial a las niñas. ¿Por qué? -Desde siempre he creído que la ciencia y la tecnología tienen el poder de transformar el mundo, pero también he vivido en primera persona lo difícil que puede ser para una niña imaginarse en un sector donde, históricamente, hemos sido minoría, un sector donde apenas conocíamos referentes. Por eso, desde el Consejo Social de la UPV, impulsamos iniciativas que no solo enseñan STEAM, sino que también rompen barreras y techos de cristal. La Competición Up! STEAM es un buen ejemplo. No solo les damos a los niños y niñas la oportunidad de experimentar con la tecnología, la programación o la IA, sino que hemos introducido un pequeño gran cambio: en cada equipo debe haber una niña portavoz. Con este gesto, conseguimos que ellas se sientan protagonistas, que se vean a sí mismas liderando, resolviendo problemas y moldeando el futuro como ellas se imaginan. Y no nos quedamos ahí. Con el Proyecto de Embajadores STEAM, llevamos a los centros educativos a referentes reales: empresarias, directivas, profesionales que les muestran que este camino es posible, respondiendo dudas y despejando miedos. Es una cuestión de justicia, de talento y de futuro. No podemos permitirnos que la mitad de la población dude de su capacidad para innovar, descubrir y liderar. -Por otra parte, la Cátedra STEAM del Consejo Social cumple tres años, ¿qué balance hacen? -Si hace tres años me hubieran dicho que íbamos a lograr implicar a miles de estudiantes en nuestras iniciativas STEAM, habría sonreído con incredulidad. Y, sin embargo, aquí estamos: sumando retos y éxitos. La Cátedra STEAM es un proyecto apasionante, con un impacto real en la educación de la Comunitat Valenciana. Hemos conseguido que los profesores tengan herramientas concretas para llevar la ciencia y la tecnología al aula con las Guías Docentes STEAM, que han sido utilizadas por casi la mitad de los docentes inscritos y han recibido una valoración altísima. Hemos llevado a empresarios y CEO a decenas de centros educativos con el Proyecto de Embajadores STEAM, acercando la realidad profesional a los más pequeños. Y hemos consolidado la Competición Up! STEAM, que cada año suma más participación y más centros educativos. En el conjunto de las 5 ediciones celebradas han participado más de 10.000 niños y niñas y, en la última edición, conseguimos reunir en la Gala de Finalistas en la UPV a cerca de 500 estudiantes de toda la Comunitat Valenciana, fue una locura maravillosa. Y, más recientemente, hace tan solo unos días, gracias al trabajo y la ambición del equipo que está detrás de esta Cátedra del Consejo Social, Lego nos eligió para ser la sede de la Fase Final Autonómica de la First LEGO League, una de las competiciones educativas más prestigiosas del mundo. Cientos de jóvenes se reunieron en el Campus de la UPV para resolver problemas reales a través de la creatividad y la tecnología. Un éxito rotundo que refuerza nuestra misión y nuestro objetivo.
Pero, más allá de los números, me quedo con las historias. Con la emoción de una niña que me dice que quiere ser ingeniera después de participar en la competición Up! STEAM. Con el profesor que nos cuenta que sus alumnos han aprendido a trabajar en equipo y a enfrentarse a retos con ilusión. El balance no puede ser otro que el de un orgullo enorme y unas ganas inmensas de seguir trabajando. -Sin embargo, los datos no son muy halagüeños. En la última década, mientras que Europa ha incrementado el porcentaje de graduados STEAM, España ha retrocedido más de seis puntos. ¿Cómo se pueden contrarrestar estas cifras? -Estos datos invitan a la reflexión, claro que sí. Pero también creo que no están escritos en piedra. Podemos y debemos cambiar esta tendencia, y la clave está en cómo nos acercamos a la educación STEAM. Lo primero que necesitamos es despertar la curiosidad. Nadie elige una carrera en la que no se imagina, en la que no sabe exactamente qué va a hacer, qué va a aportar a la sociedad. Los niños y las niñas saben perfectamente qué hace una enfermera, un maestro o un bombero, pero muy pocos saben el trabajo que desarrolla un ingeniero de telecomunicaciones o una ingeniera mecánica. ¿Qué tal si se lo explicamos de una manera atractiva y clara? Por eso, nuestras iniciativas se centran en hacer accesible la ciencia y la tecnología, en las que los estudiantes puedan crear, experimentar... pero también equivocarse y volver a intentarlo. No se trata solo de aprender teoría, sino de vivirlo. También es fundamental el contacto con el mundo real. Los jóvenes necesitan referentes, conocer empresas, hablar de tú a tú con profesionales que ya han recorrido ese camino. Necesitan saber que hay un futuro para ellos en STEAM y que ese futuro vale la pena. Por eso, trabajamos para que la universidad y las empresas estén cada vez más conectadas con los colegios e institutos, debe ser una continuación. Y, por último, hay que eliminar las barreras. Muchos niños y niñas siguen creyendo que las matemáticas o la programación son aburridas, que no son para ellos. Es una percepción que debemos cambiar desde la base, con profesores motivados, con proyectos inspiradores y con una sociedad que valore el esfuerzo y la creatividad de los futuros científicos e ingenieros. No es un camino fácil, pero estamos en ello, tengo claro que vamos en la dirección correcta.Mónica Bragado, presidenta del Consejo Social de la UPV
Más información: