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Entrevista con Amparo Navarro, presidenta ejecutiva de Velarte
Trabajadora incansable, a sus 76 años Amparo Navarro sigue estando al frente de Velarte e imprimiendo en la empresa ese sello tan personal. Y, además, apostando por la igualdad de género desde sus orígenes: «En Velarte, siempre he promovido un ambiente donde la igualdad de género es fundamental. Para mí, esta empresa es como una familia, y creo firmemente que el éxito se construye sobre la base del respeto mutuo y la igualdad de oportunidades para todos, sin importar el género», asegura.
-Diversos informes señalan que el liderazgo femenino aporta creatividad e influye en la mejora de la competitividad empresarial. En su empresa, ¿qué ha aportado?
-La creatividad y la sensibilidad son características que, creo, las mujeres solemos tener muy presentes en nuestra forma de liderar. En Velarte, he visto cómo esa visión más cercana al cliente y a los detalles ha influido en la innovación de nuestros productos y en nuestra capacidad para adaptarnos a las necesidades del mercado. Además, siempre he valorado mucho el trabajo en equipo y la colaboración, y creo que eso se refleja en el ambiente de nuestra empresa. Actualmente, más de un 60% de los puestos directivos de Velarte, están ocupados por mujeres.
-En Velarte, ¿qué criterios de igualdad se aplican?
-En Velarte, nos esforzamos por asegurar que todas las personas sean tratadas con igualdad y respeto, independientemente de su género. Desde el acceso a oportunidades de desarrollo profesional hasta la remuneración y el reconocimiento, nos aseguramos de que no haya discriminación de ningún tipo. Además, promovemos la conciliación laboral y familiar para que todas las personas puedan encontrar un equilibrio entre su vida personal y su trabajo, con políticas como el horario flexible o adaptaciones de este en función de las necesidades de cada empleado.
-¿Se ha encontrado con problemas para desarrollar su carrera por ser mujer? ¿Cómo les ha hecho frente?
-Sí, claro que he enfrentado desafíos por ser mujer, especialmente en las décadas pasadas donde el papel de la mujer en el mundo empresarial era menos común. Recuerdo algunos momentos en los que mis ideas fueron menospreciadas o se esperaba que dejara que otros tomaran las decisiones solo por ser mujer.
Pero te diré algo, siempre he sido una persona decidida y con un fuerte apoyo de mi familia, especialmente de mi marido Enrique. Él siempre ha estado a mi lado, animándome a seguir adelante y defendiendo mi derecho a estar donde estoy. Creo que la clave ha sido nunca rendirme, tener la firme convicción de que merezco estar aquí y que mis ideas y habilidades son tan válidas como las de cualquier otra persona.
-¿Qué barreras siguen habiendo a la hora de que las mujeres accedan a los puestos de decisión de las empresas?
-Desde mi experiencia y lo que he visto a lo largo de los años, creo que aunque hemos avanzado mucho en términos de igualdad de género, todavía nos encontramos con obstáculos que pueden dificultar el acceso de las mujeres a puestos de liderazgo en las empresas.
Hay estereotipos que muchas veces limitan las oportunidades para las mujeres, como la idea de que somos menos capaces o adecuadas para puestos de liderazgo. Además, existen prejuicios que pueden influir en las decisiones de contratación, promoción y asignación de responsabilidades. Y por supuesto, la falta de representación femenina en altos cargos también juega un papel importante.
Es vital seguir trabajando en la eliminación de estas barreras, promoviendo un cambio cultural que valore y reconozca las capacidades y contribuciones de todas las personas, independientemente de su género. Debemos crear un ambiente laboral inclusivo donde todos y todas tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial y contribuir al éxito de la empresa.
-Planes de igualdad, ley de paridad, discriminación positiva… ¿qué medidas considera necesarias para seguir avanzando en la igualdad de oportunidades?
-Creo que es fundamental implementar políticas y programas que fomenten la igualdad de oportunidades en todos los niveles de la sociedad y las empresas. También es importante educar y sensibilizar sobre la importancia de la igualdad de género y el respeto mutuo. Todos debemos comprometernos a crear un mundo donde el talento y el mérito sean los únicos criterios de evaluación, independientemente del género de la persona.
Para seguir mejorando en la igualdad de oportunidades, tenemos que echarle ganas todos. No sirve solo con tener unas normas escritas, sino que hay que aplicarlas de verdad en nuestro día a día.
Creo que tenemos que llevar a cabo medidas concretas, como ofrecer programas de ayuda y formación para las mujeres y políticas en las empresas que ayuden a conciliar la vida laboral y familiar para todos por igual.
Además, hay que educar a las nuevas generaciones, desde pequeños, sobre lo importante que es respetar a todo el mundo, sin importar el género, raza ni ningún otro aspecto que pueda ser discriminatorio. Así podemos construir un mundo más justo y equitativo para todos.
Estoy segura de que unidos podemos alcanzar la meta de valorar únicamente el talento y el esfuerzo en todas las áreas, independientemente del género de cada persona.