Secciones
Servicios
Destacamos
Carlos Pascual, presidente de la Cátedra de Cultura Empresarial de la UV
La Cátedra de Cultura Empresarial está acogida en el marco de la Fundación Universidad-Empresa de Valencia, Adeit. Una cátedra empresarial, no universitaria, afecta a la Universitat de València que tiene por objetivo la transmisión de experiencia empresarial hacia el foro universitario y la inoculación de la cultura empresarial en el colectivo universitario. Hablamos con su presidente Carlos Pascual.
-¿Cómo nace la Cátedra de Cultura Empresarial?
-La Cátedra surge cuando yo era presidente del Consejo Social de la Universitat de València y, con la obligación de gestionar la aproximación de la universidad al mundo de la empresa, nos dimos cuenta de que había un gran distanciamiento entre ellas incluso tenso, incómodo. Y, sobre todo, que los alumnos estaban muy alejados del emprendimiento. Entendimos que una de las mejores maneras de conseguir esa aproximación era logrando que los empresarios, como personas físicas, entraran en contacto directo con los alumnos y les explicaran cuál había sido su trayectoria personal y empresarial, les hablaran de sus esfuerzos, de sus éxitos, fracasos, de lo que para ellos suponía su empresa.
-¿A qué retos tuvieron que hacer frente en los primeros años? ¿Qué destacaría de aquella época?
-Los retos estaban fuera de la Cátedra. Estaban en la sociedad, en una universidad muy politizada en fricción con el poder público que adeudaba a sus universidades una gran cantidad y esa deuda no se regularizaba. Pero la Cátedra en sí misma funcionó muy bien desde el principio: tanto los alumnos como los empresarios mostraron mucha empatía. El empresariado mostró desde el principio mucha predisposición, entrega y generosidad. No solo por las aportaciones económicas para el mantenimiento de la Cátedra, sino por el tiempo que los empresarios dedican en su tarea de transmitir a los alumnos la pasión por la empresa.
-¿Cómo se ha ido adaptando la Cátedra a los cambios de la sociedad y el estudiantado?
-Creciendo. En principio los empresarios que formaban parte de la Cátedra, los patronos, eran en torno a 20. Conforme fue creciendo decidimos que fueran unos 50 y no más porque la clave es que todos los que formen parte de la Cátedra se impliquen y participen en las actividades. Y de hecho así es: de los 50 empresarios con los que cuenta el patronato unos 43 han participado activamente este año.
-¿Cómo valora el apoyo que ha dado la Universitat de València a esta Cátedra?
-Muy positivamente. La Cátedra es un movimiento precursor, muy innovador. No es habitual que un grupo de empresarios esté implicado en una fundación de una universidad. Y eso la Universitat de València lo sabe apreciar muy bien.
-El papel y la implicación de los empresarios ha sido fundamental para éxito de la Cátedra. ¿Por qué han encajado tan bien en ella?
-Valencia tiene un lujo del que no somos conscientes que es que el empresariado valenciano en general es muy personal. Así como en otros territorios como Madrid o Barcelona las empresas están dirigidas por ejecutivos, aquí el empresario como persona física tiene mucha participación y relevancia. Eso hace que los profesores sean los propios titulares de las empresas. Además, la docencia en general produce un gran placer para el que enseña, y los alumnos por su parte muestran un reconocimiento y agradecimiento que el empresario percibe con satisfacción.
-¿Qué características comunes tienen los empresarios de la Cátedra?
-Su modo de entender la empresa como agente social relevante, y su propia responsabilidad social corporativa como empresario. Los sectores en los que operan son muy diversos, pero el grupo de empresarios de la Cátedra cuenta ya con una identidad propia.
-¿Qué valor diferencial ofrecen a los alumnos los programas de la Cátedra?
-Cuando la Cátedra surge existían los créditos de libre elección y la Cátedra contaba con siete créditos de este tipo lo cual era muy atractivo, pero eso se suprimió. Ahora todos los alumnos que participan en los cursos lo hacen porque conocen el prestigio y la reputación con la que cuenta la Cátedra. Además, acceden alumnos de todos los ámbitos docentes porque partimos de la base de que se puede emprender desde cualquier área de conocimiento: un filósofo, un médico, un veterinario o un abogado pueden crear una empresa.
-El programa estrella es ‘Qui pot ser empresari?’, ¿qué destacaría de él?
-Destacaría su consolidación como producto estrella que ha arrastrado a todo lo demás y que es la génesis de todo lo que hacemos. Todos los demás proyectos no dejan de tener la misma misión esencial: la de conectar a los dos mundos -universidad y empresa- y, sobre todo, generar, favorecer y promover la vocación empresarial cuando aún el alumno no ha salido de la universidad. Aunque tenemos también algún alumno de doctorado. Todo ello de manera gratuita y con la marca de la Universitat de València que tiene mucho prestigio..
-¿Cómo se comportan los empresarios con el estudiantado? ¿Qué tipo de relación establecen?
-Es una relación muy personal, directa y de mucha naturalidad. Por ejemplo, en programas como el de mentorización se produce muy habitualmente una conexión duradera entre el mentor y el alumno que para ser mentorizado debe tener ya en marcha una empresa por pequeña que sea, con facturación.
-En 2012 nace Alumni CCE, ¿por qué surge esto? ¿qué se realiza en el marco de esta iniciativa?
-Ya son más de 1.200 alumnos los que han pasado por la Cátedra durante estos 25 años, lo que representa una importante masa crítica que la CCE debía aglutinar y organizar. Esta asociación está dirigida por ellos mismos, a través de su propia junta directiva, y es muy importante para nosotros su existencia. En cierto modo es la acreditación de que lo que hemos hecho ha valido la pena.
-¿Qué balance hace de estos 25 años? ¿Cuál cree que ha sido la fórmula del éxito?
-El éxito se debe a una conjunción de cosas. La idea era buena y lo corrobora su arraigo de 25 años. Hoy en día la Cátedra es conocida, apreciada y sigue siendo diferenciadora, además de que no es fácil replicarla. Muchas universidades lo han intentado y no lo han conseguido. La cátedra conforma un grupo de empresarios consolidado, altruista e implicado en una serie de programas de aproximación del mundo de la empresa a los alumnos interesados de la Universitat de València para convencerles de que pueden emprender y ayudarles en sus primeros pasos. Y se predica con el ejemplo. Grandes empresarios valencianos que dedican su tiempo y su ilusión a transmitir vocación empresarial.
-Pasados 25 años, ¿qué retos de futuro se plantea la Cátedra?
-Todo aniversario sirve desde luego para celebrar lo conseguido, pero también para revisar críticamente y darte cuenta de que aun estando en un buen camino y con un buen proyecto, debemos adaptarnos a las nuevas circunstancias, algo que estamos haciendo constantemente modificando algunos programas y creando nuevos en función del paso del tiempo y sus nuevas exigencias. Y por qué negarlo, la celebración sirve también para comunicar, para que se sepa lo que hacemos y generar un mayor interés por la Cátedra.