Secciones
Servicios
Destacamos
Xabier Azarloza, director de In Side Logistics
La burocracia y la falta de apoyo institucional ahogan la innovación y el compromiso ambiental de las pequeñas y medianas empresas en España.
Como director de una PYME de transporte, me veo en la necesidad de compartir mi experiencia, no solo por la frustración que siento, sino por la necesidad urgente de que se escuche la voz de quienes, como nosotros, estamos comprometidos con un futuro más sostenible. En un momento en que la lucha contra el cambio climático es más crucial que nunca, las pequeñas y medianas empresas nos encontramos solas, cargando con el peso de la innovación y la inversión, mientras la administración parece ignorar nuestras necesidades.
Hace dos años, en agosto de 2022, decidimos dar un paso adelante y adquirir el primer camión eléctrico articulado de la provincia de Valencia. Creímos en la necesidad de reducir las emisiones de CO2 y en la posibilidad de contribuir a un entorno más limpio. Sin embargo, lo que debería haber sido un proceso de apoyo y colaboración se ha convertido en una odisea burocrática que ha puesto a prueba nuestra paciencia y recursos.
A pesar de que la resolución de la ayuda llegó en octubre de 2022, y el camión fue entregado en marzo de 2023, aún no hemos recibido ni un euro de las ayudas prometidas. La administración ha impuesto una serie de justificaciones que parecen más un ejercicio de publicidad que un verdadero apoyo a la innovación. Nos han exigido rótulos en el camión y anuncios en nuestra web, todo ello mientras nosotros asumimos los costes adicionales de estas exigencias.
La situación se ha vuelto insostenible. Ocho meses después de presentar toda la documentación requerida, con el camión funcionando desde hace año y medio, nos piden que justifiquemos que estamos al corriente de pagos con la Agencia Tributaria y la Seguridad Social, como si ellos no tuvieran acceso a esa información. Este tipo de solicitudes no solo son innecesarias, sino que también añaden más carga a un proceso que ya es excesivamente complicado.
¿Qué pasa cuando la administración se retrasa en sus pagos? ¿Dónde está el dinero que con tanto bombo se anuncia que llega de Europa? ¿No seremos nosotros quienes deberíamos pedir justificaciones a la administración y no al revés?
Las PYMES constituimos el 80% del tejido empresarial español y somos la columna vertebral de la economía de este país. Sin embargo, nos encontramos continuamente a merced de una administración que, en lugar de apoyar y facilitar, parece ensañarse con nosotros. Nos hacen esperar, trabajar el doble y a cambio no recibimos más que obstáculos.
Esta falta de sensibilidad hacia los esfuerzos de las PYMES no es solo un problema para nuestro sector, sino un freno al avance hacia un futuro más sostenible.
El sector del transporte es clave para la transición hacia una economía verde. Si se pretende reducir las emisiones contaminantes y mejorar la calidad del aire, es fundamental contar con el compromiso de las empresas de transporte. Las grandes corporaciones tienen los recursos para adaptarse rápidamente a las nuevas normativas y adoptar tecnologías más limpias, pero para las PYMES, el camino no es tan fácil. Enfrentarse a la inversión en vehículos eléctricos o de bajas emisiones es una decisión valiente y arriesgada que implica un gran esfuerzo económico y operativo. Sin embargo, la falta de apoyo efectivo por parte de las instituciones transforma esta apuesta en una carrera de obstáculos.
La carga burocrática no sólo implica una inversión de tiempo y esfuerzo. También representa un coste económico significativo.
Cada día que una PYME debe dedicar a gestionar papeleo, justificar su situación ante la administración o cumplir con nuevos requisitos es un día perdido en el que no puede centrarse en su actividad principal. En un sector tan competitivo como el del transporte, esta situación no es solo un obstáculo, sino una amenaza real a la viabilidad de muchas empresas.
Las exigencias administrativas son a menudo tan complejas y cambiantes que requieren contratar personal especializado o servicios externos, lo que supone un coste adicional. Para una gran empresa, estos gastos pueden ser absorbidos sin demasiada dificultad, pero para una PYME, representan una carga desproporcionada. Si realmente queremos un país que fomente la innovación y apoye la sostenibilidad, la administración debe facilitar el acceso a las ayudas, simplificar los trámites y eliminar barreras que solo desmotivan a quienes están dispuestos a invertir en un futuro más limpio.
Además, existe una desconexión evidente entre los requisitos burocráticos y la realidad operativa de las PYMES. En lugar de simplificar los trámites y automatizar la verificación de requisitos básicos como el estado de los pagos con la Seguridad Social o la Agencia Tributaria, se exige a las empresas que proporcionen documentación redundante. Esta falta de eficiencia no solo genera frustración, sino que mina la confianza en el sistema.
¿Cómo podemos innovar y adaptarnos al cambio climático si la administración no evoluciona con nosotros?
Las pequeñas y medianas empresas no solo son una parte importante del tejido económico; son el motor que impulsa la creación de empleo, la innovación y el desarrollo local. Sin embargo, la percepción pública y, en muchos casos, las políticas gubernamentales, parecen ignorar su importancia.
Se habla mucho de la «España vaciada», de la falta de oportunidades en ciertas regiones y del declive industrial, pero las PYMEs son precisamente el antídoto a estos problemas. Son las que crean empleo en las zonas rurales, las que apuestan por proyectos arriesgados y las que están en contacto directo con la comunidad.
Las PYMEs del sector del transporte están dispuestas a seguir apostando por un futuro más sostenible. Lo hemos demostrado con nuestras inversiones, nuestras innovaciones y nuestro compromiso con el medio ambiente. Sin embargo, no podemos hacerlo solos. Necesitamos un entorno que no solo reconozca nuestros esfuerzos, sino que los respalde con acciones concretas.
La administración tiene la oportunidad de demostrar que realmente apuesta por la sostenibilidad y la innovación. Pero para ello, debe dejar de ser un freno y convertirse en un facilitador.
Las PYMEs no queremos subsidios sin más; queremos un entorno que valore nuestro esfuerzo y nos permita seguir avanzando. Es hora de que se escuche nuestra voz y se actúe en consecuencia. El futuro de la economía y la sostenibilidad de España dependen en gran medida de ello.