Carlos Prades renovó, el pasado año, como presidente de la Federación Valenciana de Empresarios del Transporte y la Logística (FVET). Entre los retos que se ha marcado para esta nueva etapa se encuentra que el transporte siga sumando fuerzas, para defender los intereses comunes tanto a nivel provincial, como autonómico. "Como Federación, nos gustaría seguir los pasos del modelo de la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana y que el transporte vaya al unísono en un ámbito de actuación autonómico, sin querer suprimir sino más bien sumar. La unión ayuda a tener fuerza negociadora y que se reconozca el peso que tenemos, ahora y siempre".
El actual escenario de subida de precios afecta en gran medida a los transportistas, ¿cómo le estáis haciendo frente?
Efectivamente, pese a que en este año se ha estabilizado el precio del combustible, el resto de partidas han subido. Un ejemplo es el precio de los camiones, que han pasado de costar 80.000 euros de media a 110.000 euros en el último año. Además, a este incremento de costes, se le suma dos aspectos preocupantes: el descenso de los precios de las operativas de los transportistas y, lo que es peor, del número de operativas. Necesitamos apostar por profesionalizar al transporte y seguir peleando por defender la rentabilidad de nuestras empresas.
Además, la escasez de materias primas repercute en las empresas fabricantes de vehículos, ¿cómo está la situación?
Efectivamente, el año pasado no había vehículos pesados en el mercado, una situación que ha significado retrasos en la entrega de vehículos y, en algunos casos, la entrega no estaba garantizada. Actualmente estamos pendientes de cómo evoluciona esta tendencia para poder atender a las necesidades de renovación o adquisición de flota de nuestras empresas. Las directivas europeas cada vez exigen vehículos menos contaminantes, pero necesitamos poder tener acceso a esta clase de camiones y, además, poder sufragarlos.
A ello se une la falta de mano de obra, ¿qué medidas hacen falta para hacer atractiva la profesión?
Entre las barreras de acceso a la profesión se encuentra la formación, tanto el coste, que ronda los 3.500 euros, como el proceso para obtener el certificado de aptitud profesional y los permisos de conducción. En este sentido, se ha barajado promover el Grado medio de Técnico en Conducción de Vehículos de Transporte por Carretera. Desde hace tres años, este grado se imparte en tres centros de la Comunidad Valenciana, siendo esta autonomía la única, junto a Cataluña, que lo ha ofertado en centros de formación profesional públicos. El siguiente paso es que acaben el grado con el permiso de conducción pertinente, para que el acceso a la profesión sea más inmediato.
Además, otras comunidades autónomas, como Castilla y León, La Rioja, Galicia, Cantabria, el País Vasco y, más recientemente, Madrid, han optado por ayudas a la formación. Sin embargo, la Comunitat Valenciana no ha tomado ninguna medida para favorecer el acceso de los jóvenes a esta profesión.
En paralelo a eliminar las barreras de acceso a la profesión, FVET, a través del Comité Nacional de Transporte de Carretera y frente a organismos territoriales, está defendiendo las mejoras en las condiciones de trabajo e infraestructuras para un sector con un peso importante en la economía valenciana.
Se ha modificado la Ley para fomentar el uso de suelo no urbanizable como zonas de estacionamiento de vehículos pesados, ¿cree que por fin se va a conseguir esta reivindicación histórica de FVET?
Queremos movilizar a los ayuntamientos de la Comunitat Valenciana para habilitar más áreas de descanso y estacionamiento seguro para vehículos pesados. Y, en concreto, este déficit se hace más llamativo en polígonos industriales y áreas logísticas. Desde hace cuatro años, la Ley de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Paisaje de la Generalitat Valenciana impedía el uso del suelo no urbanizable para que los vehículos pesados pudieran estacionar. El pasado 30 de diciembre se produjo este cambio legal.
Algunos ayuntamientos, como el de Ribarroja, venían reclamando el cambio para dar cabida a los vehículos que cada día inundan las áreas industriales y poder mejorar así la competitividad de esta zona. Además de Ribarroja, vamos a contactar con otros ayuntamientos que estén interesados en impulsar estacionamientos. Al fin y al cabo, se trata de una medida estratégica que favorece la calidad de los servicios logísticos y, en general, al tejido empresarial.