“Red Eléctrica, con el pueblo valenciano tras la dana”

Ante las dimensiones del reto, Red Eléctrica reaccionó con una respuesta inmediata que, junto al alto grado de mallado de la red, permitió garantizar en todo momento la disponibilidad de la red de alta tensión. 

Los efectos de la dana del 29 de octubre supusieron, además de un drama humano de graves consecuencias sociales y económicas, un desafío para la red de transporte eléctrico, que se vio afectada por el impacto de hasta siete tornados en la zona de Catadau y por la riada en Paiporta y Requena, así como por la inundación de la subestación de Quart de Poblet. Ante las dimensiones del reto, Red Eléctrica, la filial de Redeia responsable del transporte y la operación del sistema eléctrico en España, reaccionó con una respuesta inmediata que, junto al alto grado de mallado de la red, permitió garantizar en todo momento la disponibilidad de la red de alta tensión. 

Nada menos que treinta y cinco apoyos -también llamados torres- se vieron afectados en distinta medida en aquella jornada. De ellos, trece se situaban en dos líneas de 400 kV y otros 22 en seis líneas de 220 kV. En un primer momento, los trabajos se centraron en garantizar la seguridad, aislando las instalaciones afectadas, y en la activación de una inspección con helicóptero y drones para detectar daños. Posteriormente, se diseñaron soluciones provisionales de emergencia en la red de transporte para reforzar el apoyo a la red de distribución y, en paralelo, el equipo humano de Red Eléctrica puso en marcha una operación para ejecutar soluciones definitivas para que las instalaciones afectadas recuperaran la situación anterior a la dana lo antes posible. A mediados de diciembre, cinco de las ocho líneas afectadas ya estaban en servicio y el 7 de febrero finalizaron el resto de obras posibilitando la activación de las tres líneas pendientes. 

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El 23 de enero, el izado de la bandera de la Comunitat Valenciana sobre el último de los treinta y cinco apoyos recuperados, ubicado en el término municipal de Alfarp, simbolizó el proceso de restauración de la normalidad con soluciones definitivas en la red de transporte eléctrico en la provincia de Valencia. También fue el símbolo del compromiso de Red Eléctrica con la ciudadanía valenciana, un compromiso que nació con la propia compañía hace 40 años. Pionera desde el mismo momento de su constitución en 1985, Red Eléctrica fue el primer TSO del mundo, la primera empresa dedicada en exclusiva al transporte y operación del sistema. De esta manera, configuró un modelo que posteriormente han replicado nada menos que veintidós de los veintisiete países de la Unión Europea. Una fórmula eficiente que garantiza una evolución ordenada de las infraestructuras, coherente con las necesidades económicas y sociales del país y capaz, asimismo, de asumir y defender con éxito el papel de columna vertebral de la transición ecológica en España. 

Compromiso en clave de mujer 

En estas cuatro décadas, esta vocación de servicio la han llevado por bandera todas las personas de Red Eléctrica. Lo han demostrado con creces los profesionales al frente de la reparación de la red en la Comunitat Valenciana tras la dana, que se han volcado para ofrecer seguridad en momentos de incertidumbre. Un equipo que en la región está capitaneado por una mujer ingeniera, en clara sintonía con una de las principales señas de identidad de la compañía desde su creación. 

Y es que además de su excelencia en la labor técnica, Redeia —matriz de Red Eléctrica— demuestra un fuerte compromiso con la igualdad de género, que incluye en su estrategia corporativa como vector relevante. En 2024, ya contaba con un 50% de mujeres en su consejo de administración y alcanzó un 42,9% en la dirección de primer nivel. 

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El sector energético es, en estos momentos, un campo profesional con mucho recorrido, por ello, el impulso del talento femenino es fundamental para que el futuro, además de ecológico, sea justo e inclusivo. En Redeia apuestan por ello y van por buen camino. A cierre de 2024 ya cuentan con un 29% de mujeres a nivel de plantilla, con el propósito de llegar al 31% en 2025. 

Con esta finalidad, Redeia también fomenta las vocaciones STEAM en las más jóvenes a través de diferentes iniciativas, como el concurso Redesteam, que promueve las carreras científicas y tecnológicas entre alumnas de 3º y 4º de Educación Secundaria o Formación Profesional equivalente, con el objetivo de romper la persistente brecha de género en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas. 

Y se involucra en la etapa profesional, colaborando en diferentes proyectos para eliminar las desigualdades de género, como el impulsado por Aemener o por la Real Academia de Ingeniería, y participando en programas de mentoría como el de ClosinGap.

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