Estas son las razones por las que hay que contar con los “private bankers”

Los asesores de banca privada de Banco Mediolanum ganan terreno en Levante, zona de España donde la entidad ya cuenta con la confianza de miles de clientes

En un contexto complejo como el actual, ha aumentado el interés de las familias por buscar el respaldo de un profesional que las acompañe en la toma de decisiones financieras. Los clientes de banca valoran, cada vez más, el conocimiento individualizado y acompañamiento de profesionales del asesoramiento financiero, como los Family Bankers de Banco Mediolanum.

La entidad cuenta, a su vez, con una división de Banca Privada, especializada en clientes de alto patrimonio. A través de la figura del private banker encuentran a un profesional cercano en quien confiar y planificar su patrimonio, protegiéndolo para generaciones futuras.

El creciente interés por la asesoría profesional en todas sus especialidades es también consecuencia de un marco global marcado, en un primer momento, por las consecuencias económicas y financieras de la pandemia y, posteriormente, por la crisis de precios de la materias primas y las derivaciones del conflicto en Ucrania. Todo ello ha generado una sensación de incertidumbre en el inversor a la que se añade la ya de por sí compleja naturaleza del entorno financiero.

En este contexto, el private banker ofrece un servicio avanzado y desarrolla su actividad con la voluntad de mantener el capital y de aumentarlo para encarar la inflación y los impuestos. Además, pone en marcha estrategias para proteger el patrimonio y anticipar imprevistos, y lleva a cabo la planificación de la jubilación para definir futuras necesidades.

A todo ello se une que el cliente puede tratar con su private banker temas que van más allá de las inversiones y contar con su experiencia en protocolo familiar, para tratar de asegurar la continuidad de una empresa familiar, así como en abordar el tema de sucesiones y en anticipar potenciales cuestiones relacionadas con la fiscalidad.

El éxito de Banco Mediolanum radica en la profesionalidad y formación continua de sus profesionales, acreditada por el hecho de que todos sus private bankers cuentan con la certificación EFA (European Financial Advisor) y muchos de ellos, además, también tienen la certificación EFP (European Financial Planner), máxima cualificación profesional europea para la gestión y planificación de patrimonios. La división de Banca Privada refuerza esta capacitación profesional con sesiones internas muchos otros tipos de temáticas complementarias como ratios financieros de empresa, derecho sucesorio, protocolo familiar, fiscalidad o asignación de activos de cartera.

La valoración de contar con un especialista en banca privada

¿Qué valora más un cliente de banca privada? Según la experiencia del departamento de banca privada de Banco Mediolanum se trata de una combinación de profesionalidad y formación de los private bankers con una serie de valores intangibles. Por ejemplo, el trato cercano que proporcionan sus profesionales y que trasciende el ámbito profesional, lo que permite un conocimiento profundo de las circunstancias y necesidades específicas de cada cliente. Otro de los valores que más resaltan es la atención individualizada a lo largo del tiempo —siempre con el mismo asesor—, lo que fomenta que se genere una confianza entre ambas partes, algo realmente imprescindible para consolidar una relación de largo plazo.

Asimismo, los clientes valoran la proactividad del private banker, con una continua propuesta de soluciones personalizadas que se van adaptando a las circunstancias de cada etapa y cuentan con el respaldo de una entidad líder en solvencia. Y, además, enfatizan el acompañamiento y seguimiento continuo del profesional y su banco en el diseño y aplicación de las estrategias de inversión adaptadas al perfil de riesgo del inversor y a sus objetivos particulares.

Todos estos factores contribuyen a la reputación del profesional y de la propia entidad, como ha demostrado el liderazgo de Banco Mediolanum entre las entidades con los clientes más satisfechos de la banca española durante cuatro años consecutivos, según el estudio sectorial que elabora cada año la consultora independiente Stiga.

Una satisfacción que, además, camina en una doble dirección. Por un lado, supone una recompensa para el cliente, porque cuenta con “un traje a medida” ajustado a sus necesidades y objetivos reales, además de recibir un trato y servicio personalizado de su entidad a través de un interlocutor en constante formación. Y, por el otro, es una recompensa para el propio profesional, que tiene ante sí un amplio campo para explotar todo su potencial y desarrollar una de las carreras con más futuro del mercado.