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El antes y el después del olivar de la variedad Blanqueta que ha sido recuperado. Bioterreta
Una asociación logra recuperar en cuatro años 10,7 hectáreas de cultivos abandonados en la Vall d'Albaida

Una asociación logra recuperar en cuatro años 10,7 hectáreas de cultivos abandonados en la Vall d'Albaida

Bioterreta es una iniciativa que pretende, mediante la custodia agraria, mantener la agricultura y el paisaje tradicional

B. González

La Pobla del Duc

Martes, 15 de noviembre 2022, 15:55

Bioterreta es un proyecto que nació hace cuatro años como "una herramienta de gestión" para dar solución a un problema cada vez mayor en el campo valenciano como es el del abandono de cultivos y parcelas agrícolas. Jordi López es uno de los artífices de esta iniciativa que tiene su sede en la Pobla del Duc y su área de influencia en la Vall d'Albaida, principalmente, pero también en todas las comarcas centrales.

"Hay muchos campos abandonados porque sus propietarios ya no la pueden llevar y no hay relevo generacional y nosotros lo que hacemos es llegar a un acuerdo con ellos a través de aparcería o arrendamiento, la trabajamos y la recuperamos con criterios de biodiversidad y ecología", explica Jordi.

En este tiempo ha logrado llegar a 42 acuerdos de custodia y recuperado más de 10,7 hectáreas de parcelas que estaban baldías, contribuyendo a su revalorización.

El problema de estos cultivos es que no se ha hecho nada en los últimos 30 años para su mantenimiento, según indica López. "En la Pobla del Duc se producía la mejor uva de España y ya no queda ningún viñedo. Hace 20 años, desde Europa se ofrecieron ayudas para arrancarlos y a cambio plantar frutales. Eso no sólo cambió el paisaje, sino que, además, los frutales no se adaptaron a la zona y los agricultores tuvieron que acudir a los fitosanitarios para poder sacarlos adelante, lo que supuso encarecer la producción, que no fueran rentables y finalmente se abandonaran", subraya.

El proyecto de Bioterreta es realizar el proceso inverso, revalorizar esa tierra basándose en la agroecología y en la sostenibilidad, teniendo en cuenta los ciclos naturales de los cultivos, potenciando la microbiología y la fertilidad. Para ello, la observación es clave, por lo que se utiliza tecnología aplicada. Por ejemplo, en la Pobla del Duc pusieron en marcha una Estación Fenológica de la Red de Observadores Fenológicos de Aemet.

La tecnología y la robótica también son clave en este proceso de revitalización de campos baldíos. Y es que, según Jordi López, otro de los problemas que tiene la agricultura valenciana es que no se ha hecho innovación con maquinaria adaptada a las características de estas parcelas, en su mayoría pequeñas.

"La Toscana italiana, muy parecida a esta comarca y principalmente a la Costera, es una de las zonas más ricas en olivos, almendros, viñedos y frutales porque han utilizado robótica adaptada al territorio. Ese modelo se ha dejado morir aquí, que se ha apostado por un modelo más industrial, y eso está redundando también en la despoblación", asegura.

El mantenimiento y la recuperación de productos autóctonos también son clave. Es por ello que han creado un banco de semillas ecológico para la protección de variedades tradicionales y han participado en la creación de la primera Asociación de Productores del Garrofó Valencià.

Aprovechamiento de los subproductos

En este proyecto hay otros dos ejes que son fundamentales. Por un lado la economía circular utilizando las podas o subproductos como alperujo, procedente de la extracción de aceite de la aceituna, como fertilizantes para los cultivos. Por otro lado, la red de trabajo a través de obradores en los que se aprovechan los excedentes y merma de la producción para procesarlos artesanalmente por ejemplo en conservas. Uno de estos obradores está en la localidad de Otos.

"Nos dimos cuenta que en muchos campos había muchos frutos en la tierra y los agricultores nos explicaron que no cumplían con los criterios establecidos por la industria y que no les valía la pena recogerlos. Hay muchos alimentos tirados en los campos que pueden tener su mercado fuera de la industria", asegura.

Este proyecto acaba de recibir un premio en el Congreso Nacional de Medio Ambiente celebrado en Madrid. Concretamente un accésit como ejemplo de solución sostenible a la despoblación y la falta de perspectivas en el medio rural.

La iniciativa está abierta y participativa a cualquier emprendedor que quiera poner en marcha un proyecto agroecológico, se les facilita la tierra de cultivo y el acompañamiento necesario para hacerlo realidad.

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