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B. González
Canals
Lunes, 28 de noviembre 2022, 11:38
"Quieren inclusión, pero no nos la facilitan". Es la denuncia desesperada que hacen dos familias de Canals cuyos hijos tienen necesidades especiales. Bianca y Nabil, de 3 y 4 años de edad, cursan 3º de Infantil en el colegio José Molla de Canals y se han quedado sin una de las dos educadoras con las que contaban tres días a la semana.
Ante esta falta, son las familias quienes tienen que encargarse de ellos cuando hay que darles de comer o cambiarles el pañal en esos días. El centro cursó la solicitud para conseguir una nueva educadora o educador lo antes posible, pero la respuesta fue que los trámites para cubrir este tipo de plazas suelen ser largos. También lo han puesto en conocimiento de la inspección y denunciado ante el Síndic de Greuges.
Y es que a pesar de sus discapacidades, no son admitidos en un centro especial. "Pedimos que si tienen que estar en uno ordinario que al menos que tengan los recursos que les toca", exigen.
Nabil tiene parálisis cerebral con un implante coclear en el oído derecho, con una férula en el pie derecho, además de microcefalia. Aún así, solo se le reconoce un 33% de discapacidad, la mínima, aunque sus padres han solicitado una nueva revisión para que le den un grado mayor de discapacidad.
Según explica su madre, Ana María Arnau, Nabi es un niño muy inquieto que necesita el cuidado de una persona las 24 horas. "No habla, ni come ni tampoco sabe hacer las cosas cotidianas como vestirse por si solo, tampoco controla esfínteres, por lo tanto necesita que siempre le cambien el pañal", explica.
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Por su parte, Bianca actualmente tiene reconocido un 48% de discapacidad. Tiene síndrome de Pierre Robin, al nacer tuvo fisura palatina completa, glosoptosis y micrognatia; así como trastorno del desarrollo, los especialistas sospechan que podría ser autismo.
"Bianca si que habla pero no vocaliza bien, estamos pendientes de una segunda operación que aún no es seguro si se la harán, pero no controla esfínter, y necesita de mi para cambiarla siempre", explica su madre, Melani Quintanilla.
Mientras consiguen a la nueva educadora, el centro ha puesto al cuidado de ellos a la profesora de apoyo de Primaria, dado que no pueden estar solo.
Este tipo de plazas dependen de Función Pública, conselleria de Hacienda, y no directamente de la de Educación. A eso se añade el problema de que al haber quedado vacía por renuncia de la educadora, se tiene que sacar de nuevo la plaza.
Desde esta Conselleria de Educación indican que esta plaza vacante será sacada a adjudicación esta semana en el acto único de convocatoria de Función Pública y recuerdan que están trabajando "codo con codo" para que se cubra cuanto antes.
Explican que, gracias a un decreto del Consell, estas vacantes que ya existen en el sistema pero se han de crear de nuevo , a partir de ahora ya no es necesario que pasen por Intervención de la Generalitat, por lo que se reducen los plazos de creación y cobertura de dichas vacantes.
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