El Gobierno rechaza la instalación de dos plantas solares en la Font de la Figuera

Dos de las plantas solares previstas para instalar en la Font de la Figuera, La Encina I y II, finalmente no verán la luz. El Ministerio de Transición Ecológico no ha avalado la instalación de estas dos plantas fotovoltaicas al considerar que su emplazamiento previsto presentaba un alto interés paisajístico y agrológico.

El emplazamiento elegido era Terres dels Alforins (la conocida por ‘Toscana valenciana’), una zona de agricultores y viticultores que en los últimos años se han convertido en objetivo de los "hombres de gris con maletines llenos de dinero", en referencia a las empresas que han acudido al territorio para instalar plantas fotovoltaicas.

La negativa del gobierno llega meses después del pronunciamiento de la Generalitat Valenciana, que a través de la Conselleria de Política Territorial había emitido un informe desfavorable a los proyectos Encina I y Encina II, de 33 Mw y 27 Mw respectivamente. El departamento estatal de Industria y Energía ha dictaminado una resolución desfavorable a estas dos plantas aludiendo a su incompatibilidad urbanística con la zona, así como a su negativo impacto ambiental. La catalogación del paisaje, como de valor excepcional, ha acabado siendo clave para poner fin a las aspiraciones de los impulsores del proyecto.

Los informes autonómicos tenían el respaldo de un estudio paisajístico del Ayuntamiento de la Font de la Figuera, así como de las alegaciones recabadas durante la fase de información pública y la oposición de Ecologistes en Acció.

El primer edil de la Font de la Figuera, Vicent Muñoz, celebra el hecho de que estas dos plantas solares no vayan a ver la luz. “Debemos cerrar las puertas a la especulación urbanística. La ordenación del territorio se debe hacer de una manera tranquila y ordenada”.

Por otra parte, Muñoz no descarta que la energía solar llegue a la Font, aunque incide que se debe hacer “atendiendo a las necesidades reales del municipio”, por ejemplo, a través de una comunidad energética local.

También pide a las administraciones supramunicipales “mayor agilidad” para que se acabe de tramitar el Plan General del Municipio, en el que se lleva trabajando desde 2004. “La tramitación está siendo muy farragosa. No se le puede pedir a un municipio que la única forma de protección sea a través de un Plan General”.

Cabe recordar que, en noviembre de 2018, el pleno de la Font de la Figuera aprobó la versión definitiva del Plan General Estratégico. Sin embargo, los requerimientos tanto del estado como de la Generalitat han hecho que el documento aún no haya podido ser aprobado por la corporación municipal.

"El 99 % de los proyectos relacionados con placas fotovoltaicas están yendo a zonas del interior de la Comunitat, y eso no es un reparto equitativo". Es la realidad que denuncia Santiago Gasset, miembro de Acció Ecologista - Agró.

Gasset también recuerda que la Generalitat quiere establecer 6.000 MW de energía renovable fotovoltaica en toda la Comunitat, algo que se traduciría en 12.000 hectáreas de instalaciones. De acuerdo a criterios territoriales, "cada municipio debería albergar 22 hectáreas de instalaciones o 11 MW de potencia; solo así hablaríamos de un trato justo".

El "poco empleo" que generan estas instalaciones es otro argumento que el ecologista esgrime en contra de las fotovoltaicas. "En su fase de explotación requieren un mínimo de empleados. Plantas de 100 h puede requerir perfectamente a un único empleado".

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