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LAS PROVINCIAS
Miércoles, 21 de mayo 2014, 21:04
En el renacimiento se crearon las denominadas cámaras de las maravillas o gabinetes de curiosidades, una estancias ideadas por coleccionistas extremos que guardaban allí sus más preciados tesoros. Plantas, animales exóticos, instrumentos científicos, obras de arte e, incluso, cosas tan curiosas como aletas de sirenas, huesos de grandes tiburones, sangre de dragón o cuernos de unicornio, se podían encontrar en unas estancias en las que se mezclaba la realidad y la ficción. Además, muchas de ellas eran muy específicas y se podían ordenar por temáticas como artificialia, en la que se almacenaban los objetos creados o modificados por la mano humana; naturalia, en la que se agrupaban las criaturas y objetos naturales; exótica, en la que se recogían plantas y animales exóticos; y scientifica, en la que se incluían los instrumentos científicos. Ahora, el Museo de Bellas Artes San Pío V de Valencia convierte su sala de exposiciones temporales en una de estas estancias únicas, concretamente, en un gabinete de curiosidades naturales o naturalia. Una temática muy poco utilizada en las exposiciones de un museo que ahora exhibe 90 piezas de autores de varios siglos, desde el XVII al XX, que se acompañan de elementos como libros de botánica y un ciervo disecado, entre otros.
Estas cámaras de las maravillas o Wunderkammer surgieron durante el renacimiento y el barroco. Coincidieron con la época de las grandes exploraciones y muchos de los descubrimientos se coleccionaban y se presentaban en una multitud de objetos raros o extraños que representaban a la naturaleza y las realizaciones humanas.
Entre las Naturalia podía haber animales disecados, conchas raras, gemas o colecciones de plantas o insectos, tanto reales como dibujados o pintados. Alguno de estos gabinetes tuvo anexo un jardín con una colección de plantas o de animales vivos. Algunos de estos elementos sirven para convertir al propio museo en una de estas cámaras de las maravillas a través de la exposición que se inauguró ayer.
Esta idea sirve como punto de partida para comprender una muestra que es, además, una oportunidad para ver juntas un amplio número de obras del museo que van desde el siglo XVII al XX con presencia de artistas como Daniel Seghers, Tomás Hiepes, Bartholomeus Abrahams Assteyn, Miguel March, Vicente Vitoria, Onofrio Loth, Mariano Nani, Rafael Ximeno y Planes, Vicente Capilla, Francisco Bru, Benito Espinós, José Felipe Parra Piquer, José Burgos, Carlos de Haes, Vicente Borrás Mompó, Antonio Muñoz Degraín, Francisco Pradilla, José María Brel Giral, Gonzalo Salvá, Ignacio Pinazo Camarlench, Emilio Sala, Josep Masriera, Aureliano de Beruete, Francesc Gimeno, Enrique Galwey, Fernando Cabrera Cantó, Oleguer Junyent, Salvador Abril Blasco, Joaquín Sorolla, Julio Peris Brell, Ramón Stolz Seguí, Manuel Benedito, Leopoldo García Ramón, José Pinazo Martínez, Félix Lacárcel, Luis Benedito Vives, y Pedro de Valencia, entre otros.
Destacan entre las piezas varias obras de gran formato de Muñoz Degraín, como Sierra de Guadarrama. Torrente de Lirios o Desfiladeros de Roncesvalles; los bodegones de Pedro de Valencia; los paisajes de caza de Hiepes o los dibujos de Ignacio Pinazo. Además, se muestran dos dibujos de Sorolla que al ser obra sobre papel no forma parte de su sala permanente. Como obras nunca expuestas se ha recuperado un Desnudo del pintor Enrique Navas y se exhibe un excepcional trampantojo de Vicente Vitoria, uno de los grandes pintores del barroco. La pieza, Rincón de cocina fue adquirida por el Ministerio en 2012 y complementa otra del mismo autor que conserva el Museo de similares características.
La muestra, que se podrá ver hasta el 31 de agosto, reúne piezas tanto del Museo de Bellas Artes como de la Real Academia de San Carlos relacionadas con la naturaleza. Pueden verse bodegones, flores, paisajes, representaciones de la caza, y todo tipo de medios naturales. A estos fondos artísticos, alrededor de 80, entre pinturas, dibujos, esculturas y cerámicas además de 6 libros de divulgación científica con grabados de artistas autríacos, se unen piezas procedentes de la Universitat de València, relacionadas con la entomología, la malacología o la zoología y libros y facsímiles modernos que muestran la evolución de la ilustración botánica.
Finalmente, la exposición aborda también dos temas ausentes de las Wunderkammer, pero no menos relacionados con el tema: el estudio del natural de los humanos, la anatomía, así como paisajes que muestran la naturaleza en todo su esplendor.
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