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Interior del restaurante Casa Montaña.

Restaurantes centenarios de Valencia

Un selecto grupo de establecimientos guarda recuerdos, anécdotas y secretos inconfesables

Jose Forés Romero

Domingo, 13 de julio 2014, 00:50

Es una lista muy reducida pero consistente. Los restaurantes centenarios en la ciudad de Valencia pueden contarse con los dedos de una mano, pero se trata de un elenco de establecimientos que guardan recuerdos, anécdotas y hasta secretos inconfesables. Y donde por encima de todo, prima la buena comida y el trabajo para seguir existiendo. «Aquí todos los días tienes que ganártelo, hay que ganar la liga y si puedes, la Champions», afirma Pepe Balaguer, gerente La Pepica

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En plena efervescencia de la gastronomía valenciana conviene pues echar una mirada a unos locales que se han mantenido, a pesar de la competencia y de las inclemencias que provoca el lógico paso del tiempo, y que lo han hecho con un nivel elevado, para deleite de sus clientes.

«Calidad, producto y hacerlo en el momento, ese es el secreto. Yo me siento satisfecho cuando un cliente me dice que somos como un museo de los sabores», sostiene Emiliano García de Casa Montaña.

La Marcelina

El considerado como decano de estos restaurantes es La Marcelina. Situado en la playa de las Arenas. Nació oficialmente en 1888 y con su llegada empezaron a establecer las bases de esta zona gastronómica, que en su día fue única en Valencia. Se trata de un local referente que incluso sirvió para justificar un modo de vida. «En el diccionario del macuto, se decía que 'marcelinear' era darse la gran vida en sentido gastronómico», cuenta Pedro Castellanos, gerente del establecimiento desde la década de los 70.

También sirvió de inspiración para algunos periodistas deportivos.«Marca dio cuenta del cuantioso fichaje de Kempes por el Valencia y apostilló que con el dinero que iba a ganar podría tomarse una paella en La Marcelina», recuerda Castellanos.

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Casa Montaña

No muy lejos de la playa, en el Cabanyal Canyamelar estaba un comercio llamado 'La tienda' nacido en 1836. Aquel local que abastecía a los marineros se convirtió en una fábrica de agua de Seltz, para décadas después coger la forma de taberna manteniendo el apellido de fábrica. «Hasta que llega un francés que lo compra y empieza a dar de comer con los productos del barrio», recuerda el inquieto y gran embajador de este poblado marítimo, Emiliano García, al frente de Casa Montaña desde 1994..

Este local ha mantenido la e sencia del lugar. Las reformas han sido respetuosas con la historia (y la ley). «Es costoso, hay que adaptarse a la legislación pero el lugar, el edificio, es un valor añadido para el cliente», sostiene Emiliano.

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Además se introdujeron ciertas novedades para esta clase de emplazamientos. «El cambio que introduje al hacerme cargo del local era introducir la botella del vino al descorche, servirlo en copas y no en chatos, costó convencer al cliente», afirma García.

Palace Fesol

En la primera década del siglo XX un matrimonio llegado de Pedralba empezó a vender en un colmado, aceite, embutidos y vinos. Con esa materia empezaron a cocinar lo que eran comidas populares. Hasta que ,oficialmente, en 1909, abrieron el ahora conocido como Palace Fesol. Primero en la plaza de Vannes y posteriormente en la calle Hernán Cortes en tres emplazamientos distintos hasta el actual levantado después de la Guerra Civil. «Siempre se había llamado Casa Rosa, hasta que en 1923, Imperio Argentina que venía mucho y le encantaban las alubias, empezó a llamarlo el palacio de las mismas, y acabaron llamándolo Palace en inglés y Fesol por valenciano», narra Paco Sanmiguel, gerente del local.Su historia se recoge en un libro que publicaron sus dueños y en la que hay una recopilación de fotos y recetas, en las que el arroz aparece como gran protagonista.

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La Pepica

En 1898 nace en un merendero dentro del Puerto de Valencia La Pepica. Vendiendo bocadillos a los trabajadores portuarios. La lógica evolución llevó a que en 1898 se instalara el restaurante.Para mantenerse en liza, su gerente Pepe Balaguer desvela el secreto de su familia «El cliente tiene que salir amigo y los trabajadores deben sentirse como una familia».

Ilustres personajes como Hemingway o el recientemente fallecido Di Sté fano ocuparon sus mesas y dejaron miles de historias para el recuerdo.« La Saeta vino por primera vez en Valencia con Millonarios, aquí le pagaron la ficha y mi tía le guardó al dinero porque decía que él era muy joven», rememora Pepe.

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Estos son algunos, de los pocos, restaurantes centenarios de la ciudad. Los que conservan su esencia y su historia y se adaptan en el que, posiblemente, sea el momento cumbre de la gastronomía en la ciudad.

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