Un verano entre trapecios

Set de Circ cumple ya su cuarta edición. Se trata de la escuela de verano del Gran Fele, que este año ha contado con más de 40 alumnos de todas las edades y niveles . Desde los 5 años hasta los que hagan falta. Niños, jóvenes y menos jóvenes han participado este año en busca de algo más. «También el circo otorga valores de compañerismo, la mayoría de los ejercicios dependen y se hacen con otra persona, hay sacrificio, sufrimiento y diversión. Además creamos dos componentes, uno de ocio y tiempo libre para los chavales y uno semi profesional, que al menos se acercan a este mundo durante un mes», afirma Rafael Pla, director de esta particular escuela estival.

Durante su formación han recibido clases de todas y cada una de las distintas disciplinas circenses como son equilibrios, acrobacias, malabares, monociclos, números aéreos como el aro, el trapecio volante o las telas, incluyendo clases de danza e interpretación.

Una experiencia que busca ser una alternativa a las típicas que se ofertan en España.«No solo mantiene la mente despejada y el cuerpo en forma, sino que también, no tiene nada que ver con el fútbol», sostiene Pla .

Y aunque no sea el objetivo principal con el que nació, lo cierto es que de este Set de Circ ya han salido con trabajo algunos alumnos y otros pretenden seguir esa senda.