
Secciones
Servicios
Destacamos
ANDREA PASTOR
Sábado, 4 de abril 2015, 23:21
«Ninguna calle de la ciudad tenía, en la época de mi niñez, mayor encanto que esta antiquísima calle. Ya no quedaba de su antiguo esplendor renacentista sino una mínima parte; pero conservaba regusto, solera, elementos para evocaciones de su ancestral traza y esencia». Así recordaba Enrique Durán y Tortajada en las páginas del diario cómo era la mítica calle de Valencia en la que se situó la vieja redacción de LAS PROVINCIAS.
Durán rememoró la calle del Mar que conoció cuando era joven, «calle de burgueses en el más sano sentido de la palabra; calle de gentes laboriosas, de comerciantes; gentes de lo que se ha dado en llamar «clase media acomodada», mesocracia en suma. Era calle entonces sin parangón con ninguna de nuestras actuales calles comerciales». La colonia francesa que vivía en Valencia comenzó a instalarse en la calle del Mar, a finales del XIX y principios del XX, para abrir sus establecimientos comerciales a los que acudían muchos valencianos en busca «del cachet o perfil de moda francesa, parisién concretamente, muy cotizado aquí por aquellos tiempos», explicó el también escritor sobre lo que él mismo vivió.
La primera redacción del diario se instaló en la calle del Mar, y tal y como aludió Durán, «fue allí donde vi por primera vez en mi vida a dos figuras ingentes de la literatura». El escritor situó sus recuerdos a principios de siglo XX, y escribió con entusiasmo cómo fue el día que, acompañado de su padre, paseó cerca de la antigua redacción. «En uno de los balconcillos del entresuelo, en pie, dando frente a la calle, estaba el director: don Teodoro Llorente y Olivares, el gran poeta de Valencia que había fundado su diario el 31 de enero del año 1866, por compra que hizo del viejo diario 'La Opinión', fundado por el marqués de Campo, diario vetusto que convirtió en el novel LAS PROVINCIAS».
Con admiración, Durán puntualizó que el director no estaba solo aquel día en el que lo vio a través de la ventana. «Con Llorente estaba otro personaje corpulento, de figura arrogante», haciendo referencia a Vicente Blasco Ibáñez. «Eran dos grandes periodistas, además de dos grandes literatos. De sus plumas salieron páginas que son orgullo perenne de Valencia: de aquellas plumas salieron también elogios mutuos para la obra literaria de ambos». Ese día, quedó en la retina de Durán, quien, cuando se inició en la literatura, rememoró «la escena de mi niñez vivida en la calle del Mar , y el recuerdo de aquellas dos colosales figuras me dio siempre la medida de mi pequeñez literaria».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.