«Algunos se quedaron en el 'Un, Dos, Tres'; yo no, yo he seguido»

Han pasado más de dos décadas desde que un joven cómico gaditano saltara a la fama en la televisión española. Su frescura y su capacidad de sacar una sonrisa al espectador pronto le convirtieron en uno de los iconos del famoso programa Un, Dos, Tres de TVE.

Ahora, Ángel Garó (La Línea de la Concepción,1965) peina canas. A sus cincuenta años, alejado de la televisión aunque le vimos en marzo en La 1 en un programa de José Luis Moreno, se define como creativo, como creador. Y su nueva creación, Úh!, se estrenará por primera vez en España en la ciudad de Valencia.

Se trata de un revival de toda mi vida a lo largo de estos 20 años, reconoció el artista en una entrevista concedida a lasprovincias.es. Me alegro mucho de que la gente me recuerde vestido por Montesinos o Versacce, como un chico joven y fresco, pero ya no lo soy; van a ver a la persona madura en que me he convertido, destacó.

Cuando uno no vende su vida privada, parece que el público te pierde, porque no es lo mismo ver a un personaje desde el sillón de tu casa que pagar una entrada, comentó Ángel Garó.

El motivo de mi espectáculo es explicar a aquellos que se quedaron en el Un, Dos, Tres que ellos se quedaron, pero yo no, yo he seguido, señaló el cómico gaditano. Voy a explicarles qué ha ocurrido con mi trayectoria de vida, qué ha pasado con un creativo, creador, durante estos veinte años, continuó.

Ángel Garó se siente muy unido a Valencia. Recuerda cómo, antes de saltar a la fama, hubo en esta cuidad quien creyó en él y le ayudó cuando no tenía nada. Es uno de los motivos por los que ha elegido el Teatro Talía para estrenar, a nivel nacional, su último espectáculo. Valencia es una ciudad muy de espectáculo muy viva, muy de teatro, reconoció. Úh! se representará sobre las tablas del Talía entre el 2 y el 19 de julio.

Después de hacer reír, recordar a la gente que a veces uno se ríe de cosas dolorosas, ése es el fin de mi espectáculo; la gente lo va a pasar muy bien, pero me permito el lujo de guardarme una carta bajo la manga, y es al final conseguir que la gente se emocione, concluyó Ángel Garó.