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Los personajes de la visita al Monasterio de San Miguel de los Reyes de Valencia.
Cuando los museos cobran vida

Cuando los museos cobran vida

German de Foix y la primogénita de Sorolla reciben a las visitas en los monumentos de Valencia

REBECA RUÍZ

Jueves, 16 de julio 2015, 21:51

Una figura encapuchada interrumpe el murmullo de la multitud que se congrega curiosa en uno de los pasillos del monasterio de San Miguel de los Reyes. Es Fray Francisco de Santa Bárbara, de la Orden de San Jerónimo. Fray Francisco explica su historia a los visitantes, incluido su viaje al Escorial para conocer su arquitectura e imprimirla en la del propio monasterio valenciano, pero baja la voz cuando reconoce a su audiencia que también conoce algunos de los secretos y habladurías que rodean la vida de la persona que ordenó la fundación del edificio, allá por el siglo XVI, la virreina de Valencia, Germana de Foix.

Todo, bajo la mirada acusadora de otro religioso, un monje cisterciense, cuya orden (la del Císter) acaba de ser expulsada del monasterio por orden de doña Germana. El monje cruza con Fray Francisco un par de palabras gélidas antes de alejarse de la multitud y desaparecer tras una de las grandes puertas de madera del enclave.

Mientras el grupo recorre los entresijos del monasterio, Fray Francisco narra animado la historia del monumento y describe su día a día en la orden. "En esta ventana es donde suelo sentarme a contemplar...Un momento, ¿Y el mar? ¡Si antes se veía desde aquí!". Poco después conduce a los visitantes a una cripta en la que una silueta fantasmal descansa a los pies de una tumba de mármol. Allí, Germana de Foix, arrodillada, se lamenta en la penumbra de su triste historia: "Mi adorado Fernando, luz de mi vida y de mi muerte, consuelo de mi pesar", Germana llora por Fernando de Aragón, en un susurro que se alza con fuerza hasta que finalmente brama enfurecida que en su encierro el único haz de luz que baña el reposo de los duques de Calabria es ese que se cuela por una obertura cada 30 de septiembre, día de San Miguel. Entonces unos golpes de ultratumba interrumpen a la Duquesa de Calabria y todo el grupo de curiosos, que había sido testigo de la escena en un respetuoso silencio sepulcral, se sobresalta.

A través del propio testimonio de Fray Francisco o Doña Germana, el monasterio de San Miguel de los Reyes cobra al fin vida: una nueva forma de descubrir la historia que esconden los museos y monumentos valencianos en boca de los propios personajes que un día los habitaron.

En el museo de Bellas Artes de Valencia es María Clotilde Sorolla la encargada de guiar a los curiosos por las salas del Museo Pío V. Para quien el nombre le haya resultado familiar, el personaje que vuelve del siglo XIX para pasear juntos a los visitantes por las diferentes salas del museo, no es otra que la hija mayor de Joaquín Sorolla. Sobre la primogénita del pintor valenciano recae la tarea de recorrer las grandes obras de su padre que se guardan en el museo, aunque María también se permite la licencia de presentar a las visitas sus pinturas favoritas de cada época. El recorrido únicamente se encuentra disponible durante los dos primeros fines de semana de julio.

Doña Carmen Puigmoltó, quinta marquesa de Dos Aguas y su peculiar mayordomo Ponciano, sin embargo, son los que, a lo largo de este año, han estado recibiendo a los numerosos curiosos que se han acercado al Palacio del Marqués de Dos Aguas. Y con un rotundo éxito, todo sea dicho. Ambos personajes han sido los encargados de desvelar a los visitantes la vida en el edificio y su posterior transformación en el actual Museo Nacional de Cerámica González Martí. Los dos tomaron el relevo a María Elena, la tercera marquesa de Dos Aguas.

Fue a finales del pasado mes de junio cuando Ponciano se encargó de preparar el carruaje para que Doña Carmen pudiera pasar el verano en su residencia de Bétera, aunque prometen que volverán el año que viene.

Esta nueva forma de conocer los monumentos cobra más fuerza frente al turismo clásico, especialmente durante los meses de verano. Además de conocer a fondo figuras emblemáticas de la capital del Turia como Germana de Foix o la Marquesa de Dos Aguas, cada vez son más las actividades que se añaden al amplio abanico de épocas y personajes a disposición del visitante.

"Ya no sé dónde voy a meter tanta visita", se queja Alicia Llorca, que interpreta a la bibliotecaria, cuando habla de la enorme afluencia de público que están teniendo en San Miguel de los Reyes. Los cuatro actores que trabajan en esta ruta se han encargado de aprenderse su guión a la perfección: "Me enfado mucho con el grupo de visitantes porque vienen en el fatídico día en el que he de abandonar mi casa" dice Wilfred Pelló cuando habla de su personaje, el monje cisterciense que rivaliza con Eduardo Fresneda, más conocido como Fray Francisco de Santa Bárbara. "Entre nosotros hay rivalidad de la gorda", comenta Eduardo al hablar de los dos monjes. Por su parte Eugenia Soler, directora de Entralart, apunta a que están teniendo problemas con las últimas visitas porque están "hasta arriba".

Rutas en Castellón o El Puig

"Si hablamos de visitas al aire libre, las opciones se amplían. De esta manera, durante los meses estivales, es posible explorar desde el lado más romano de Sagunto hasta los años en los que los piratas merodeaban por las playas del puerto".

Para los que ya conozcan de primera mano la historia de los monumentos más representativos, por Valencia rondan algunos espíritus dispuestos a explicar la historia y las distintas formas de vida de la ciudad en las épocas más representativas de la capital del Turia; es el caso del condenado a muerte que a lo largo del año recorre junto a los turistas los rincones de la Valencia renacentista y gótica. El reo inicia una ruta para los visitantes más atrevidos que bucea por lugares tan emblemáticos como la Lonja de la Seda, la catedral o las Torres de Serranos, enclaves de gran relevancia durante los siglos XV y XVI. Es lo que se conocen como visitas animadas, que se basan en dar una vuelta de tuerca a este tipo de rutas pero sin dejarle la voz cantante a un determinado personaje, sino ofreciendo una dinámica creativa en la que la clave la tiene l visitante.

También existe la posibilidad de que los más pequeños sean los protagonistas de la historia. A lo largo de los meses de verano, a Valencia le crecen aventuras y aventureros, tanto que entre julio y agosto existe la posibilidad de salir a cazar dragones en rincones tan reconocidos para muchos como la Almoina, o simplemente convertirse en uno de los príncipes y princesas que hace tiempo que dejaron de pasear por las calles de la ciudad.

Este tipo de visitas (tanto teatralizadas como animadas) no sólo han pasado a ser una forma de dinamizar los típicos recorridos o enclaves turísticos, sino que también han resultado una manera de poner en relieve nombres de lugares de la Comunitat Valenciana que se estaban borrando del mapa o simplemente no se incluían en los lugares tradicionales por los que todo buen turista que se precie ha pasado alguna vez.

En Castellón destaca la historia del gigante Tombatossals, una ruta a través de la cual el visitante conoce de primera mano los rincones literarios de la ciudad gracias al personaje del cuento infantil del castellonense Josep Pasqual i Tirado, además de los compañeros del gigante: Arrancapins, Bufanuvols y Cagueme.

En El Puig, sin embargo, una visita por los lugares por los que en su día pasó el mismísimo Jaime I repasa los rincones en los que se gestó la Reconquista de Valencia, además del estilo de vida de la época.

La ruta sumerge a los visitantes en la época en la que el rey llegó al Monasterio de Santa María del Puig con sus huestes para expulsar a los árabes de la ciudad que ellos mismos bautizaron como Balansia y Jaime I finalmente transformó a València

Recuperar a los grandes personajes que hace siglos habitaron la ciudad de Valencia se está convirtiendo en una alternativa que va cobrando adeptos sobre los amantes del turismo convencional. Una iniciativa apta para todos los públicos que aumenta cada año el número de asistentes y que desde hace algunos años promueven empresas valencianas como Entrelart o Turiart a través de acuerdos con algunos de los grandes monumentos de la ciudad y pequeñas compañías de teatro como Cullereta Teatre, la encargada de dar vida a los personajes de San Miguel de los Reyes o el Palacio del Marqués de Dos Aguas.

Dar vida a los museos a través de este tipo de actividades otorga a los visitantes la capacidad de descubrir no sólo la historia, sino también los secretos y leyendas que rodearon a cada lugar célebre de la ciudad antes, incluso, que los propios personajes que la narran.

Es el caso de Alicia, la bibliotecaria de San Miguel de los Reyes. Ella es la encargada, justo después de Fray Francisco y Germana de Foix, de explicar la posterior transformación del monasterio en la actual Biblioteca Valenciana, así como las diferentes etapas históricas del lugar: desde las consecuencias de la desamortización de Mendizábal en 1835, pasando por su transformación en prisión hasta 1966 y su posterior conversión en colegio en los años ochenta. Alicia interrumpe horrorizada su explicación cuando, durante la visita, el grupo le cuenta que el fantasma de Germana de Foix merodea por los pasillos del monasterio buscando reunirse con su amor, el Duque de Calabria. "¿¡Qué!? Pues romántica nos ha salido...".

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