V. LLADRÓ
Domingo, 11 de octubre 2015, 23:41
La Gazeta de Madrid, que era el diario oficial que décadas más tarde se convertiría en el actual BOE, publicó el 3 de junio de 1897 el acuerdo del Consejo de Ministros que decretaba por fin la anexión al Ayuntamiento de Valencia de los colindantes municipios de Campanar, Vila Nova del Grau y El Poble Nou de la Mar, hasta entonces independientes.
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En las páginas de LAS PROVINCIAS de los meses previos aparece una sucesión de noticias que dan cuenta de que ésta era una larga aspiración de Valencia capital, cuyo consistorio desplegó intensas gestiones ante el Gobierno de Madrid para conseguirla, así como ante toda clase de autoridades gubernativas, militares y eclesiásticas, para que a su vez presionaran en tal sentido, como así hicieron.
Sin embargo fue una decisión que no acabó de caer bien entre los habitantes de los municipios anexionados, a partir de entonces convertidos en barrios de Valencia. Sobre todo hubo intensa contestación entre los vecinos del Poble Nou de la Mar, cuyo ayuntamiento se opuso hasta el final a dicha medida y también realizó viajes a la capital de España, tratando en vano de influir en los ministerios para que se paralizara lo que, por otra parte, parecía inevitable, dadas las abismales diferencias en los repartos de poderes y avales políticos.
En los otros dos casos, Vila Nova del Grau y Campanar, hubo mayor resignación, quizá basada en el convencimiento de que también podrían sacar ventajas de sumarse a la capital. En cambio llegaron a temerse manifestaciones y actos violentos en El Poble Nou de la Mar, por lo que las autoridades reclamaron tranquilidad, dispusieron fuerzas de orden por si acaso y se anunciaron prontas inversiones de mejora, que después tardarían.
El Poble Nou abarcaba el Cabanyal y el Canyamelar y fue municipio independiente desde 1821. Fue creciendo con las barracas y casas de pescadores que allí se fueron ubicando. Sufrió un grave incendio a fines del siglo XVIII, a raíz del cual se obligó a construir con las alineaciones cuadriculadas que fueron base de la actual trama urbana.
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Vila Nova del Grau nació a partir de la carta puebla de Jaime I de 1249 que animó a habitar los alrededores del naciente puerto (el Grau). Dependió de Valencia hasta 1826, cuando ganó su independencia municipal, que perdió 71 años más tarde, cuando el ferrocarril y el auge portuario hicieron que la capital se interesara por crecer hacia el este y llegar hasta el mar.
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