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Mojón de término.
Valencia, mucho más que playa y Albufera

Valencia, mucho más que playa y Albufera

Roberto Tortosa redescubre la ciudad en un libro plagado de curiosidades y de rincones poco visitados e insólitos

Mikel Labastida

Martes, 15 de diciembre 2015, 21:14

Más allá de la Valencia de verano con sol, playa y mar y escapadas a la Albufera; más allá de la Valencia teñida de sucesos que aparece en telediarios y periódicos; más allá de la Valencia de la imponente Ciudad de las Ciencias que ideó Calatrava y que en el cine inmortalizó hace unos meses Brad Bird con la (fallida) Tomorrowland; más allá de todo eso existe otra Valencia. O muchas otras.

Las ha puesto sobre papel Roberto Tortosa en el libro La Valencia Insólita, editado por Sargantana y que intenta presentar rincones de la ciudad que no suelen aparecer en las guías turísticas convencionales, "rincones fascinantes, joyas arquitectónicas ocultas y edificios cuyos muros narran historias curiosas".

Tortosa puso en marcha hace un tiempo la web La Valencia Insólita, donde incluye y actualiza curiosidades que descubren el patrimonio de la ciudad. La idea salta ahora de la red a esta publicación que pretende sorprender a turistas pero también a los propios valencianos que muchas veces no conocen todo lo que ocultan las calles por las que pasean a diario.

"¿Sabías que en Valencia puedes visitar la fachada más estrecha de Europa? ¿O el primer hospital psiquiátrico que existió en el mundo? ¿O la famosa 13 Rue del Percebe de los tebeos de Ibáñez? ¿O el banco de piedra más largo del mundo?". Son algunas de las preguntas que lanza el autor a modo de anzuelo para que los curiosos se acerquen a esta atípica guía.

Cruces y ermitas

Esta obra permite discurrir por la Valencia de las cruces de término y conocer a qué se debe esta demarcación, o por la de las ermitas (de la del Fiscal a la de San Jerónimo), o por la industrial (de la fábrica de vinos Garrigós a la de Abonos José Campos Crespo). El material es abundante y los destinos múltiples y variados. "Hay dos clases de viajeros urbanitas: los que visitan las ciudades y los que las conocen. Los primeros se conforman con una visión tangencial y epidérmica en la que prevalece lo esencial y lo imprescindible, mientras que los segundos llevan la ciudad bajo la piel, y en ellos subyace esa curiosidad que les impulsa a averiguar todo lo concerniente a cada edificio, calle o rincón que llama su atención", señala el autor en la introducción.

La Valencia que no aparece en las postales esconde señales de tráfico de antaño, como la columna de sillería rematada con una cruz metálica de doble brazo que marcaba el antiguo término de la ciudad; o los mojones de deslinde del periodo en el cual el lago de la Albufera perteneció al patrimonio de la Corona Real; o el rosario de pedres de fita que delimita el tramo del camino de Almàssera a Meliana que limita con la pedanía de Cases de Bárcena. También invita a conocer las huellas que dejó Napoleón: ahí están los cañonazos en la puerta de Quart, o los monumentos dedicados al General Elío o al Palleter, las Muntanyetes dElío o las ruinas del Palacio Real.

No es sencillo dibujar una urbe tantas veces dibujada y no pecar de repetitivo o intrascendente. Tortosa lo ha conseguido en un libro con un buen número de fotografías y textos ágiles. Como fotógrafo ha participado en diversos certámenes y exposiciones y como articulista ha escrito en periódicos y revistas. En la actualidad, además, preside una asociación sobre cine y bandas sonoras.

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