M.G.
Viernes, 5 de febrero 2016, 18:58
Son innumerables las ocasiones en las que citamos al Tato. Porque a veces «no ha venido ni el Tato» o «no le gusta ni al Tato» o «no le acompaña ni el Tato». Pero, ¿quién es este señor y por qué está en tantas expresiones?
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El Tato fue el apodo de Antonio Sánchez, un conocido torero español que nació y murió en Sevilla. Vivió entre 1831 y 1895. Una de sus principales características es que no se perdía nada, acudía a todas las corridas y a todos los eventos sociales a los que podía. De hecho, ni cuando le amputaron una pierna tras una cogida dejó de asistir a todas las citas que podía ni se apartó de los ruedos.
Cuando el Tato no aparecía, se solía decir que no había venido ni el Tato, como dando a entender que el evento no sería tan importante si él no había ido.
Así fue evolucionando hasta nuestros días, apareciendo el Tato en distintas expresiones según las necesidades del hablante.
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