J.F.
Jueves, 23 de junio 2016, 11:17
La primera actriz del escenario del centenario Teatro Talía cuando se llamaba la Casa de los Obreros, Isabel Tortajada, ha fallecido en Valencia a los 86 años.
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Tortajada fue también la primera voz femenina de Radio Nacional de España en la emisora de Valencia, además de la memoria teatral de una época en la que era la diva de aquel emblemático teatro de la calle Caballeros que, por fortuna, se rehabilitó en los años noventa y hoy sigue siendo escenario de representaciones.
En la década de los cincuenta y los sesenta era un teatro de artistas aficionados con un público muy fiel de fin de semana, pero sobre sus tablas trabajaron extraordinarios actores que por diversas razones, generalmente familiares, no quisieron irse a Madrid a triunfar, ya que en aquellos años sólo se podía triunfar en el teatro desde la capital. No fue el caso de Isabel Tortajada, esposa entonces del también actor valenciano Antonio Iranzo, que en un momento de su vida tomó la decisión de compartir tablas con los grandes de la escena madrileña. Y lo hizo con enorme éxito pero prefirió regresar a su teatro de toda la vida y aprovechar aquella oportunidad creativa que le brindaba la Casa de los Obreros.
Hace ocho años, Isabel Tortajada estuvo en la celebración del aniversario del Talía y en el particular homenaje que el Consell Valencià de Cultura quiso rendir a su trayectoria artística. La actriz valenciana, que debutó a principios de los años 50, afirmó entonces: «La escena valenciana de ahora es muy pobre. Sólo existe el Principal y el Olympia, el resto de teatros han desaparecido, antes había ocho o nueve». Tortajada, que siempre tuvo una espléndida dicción y una voz envidiable para el teatro, añadió: «Entonces iban familias completas al teatro. Era un teatro que vivía de abonos. Yo habré hecho más de 1.500 funciones. Las que más me gustaban eran las tragedias griegas: Electra, Antígona y Medea. También me gustaba La Malquerida, de Benavente. Cada domingo que volvía a casa guardaba el programa en un cajón».
En efecto, la Casa de los Obreros dio a conocer a autores destacados de la época como Muñoz Seca, Arniches, los Álvarez Quintero, José María Pemán, Enrique Jardiel Poncela o Jacinto Benavente.
Las obras se representaban durante los fines de semana y los actores ensayaban los restantes cinco días por la noche, cuando terminaban en sus trabajos cotidianos. Y el local era capaz de competir con llenos absolutos con ocho teatros que había entonces en la ciudad
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La de Isabel Tortajada ha sido una vida dedicada a un público fiel, amante de la cultura teatral, de las representaciones y de los intérpretes que ofrecen los gestos y las voces del teatro. Ese escenario sabe de la fidelidad de Isabel Tortajada porque ella jamás dejó de acudir a las dos citas dominicales, la de la tarde y la de la noche, en las que se levantaba el telón para que hubiese función.
«Un domingo, durante una de las actuaciones, vemos que de repente desaparece el apuntador de la concha. Fue angustioso, porque nos sacaba de muchos apuros. Al terminar la representación nos contó que una gata que se había criado en el teatro, había entrado en el foso y se sentó sobre sus piernas para dar a luz. Claro, el hombre tuvo que salir de la concha y dejar los animalitos en un lado», contaba Isabel Tortajada a este periódico.
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