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CARMEN VELASCO
Sábado, 2 de julio 2016, 21:39
«Tenemos una mala noticia: la legislatura se acaba. Cualquier decisión que tomen hoy tendrá efectos como mínimo en 2018. Se hace tarde». Esta frase, referida a los responsables públicos culturales, fue pronunciada por Ximo Solano, presidente del sindicato Actors i Actrius Professionals Valencians (AAPV), durante la gala en la que la asociación entregó sus galardones teatrales el Rialto el pasado 3 de mayo. Cultura ya había presentado el Código de Buenas Prácticas (el 14 de octubre de 2015), y el Plan Estratégico Cultural Valenciano 'Fes Cultura' (31 de marzo de 2016), dos herramientas esenciales en la acción política del equipo del conseller Vicent Marzà, quien asumió la cartera de manos de María José Català el 30 de junio de 2015.
El cambio de signo político en las instituciones (Ayuntamiento, Diputación y Generalitat) supuso obviamente la presencia de nuevos gestores que han abonado el terreno cultural de numerosos planes y distintas estrategias, pero han cosechado pocos resultados. Son doce meses en los que las altas expectativas de los sectores artísticos depositadas en los gobernantes tras 20 años de gestión en manos del PP se han transformado en críticas ante la lentitud de movimiento de la administración. Nadie cuestiona que durante el último año ha habido mayor diálogo entre los profesionales de las industrias culturales y los responsables políticos.
El primer sector en alzar la voz fue el teatral que aún sigue reclamando más producción propia en los teatros públicos de la Comunitat, una reivindicación incluida en 'Fes Cultura'. En la red municipal sólo las Naves ha apostado por producir a diferencia del TEM o los festivales Tercera Setmana y Sagunt a Escena. Bajo el nombre de Plan de Choque de las Artes Escénicas se agrupan los 3,2 millones para potenciar el Circuit Teatral, coproducciones, ayudas a salas, etcétera.
La falta de agilidad en las instituciones, que dicen estar más coordinadas que en épocas anteriores, demora proyectos como la nueva normativa para el IVAM o el jardín de las esculturas del museo, cuyo director, José Miguel G. Cortés, elegido en un concurso en septiembre de 2014, se mantiene en el cargo. Misma suerte ha corrido Davide Livermore, intendente de Les Arts, designado por el equipo de la exconsellera Català. Ni Marzà ni los populares han logrado que el Ministerio se implique en el patronato del coliseo.
En esta etapa ha habido baile de nombres. Se destituyó a Paz Olmos al frente del San Pío V, que reivindica el nombre de Bellas Artes en manos del director provisional José Ignacio Casar Pinazo; se rescindió el contrato de Inmaculada Gil-Lázaro, exdirectora de Teatres; y se cesó a Carmen Pérez en la subdirección de Restauración, por citar algunos casos. También se han 'desagraviado' a artistas en diferentes niveles, desde Xavi Castillo hasta Raimon.
Democratización Cultural, Fomento de las Artes Escénicas y Mesa de la Cultura Valenciana son los planes incluidos en 'Fes Cultura' que se presentarán a lo largo de 2016. La hoja de ruta, además, incluye 70 medidas hasta 2020, como recuperar Dansa València en 2017.
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