La juez pide que el hijo de Consuelo Císcar acredite sus exposiciones en el extranjero

Los investigadores de la UDEF siguen con sus pesquisas sobre el entorno familiar de la que fuera directora del IVAM, Consuelo Císcar. La policía trata de aclarar si la máxima responsable de la institución aprovechó su posición para impulsar la carrera artística de su hijo Rafael Blasco, conocido como Rablaci. El procedimiento, según se recogía en el anónimo que llegó a la Fiscalía Anticorrupción, consistía en organizar exposiciones en el extranjero y que se hicieran coincidir, en fechas próximas y lugares cercanos, con las muestras que protagonizaba el descendiente de la directora. De esta forma, se aprovechaba la infraestructura de la institución y los fondos públicos para pagar los gastos que generaba la actividad particular de Rablaci.

La UDEF ha remitido un escrito a la juez en el que adelanta que ahora se encuentran investigando estos hechos, y ya se han dirigido al IVAM para que informe de las exposiciones que organizó y/o participó tanto en España como en el extranjero. Ahora, reclama a la instructora que requiera al hijo de la exdirectora para que informe detalladamente de todas las exposiciones en las que participó desde 2004 a 2014. En concreto, precisa que necesita tanto las fechas, como los museos donde se celebraron, las piezas que se exhibieron y quién se encargó de organizar el evento. La Policía, en su escrito al juzgado de Instrucción 21, apunta a que Císcar incluso empleaba a una persona de su confianza -su cargo fue creado ad hoc en la institución- para esta tarea de colaboración con su hijo.

Los agentes también quieren averiguar qué empresa le trasladó sus obras y qué agencia costeó el desplazamiento. Otro dato que consideran relevante para su informe es qué beneficio obtuvo el artista con estas exposiciones. Los policías muestran interés en conocer el curriculum del hijo de Consuelo Císcar y su formación académica, así como el total de obras que ha realizado a lo largo de su trayectoria profesional.

Los últimos avances de la investigación están orientados a clarificar la relación de la ahora investigada con sus descendientes. Císcar rectificó recientemente su posición respecto a determinadas obras de arte que sus hijas habían prestado para exposiciones en el IVAM. Expertos consultados por LAS PROVINCIAS explicaron en su día que el hecho de ceder una obra a una muestra en en museo eleva su valor en el caso de una posible venta.

La directora dijo en su día que era normal que una empresa de transporte llevara una obra de arte del IVAM a su casa particular porque pertenecía a una de sus descendientes. Esto fue lo que confesó un testigo en la Jefatura de Policía. Sin embargo, tras la petición del juzgado para que acreditarán cómo las compraron, Císcar corrigió y dijo que eran suyas y que se las había regalado a sus hijas en diferentes acontecimientos de su vida. Adelantó también que ya no conservaba las facturas y que tampoco tenía obligación alguna de guardar esos documentos de compra tras el tiempo transcurrido. Del mismo modo respondió ante las sospechas sobre Rablaci y el pago de determinados catálogos. También los pagó la exdirectora a título personal.

Estas afirmaciones se incluían en el escrito de su abogado en el que trataba de dejar sin efecto la petición que había hecho la juez respecto a los datos de los hijos de la exdirectora. El fiscal se ha opuesto a esta petición e insiste en que la solicitud mantiene relación con el objeto de la investigación.

El juzgado analiza otros indicios delictivos en la gestión de Císcar. También se investigan supuestas irregularidades en la adjudicación de contratos en el IVAM y, en especial, las compras de obras de arte. En este sentido, resulta revelador el último informe de la Intervención de la Generalitat. Las conclusiones revelan una etapa plagada de irregularidades y mantienen las sospechas acerca del buen uso de los fondos públicos. Una de ellas hace referencia a las compras de la exdirectora, sobre todo a las esculturas de Gerardo Rueda. En el documento, el interventor apunta a «diferencias» entre el precio pagado por el instituto y la tasación. No se acredita «la búsqueda de un precio ventajoso para la colección». El IVAM pagó 2,9 millones por piezas de Rueda cuyo precio de mercado no hubiera superado los 300.000 euros, según los tasadores del escrito de Intervención.

El juzgado analiza la compra-donación de 77 piezas de Gerardo Rueda, de las que 33 obras no figuran en el patrimonio del museo. Un auto recogía que con la fundición de ocho esculturas de Gerardo Rueda, siete años después de haber fallecido, «se benefició al heredero del artista en una cantidad superior a los dos millones de euros». El IVAM compró fundiciones al heredero, es decir, no compró piezas propias del artista.