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NOELIA CAMACHO
Jueves, 13 de abril 2017, 22:00
El director de orquesta valenciano Álvaro Albiach (Valencia, 1968) siente una importante responsabilidad por actuar frente a su gente. El próximo viernes 21 de abril debuta en el Palau de les Arts al frente de la Orquesta de la Comunitat, que ya dirigió en un concierto en Castellón en 2014, con un montaje en el que el Ballet Nacional homenajea a Antonio Ruiz Soler 'Antonio el Bailarín' con algunas de sus interpretaciones más icónicas como 'El sombrero de tres picos', de Manuel de Falla. Actual titular de la Orquesta de Extremadura, el maestro exhibe su ilusión por estar al frente de una formación «a un altísimo nivel». Afirma que no ha sido fácil regresar a su tierra y que apenas pisa la Comunitat. Es más, confiesa, lleva más de trece años sin dirigir la otra agrupación musical de la región, la Orquesta de Valencia, que ahora también busca director.
Pese a que ya había dirigido la Orquesta de la Comunitat, este es su debut en Les Arts. ¿Por qué ha tardado tanto?
Soy muy sincero, no lo sé. Este mundo de la música clásica se maneja muchas veces a unos niveles a los que uno como artista puede acceder o no. Son circunstancias de la profesión en sí misma. No hay una razón.
¿Siente uno mayor responsabilidad por el hecho de actuar en su tierra?
Es, como valenciano, una oportunidad muy importante. Tomas el mismo interés sea donde sea. Pero es inevitable tener esa sensación cuando salga la semana que viene a dirigir por el hecho de estar en Valencia y estar con esta Orquesta fantástica delante de mi gente.
Después de haber tomado la batuta de la Orquesta de la Comunitat en 2014 y hacerlo de nuevo ahora, ¿cómo ve a la formación? ¿Está a un nivel tan alto como destacan otros maestros?
Sí. La orquesta está fantástica. Se trabaja muy bien con los músicos. Es gente muy profesional, que llama la atención desde el principio porque su respuesta es muy rápida. La calidad que ofrecen cuando estás en el proceso de trabajo también. Es todo fácil con ellos.
¿Este es el primer paso, el inicio de más colaboraciones con el Palau de les Arts y su formación musical?
No lo sé. Es algo que se me escapa. Como director de orquesta, lo único que depende de mí es que el espectáculo funcione, suene bien y no haya problema con la música. A mí me encantaría volver a trabajar aquí. ¿A quién no?
Desde la lejanía, ¿cómo ha visto el cambio de rumbo que ha tomado Les Arts?
Vengo poco por aquí, es verdad. Estoy más centrado en mi orquesta. Pero lo que ocurrió al principio, cuando se abrió Les Arts, fue excesivo, no era la actividad que una ciudad como Valencia requería. Era un nivel estratosférico, también en lo referente al presupuesto. Aquí no había tradición operística. Eso se alcanza con una progresión, aquí lo que hubo fue un bombazo. Pero ahora, después de aquella tormenta, las aguas se han calmado. Hay más tranquilidad, todo está en su sitio. Tiene una programación fantástica. 'Lucrezia Borgia', por ejemplo, cuenta con Fabio Biondi, Emilio Sagi, Mariella Devia, la valenciana Silvia Tro Santafé...
¿Comulga con los nuevos objetivos del auditorio, como las entradas a precios reducidos y su casi obsesión por conectarse a la ciudadanía o cree que esto rebaja el nivel de la programación?
Nunca lo he pensado así. Creo que hay hacerla llegar al público. Pero es complicado. La música clásica interesa al 0,001% de la población. El hecho de que se pongan las entradas más baratas no garantiza tampoco que se vaya a popularizar la ópera. ¿Cuántas se pueden vender? Es un porcentaje mínimo. Queramos o no, esto es una actividad cultural a la que la gente se acerca porque está metida en ella. Aunque no hay que dejar de insistir en que no sólo la ópera, sino un concierto, es capaz de no dejarte indiferente como espectador.
Hubo un momento, tras la marcha del maestro Wellber, que su nombre sonó como director artístico de este auditorio....
Desde la sinceridad, nunca he sabido de donde salió aquello. No era verdad. Era evidente que no iba a pasar. ¿Cómo iba a dirigir una orquesta con la que ni siquiera había trabajado?
¿Podría volver a sonar el nombre de Álvaro Albiach esta vez para la Orquesta de Valencia, envuelta en la búsqueda de un nuevo titular tras la no renovación de Yaron Traub?
La última vez que la dirigí fue en 2004. Estamos en 2017. Han pasado trece años. También dudo de que alguien piense en mí como director de una orquesta a la que hace trece años que no he dirigido. A mí no me van a probar. Nadie se ha puesto en contacto conmigo.
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