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Carlos del Amor, en la biblioteca Carles Ros.

Carlos del Amor: «Dentro de nada los televisivos que escribimos seremos un género literario»

El periodista de TVE presenta ‘Confabulación’, una novela cargada de reflexiones sobre el poder de la mente, los recuerdos y la memoria

Marta Ballester

Domingo, 16 de abril 2017, 09:55

«No hay recuerdo fiel a la realidad», afirma Carlos Amor, periodista de TVE y escritor. Por eso todo el mundo sufre un poco de Confabulación, una enfermedad que padece su protagonista Andrés, basada en el síndrome de Korsakoff en un caso real. Todo llevado al extremo da lugar a su segunda novela basada en el poder de la mente, los recuerdos y la memoria. Un editor hastiado con su día a día transmitirá al lector la soledad, la desolación y la importancia de los pequeños gestos de la intimidad.

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-La enfermedad del protagonista, inventa recuerdos. Pero en la vida, ¿lo real se alimenta de la ficción? ¿Todos somos un poco Andrés?

-Él lo lleva al extremo, pero en el fondo todos confabulamos. Manipulamos los recuerdos para hacer más soportable la realidad. La memoria te puede pasar muy malas pasadas como demuestra el libro.

-¿La historia nace al descubrir esta enfermedad rara o de querer jugar con el poder de la mente?

-La historia del hombre me pareció muy literaria, lo que pasa que todo lo que tiene relación con la mente lo es. Además, me da pie a hablar de cosas que me gustan, como es el pasado, los recuerdos, la soledad o la nostalgia. Todo esto me permite jugar mucho.

-Para el protagonista el futuro, ni el pasado están claros. ¿Hay que saber de donde venimos para saber a donde vamos?

-Tenemos que mirar atrás para seguir avanzando. Yo soy de evocar recuerdos. Son muy poderosos porque tienen el poder de llamar a la puerta y aparecer cuando menos te lo esperas, con un olor o una canción. La sociedad de hoy mira raro al que le gusta la soledad, pero yo la reivindico porque no es sinónimo de tristeza. Es necesario un tiempo para ti, como le pasa a Andrés, donde uno pueda disfrutar del arte de contemplar, recordar y así ver a donde va.

-En su rutina y en la de Andrés hay un «coqueteo con los libros». Como cita este último, «creía que en ellos encontraría respuestas». ¿Es por ello que se dedica a la literatura?

-Yo me dedico a ello porque me parece un sueño cumplido. Cuando eres joven y escribes para ti, siempre confabulas con un futuro libro publicado. La literatura me permite volcar muchas de mis reflexiones, fantasmas y ocurrencias. Exorcizo de alguna manera mis pensamientos. Aunque me parece un placer tortuoso donde el tiempo no pasa cuando estás de secano.

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-La faceta de su vida dedicada a la literatura, queda plasmada en la historia hablando de editoriales, promociones o escritores ¿Tras la ironía se esconde algún guiño?

-Al ser un mundo que conozco desde hace un par de años me resultaba más fácil ponerme en la piel de un editor. Y luego era un guiño a los autores que salen en la televisión y escriben. Andrés es muy irónico con ellos. Intento que nos riamos un poco de nosotros mismos porque igual dentro de nada los televisivos que escribimos seremos un género literario. La literatura ha cambiado mucho con las promociones y las redes sociales.

-Precisamente el libro habla de la muerte digital, del recuerdo que dejaremos en la red cuando muramos. ¿Es una cosa que le preocupa?

-Soy de redes sociales pero no las utilizo mucho para dar una imagen en el futuro. A mi me preocupa más la imagen y el recuerdo que dejes en la gente de tu circulo vital. Todo lo contrario que Andrés. Él lleva tanto tiempo siendo invisible, con una pareja deslumbrante siempre por encima de él, que al final se pregunta si los demás se acordarán de él.

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-Al final, los sueños se desdibujan. «Un día directamente dejamos de soñar». ¿La capacidad de soñar es nuestro mayor tesoro?

-Yo prefiero soñar a muy corto plazo. Prefiero soñar real que a lo grande. Pero aunque es difícil que te roben los sueños, está sociedad aprieta tanto que puede privar de la capacidad de soñar. Y eso es horrible.

-Se reflexiona sobre las secuelas y las cicatrices que dejan ciertos hechos, ¿Usted tiene alguna después de escribir este libro?

-Te deja la cicatriz de pensar todavía más en el recuerdo que vas a dejar. Me he hecho muchas preguntas mirando atrás, cuestionándome si aprovecho el tiempo en lo que debería, con cosas y personas importantes. He meditado si soy justo con estas.

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