

Secciones
Servicios
Destacamos
Mikel Labastida
Lunes, 22 de mayo 2017, 01:12
Lo que era una fábrica dedicada a producir bombas hidráulicas se va a convertir en el nuevo foco cultural de Valencia. Bombas Gens abrirá sus puertas el 8 de julio, una vez el edificio esté preparado para acoger la colección de arte de la Fundació Per Amor a L'Art y otras muestras culturales. El centro cuenta con la supervisión de Vicente Todolí y tiene al frente a Nuria Enguita, historiadora de arte que anteriormente trabajó en el IVAM y en la Fundación Tàpies.
Usted se ha ido y ha vuelto a Valencia pero siempre ha mantenido contacto. ¿Podría hacerme un diagnóstico de cómo ve la situación cultural actual en la ciudad?
Esta ciudad era un desierto en materia cultural, al menos a nivel institucional. Espero que pase lo que pase no vuelva a ocurrir, que se establezcan mínimos para que no suceda de nuevo, gobierne quien gobierne. Lo que sí había era una ebullición a nivel particular que ahora se está institucionalizando y que otras ciudades no tenían y por ello con la crisis perdieron su potencial cultural. Aquí esos festivales de resistencia han generado que personas que estaban trabajando consolidasen ciertos proyectos. El papel de las instituciones es importante. No todo son subvenciones, también debe haber cuidado y apoyo. Por ejemplo si tú cedes la plaza del Ayuntamiento para que se hagan actividades culturales, como pasó hace unos días con el festival 10 Sentidos, das facilidades e importancia a la cultura. Por ahí hay que seguir trabajando. Ahora siempre que viajo me pierdo algo, antes no pasaba.
¿Tiene que ver con esa falta de oportunidades de la que habla que haya tantos profesionales valencianos dirigiendo centros fuera?
Responsables de museos hay de todas partes. Fue preocupante la diáspora de personas que tuvieron que irse porque en Valencia no había oportunidades. Lo importante en una ciudad es que la gente que se dedica a la cultura pueda vivir de ello.
Hablando de responsables de museos, hace unos días Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía con quien usted ha trabajado, me dijo que no conocía todavía Bombas Gens.
En realidad aquí ha estado de visita muy poca gente, porque con las obras de reforma no se puede enseñar. Y también nos han pillado muchos días de lluvia.
Los que sí lo conocen son los vecinos del barrio de Marchalenes, ¿qué opinan?
Hay un sentir general de que ha sido un edificio muy problemático y que finalmente va a tener una vida muy digna e interesante. Y que eso ayudará a dinamizar el barrio.
¿Confía en ello? En otras zonas de Valencia no ha pasado con equipamientos culturales.
En cada lugar funciona de una manera. Este barrio tiene una actividad interesante, está cerca del centro y muy unido, pero le faltaba un edificio emblemático. Respecto a lo que ha pasado en otros sitios de Valencia se ha podido deber a otros motivos. Sin embargo, ahora ya no todo sucede en el centro y esa descentralización de la actividad está cohesionando la ciudad. Se está perdiendo el miedo y la pereza a ir a otras zonas.
¿Ser un centro en la periferia marca la identidad del centro?
No lo considero periférico. Creo que el centro urbano se está ampliando y estar cerca del río es un atractivo y una ventaja. En nuestro caso hay otros ejes que nos marcan más.
¿Cuáles?
Este es un centro de arte que va a funcionar con exposiciones y actividades relacionadas con la ciudad y con el resto de España y el mundo, pero que tiene una especificidad y es que va a albergar una colección particular y ella determina la programación. En diálogo con esa colección se harán además exposiciones temporales.
Como la de Bleda y Rosa que sirve de inauguración.
Bleda y Rosa tienen un eje de lectura dentro de su obra que habla de la historia, de la memoria y eso encajaba muy bien aquí. Hemos elegido las piezas relacionadas con los hechos históricos. Gran parte de esa muestra forma parte de la colección, yo diría que un 75%. A Susana (Lloret) y a José Luis (Soler) -promotores de la colección- les interesa mucho su trabajo. De hecho, en la última serie han ejercido de mecenas y la han producido. El reconocimiento que tienen en la colección ha sido determinante para empezar con ellos, pero también el hecho de que hace tiempo que su trabajo no se expone de una forma tan amplia. Si no me equivoco en un museo de Valencia nunca se ha hecho.
¿Viajará después esa muestra?
Sí, irá al museo de la Universidad de Navarra y al Centro Gallego de Arte Contemporáneo. Se organiza aquí y se coproduce entre los tres. Es una forma de trabajar que mantendremos.
¿Hay previstas colaboraciones futuras con más museos?
Sí, lo interesante es que las muestras no mueran aquí. Organizaremos otras muestras con museos de España e internacionales, pero no puedo dar nombres porque no está firmado.
¿Y cómo se elegirán esas muestras temporales? ¿Habrá concurso?
Esas exposiciones surgirán en diálogo con la colección en general. A veces puede que la muestra parta de la colección, pero debamos pedir obras a otros museos. No podemos tener de todo, en fotografía es más fácil comprar series pero en pintura no. Los comisariados de momento los hemos realizado Vicente y yo, porque ya había un trabajo previo. Puede venir gente de fuera pero hay que intentar ahorrar y todo lo que podamos hacer desde dentro lo haremos. Estamos abiertos a otras vías, pero no hay previsto concursos.
-Hablemos de la colección, que cuenta con más de 1.300 piezas si no me equivoco.
Yo creo que ya estaremos en 1.500 obras. No sólo fotografía, aunque hay mucha. Entre otras razones porque todavía se puede comprar fotografía de principio del siglo XX y en pintura es más difícil. Lo que define a la colección es un interés por el arte abstracto en todas sus formas.
¿Cómo será la distribución del centro?
Habrá dos naves dedicadas a la colección y otras dos a temporales. Después hay una especie de zona B, que eran los almacenes, y que es un espacio que puede servir de apoyo para una exposición o incluso acoger una propia. Por otro lado está la nave cero, donde pueden ir otras actividades como cine o conferencias. Para abrir se ha instalado una muestra que se llama Historias de Bombas Gens, con testimonios, imágenes, objetos...
Todos los fondos no se podrán mostrar en la permanente, ¿no?
No, irán rotando fondos cada ocho meses, tenemos previstas dos presentaciones al año. La forma de exhibición responderá a distintos criterios. En algún caso puede ser un monográfico, como con Joel Meyerowitz, del que se han adquirido cien obras de su época en España del año 57. La selección inicial no llegará a un 20% y queremos que fotografía y pintura tengan una presencia similar.
¿Se prevé alguna actividad escénica?
Se pueden contar historias de muchas maneras y sí vamos a incorporar de una manera puntual y de modo preciso algo escénico, pero no vamos a hacerle competencia a Las Naves (ríe).
¿Con qué presupuesto anual cuenta la programación?
Alrededor de 400.000 euros.
¿Hay alguna aportación de institución pública?
No, el capital parte de fuentes privadas.
¿Cobrarán entrada?
No, será gratuito.
¿Cómo se llevan con el resto de museos de la ciudad?
En una ciudad debe haber propuestas diferentes y a todas nos debe ir bien porque si no algo falla. Es fundamental la colaboración sobre todo después de los momentos que hemos pasado, de crisis profunda no solo económica. Estamos viendo cómo colaborar y posiblemente surja de una manera más espontánea de lo que se piensa. Nosotros gozamos de mayor libertad al ser un centro privado aunque yo siempre he considerado que mi trabajo con la cultura tiene un interés público. Posiblemente porque me formé en el IVAM donde estuve 17 años.
También aspiró a dirigirlo ¿no?
Eso lo dices tú. No tengo nada que decir de eso.
Al menos podrá decirme qué opina del nuevo rumbo con Cortés.
-El IVAM necesitaba tomar un buen rumbo. Ha sido un desastre lo que ha pasado y no sé cómo pudo ocurrir, con consecuencias dolorosas. Trabajé allí 17 años, sé de lo que hablo, era un lugar con un potencial enorme. Independientemente de que salga en los periódicos por lo que no debería yo creo que ahora está ocupando un lugar muy interesante. Ha sabido comunicar con la ciudadanía y eso era fundamental.
¿Cómo valora la llegada de un CaixaForum?
Estos centros han hecho mucho por el arte contemporáneo en España y es una buena noticia. Si quieren poner un CaixaForum aquí demuestra que Valencia cuenta.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Los ríos Adaja y Cega, en nivel rojo a su paso por Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.