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Un aficionado corre detrás de un toro en una plaza portátil en La Llosa. TORODIGITAL
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De 3.500 festejos a cinco plazas

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Sólo Cabanes, Vinaròs, Peñíscola, Vila-real y Meliana planean bous en plazas portátiles en el mes con más tradición taurina

Domingo, 9 de agosto 2020, 00:47

Agosto es el mes por excelencia de los bous al carrer. Según los datos que maneja la Federación de Peñas de la Comunitat, este periodo concentra la mayor parte de los festejos del año. Son 3.500 que este año se esfuman por la durísima embestida del coronavirus. En su lugar sólo queda una alternativa segura: las plazas portátiles. Y de momento son sólo cuatro los pueblos que programan actos en estos recintos que garantizan distancias y aforos, algo mucho más complicado con las sueltas de toros y vacas en la calle.

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«Es nuestro año más difícil», valora Vicent Nogueroles, presidente de las agrupaciones de bous y al frente de la Unión Taurina de la Comunitat. Ante la masiva suspensión de festejos sólo unos pocos municipios han organizado programas festivos o lo están haciendo con la posibilidad de la plaza fija o pórtatil.

Cabanes, por ejemplo, ya ha celebrado cuatro de las seis jornadas de toros previstas entre julio y agosto. Allí mantienen lo que ya se hacía en este tipo de recintos pero sin sueltas en la calle.

¿Qué queda por delante? «Tenemos la esperanza de que en la segunda quincena de este mes haya fiesta del toro en plaza fija en Vinaròs». Peñíscola también prevé sustituir la suelta en la calle por tres jornadas con plaza portátil. Ya más adelante, en septiembre, tomarán la misma decisión poblaciones como Meliana o Vila-real, donde los aficionados, si la situación epidemiológica no empeora, podrán correr detrás de las reses en los recintos acotados.

Tras varias reuniones con representantes de la Generalitat, el sector taurino fue el primero en comprender que la situación actual hacía imposible plantearse una fiesta en la que la gente acaba concentrada, hombro con hombro, en los puntos de refugio que se habilitan durante las sueltas de bous al carrer. La única solución fue la de las plazas portátiles, «que si bien no tienen el encanto tradicional del carrer abrían la puerta a celebrar algunos festejos con seguridad», detalla Nogueroles. Lo que parece obvio, a tenor de las cifras, es que la acogida a este recurso ha sido muy tímida de momento.

Protocolo de seguridad

Según detalla el presidente de la Unión Taurina, «las plazas portátiles operan con un protocolo. Sólo se permite un 50% de aforo de la instalación, hay obligación de usar mascarilla y distancia de seguridad y se establece un control de acceso«. En los refugios también hay medidas de seguridad adicionales para intentar garantizar la deseable distancia de seguridad. »Los espacios de barrotes laterales se pueden ocupar de manera alternativa, uno sí y uno no, algo que vigilan los voluntarios para evitar las aglomeraciones«, detalla.

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Si bien los aficionados pueden matar el gusanillo y correr así detrás del toro en la temporada más desastrosa para el sector, Nogueroles no oculta la realidad: «La esencia de la calle se pierde pero es todo lo que podemos hacer en este momento». Además, la plaza portátil encarece la celebración. El precio de los elementos que se disponen en la calle para la suelta de bous es bastante inferior al de la plaza portátil, con un coste que oscila entre los 5.000 y los 10.000 euros.

A principios de esta semana, los ganaderos de reses para los festejos tomaban la calle invadidos de indignación al quedarse fuera de las ayudas de la Generalitat. Así lo ve Nogueroles: «Es un desastre para el sector.El impacto puede rondar los 300 millones que los bous mueven en un año en la región«.

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