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«Cuando recibí la llamada de la Fundación Bancaja para realizar la exposición con la obra conjunta de Jorge Oteiza y Eduardo Chillida pensé '¡qué bien!' y sentí un escalofrío de los pies a la cabeza», explicó Javier González de Durana, comisario de la primera muestra que reúne el legado artístico de los dos escultores vascos. El proyecto fue un encargo de la Fundación Bancaja, institución que acoge 'Diálogos en los años 50 y 60' desde ayer y hasta el 6 de marzo de 2022. La iniciativa fue un «desafío magnífico» que exigió, a juicio del curator, la colaboración de las dos instituciones legatarias. Se ha conseguido y la exposición es «un hito», en palabras de Rafael Alcón, presidente de la Fundación Bancaja, y «curativa», según González de Durana.
«Las fundaciones de los artistas recibieron con reticencias la invitación. De entrada, dijeron no pero con diálogo hubo negociación», algo que fructifica en la exposición, según el comisario. Las primeras reacciones a la propuesta «fueron de incredulidad y escepticismo. Parecía una misión imposible sacar adelante el proyecto. Encontrábamos cautelas, pero también el reconocimiento de que la exposición de Bancaja tendría valor», agregó Alcón.
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Las dificultades marcaron todo el proceso. «Hasta el pasado mayo la exposición estuvo flotando con dos listas diferentes de exposiciones», confesó el curator. La mayor reticencia era «estar el uno al lado de otro». «Esta muestra va a hacer que se cierre esta herida, que suture», afirmó el que exdirector del Museo Cristóbal Balenciaga en Getaria.
Alcón agradeció el apoyo recibido desde el País Vasco y se mostró cauto a la hora de valorar la itinerancia de la muestra: «Hay que dejar pasar el tiempo y buscar el momento adecuado. Si nos lo proponen lo estudiaremos con cariño». «Hacer allí la exposición conjunta sería una curación. La muestra es sanadora en términos de visión histórica», apostilló González de Durana, quien vaticinó que 'Diálogo en los años 50 y 60' «va a ser la exposición del año».
La muestra, que alberga un centenar de piezas, aspira a «conciliar dos figuras históricas». La propuesta artística «no va de los años de distanciamiento, sino de los años de la amistad de los artistas», apostilló el comisario. La Fundación Bancaja es el escenario del abrazo artístico de dos escultores imprescindibles en el arte español, dos creadores que cerraron décadas de enfrentamiento con un abrazo el 15 de diciembre de 1997 en Zabalaga, la finca de Hernani que tres años después se convertiría en Chillida Leku. El comisario se mostró cauto con este encuentro: «Aquel abrazo tuvo algo de puesta en escena, lo viví a través de los medios de comunicación. Había sinceridad pero también teatralización y algo impostado». Dos décadas después, Bancaja vuelve a reunir a los dos artistas en un abrazo artístico, un diálogo entre las piezas más emblemáticas de Oteiza y Chillida. Es un encuentro por los años de amistad entre ambos creadores.
La muestra coloca a los artistas en un estricto plano de igualdad. De las 120 obras, entre dibujos, correspondencia, documentación y esculturas, 50 corresponden a Chillida y unas 60 a Oteiza. «He sepultado cualquier preferencia, que no las tenía, para que cada visitante saque sus conclusiones. Como historiador del arte soy neutral», explicó el comisario durante la presentación de la muestra.
La selección de las obras se ha realizado desde una perspectiva cronológica y abarca el periodo entre 1948 y 1969. El inicio, en 1948, está marcado por dos viajes, «uno de ida y otro de regreso», cuando Oteiza regresa a España después de su larga estancia en Latinoamérica y a su vez Chillida se marcha a París con la voluntad de convertirse en escultor. La colección concluye en 1969, fecha de culminación de la estatutaria del Santuario de Arantzazu por parte de Oteiza y la instalación de la primera gran obra pública de Chillida en Europa ante el edificio parisino de la Unesco.
'Diálogo en los años 50 y 60' exige detenimiento para descubrir que nunca antes se había visto en una exposición las puertas para la basílica de Arantzazu, elaboradas por Chillida, y para observar una nueva piel en 'Lacocoonte' de Oteiza, que ha sido restaurado por Bancaja, por citar dos ejemplos. La exposición «entremezcla deliberadamente» las obras de ambos artistas para que el propio visitante «intuya en qué se acercan y en qué se diferencian», según González de Durana. Así, Oteiza destaca por una «obra racionalista, con un carácter más lógico, más científico», mientras que Chillida muestra su lado «más romántico, más individualista, juega con las fuerzas de la naturaleza, es más aéreo».
A la inauguración acudieron Luis Chillida, presidente de Fundación Eduardo Chillida-Pilar Belzunce; Mireia Massagué, directora de Chillida Leku; Jesús Mari Lazkano, patrono de la Fundacion Museo Jorge Oteiza; Juan Pablo Huércanos, subdirector de la Fundacion Museo Jorge Oteiza; Pilar Oteiza y José Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank, entre otras personalidades.
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